Militares transgénero luchan para ser aceptados
Defensores y activistas piden ser aceptados en la fuerzas armadas
Terry Martínez tenía unos 6 años cuando notó que el género de su cuerpo no concordaba con el de su mente.
“Cuando veía películas yo no me sentía como la princesa. Yo siempre me identificaba con el héroe de la película”, aseveró Martínez, de 32 años. “Después en la escuela me [gustaba] una niña, pero a mi me decían que me tenían que gustar los niños”, recordó Martinez, un hombre transgénero.
En su último año de secundaria, y debido a las carencias en el hogar, Martínez decidió inscribirse en la naval pues le ofrecían una carrera académica y profesional. Una oportunidad difícil de rechazar.
En ese tiempo, él estaba confundido y pensó que era gay. Así que llenó su solicitud como mujer, pues asegura que no conocía las otras denominaciones.
“En el 2009 me enteré de lo que era ser transgénero y cuatro años después decidí cambiarme [de sexo]”, recordó Martinez, quien ya lleva 15 años en la Navy.
Comienza la lucha
Él recuerda que en el 2014, con la administración Obama en la Casa Blanca, comenzó a luchar a favor de que la comunidad LGBTQ fuera aceptada en las fuerzas armadas abiertamente.
“Pero es difícil porque dentro [de la militar] una mujer [que se ve] masculina es mucho mejor que un hombre que no es macho”, dijo Martínez.
En el último año de su segundo mandato, el presidente Obama permitió que las personas transgénero formaran parte de las fuerzas armada y sirvieran de forma abierta. La normativa permitiría a los transexuales entrar en procesos médicos de cambio de género dentro de la cobertura médica del Ejército.
No obstante, la fecha para que esto se volviera realidad entraría en vigencia para el 1 de julio del 2017, fecha en que ya Donald Trump era presidente.
Martínez cuenta que cuando Trump llegó a la presidencia muchos de sus compañeros militares sintieron temor y escondieron sus identidades.
Para Martínez ya era imposible pues en el 2013 comenzó su cambio de género y ahora tanto su cuerpo como su identidad son del sexo masculino.
Para muchos otros, desafortunadamente, a finales de julio del 2017, Trump escribió en Twitter que no permitiría a los transexuales “servir en el Ejército de Estados Unidos bajo ninguna responsabilidad”.
La única forma que podrían hacerlo era con “su sexo biológico” y siempre que no busquen una transición de género.
Corte Suprema rechaza el veto
Martínez dijo que se sintió amenazado pero no derrotado luego que el mes pasado el Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió no tomar ninguna postura sobre la legalidad de la prohibición de personas transgénero en las fuerzas armadas.
“Yo no me doy por vencido. Este tipo de gente llevan años tratando de sacarme [de la militar] o a mi mamá de este país al negarle la ciudadanía múltiples veces”, dijo Martínez.
En un voto de 5-4, la Corte Suprema decidió que el veto de los transexuales en el Ejército tenga validez mientras otras instancias judiciales inferiores resuelven las demandas interpuestas sobre el asunto.
Los cuatro jueces liberales se opusieron a la prohibición del gobierno a las personas transgénero para servir en el Ejército. Pero el ala conservadora, y que es mayoría, votaron para que continúe el veto.
Es una de las primeras decisiones que la Corte Suprema toma en asuntos sobre derechos de la comunidad LGBTQ.
Hasta hace muy poco, no se podía ser transexual de forma abierta en el Ejército de Estados Unidos. Martínez dijo que este es uno de los principales temores que empiezan a tener sus compañeros nuevamente.
“Tememos que vamos a perder las carreras. Yo conozco a personas que llevan más de 18 años en la carrera y piensan que van a perder todo”, dijo Martínez.
Bajo la propuesta de Trump, mostrarse como LGBTQ podía ser una razón para la expulsión, un paso más allá de la antigua política sobre soldados gay de la famosa frase “no preguntar y no decir” para dejar la orientación sexual oculta.
La excepción es para aquellos militares—unos 900 hombres y mujeres—que ya habían entrado en ese proceso.
Martínez dijo que aunque personas como él parecieran estar exentos bajo la política de Obama, la incertidumbre continua, al igual que la dedicación de abogar por las generaciones venideras.
“Tenemos que luchar por la gente [LGBTQ] que va a entrar a la militar… Sí se van a tardar un poco y es una pelea grande que vamos a enfrentar, pero sí vale la pena”, aseveró Martínez.