Leer libros activa procesos cerebrales necesarios para estar saludable, la ciencia lo demuestra
La lectura consigue mejorar la memoria, la imaginación y activa procesos cognitivos
Para ejercitar tu memorias puedes tomar suplementos de aceite de pescado o comer mucha cúrcuma. Puedes invertir en una clase de idiomas, libros de rompecabezas o unas pocas horas de ejercicio cada semana. Existen innumerables métodos para, supuestamente, mejorar la memoria y el funcionamiento cognitivo. Pero la forma más barata, más fácil y más eficaz para entrenar a tu cerebro está al alcance de tu mano. Se llama lectura.
El hecho de que la lectura sea buena para tu cerebro no es sorprendente: hay una razón por la que los padres siempre insistieron en que es mejor ver menos televisión y leer un buen libro.
Es importante por lo que ocurre en el área asociada con la recepción del lenguaje, la corteza temporal izquierda. El procesamiento del material escrito, desde las letras hasta las palabras y las oraciones, hasta las historias en sí mismas, pone a las neuronas en alerta a medida que deben transmitir toda esa información.
“Por lo general, cuando lees, tienes más tiempo para pensar”, dice Maryanne Wolf, EdD, directora del Centro para la Dislexia, Estudiantes Diversos y Justicia Social de UCLA. “La lectura te da un botón de pausa único para la comprensión. En general, con el lenguaje oral, cuando ves una película o escuchas una cinta, no sucede esto “.
Y los beneficios de la lectura continúan mucho después de que terminar un libro. Un estudio en la Universidad de Emory encontró que algunos de esos beneficios persistieron durante cinco días. “Llamamos a eso una actividad de la sombra, casi como una memoria muscular”, explica Gregory Berns, PhD, director del Centro para la Neuropolítica en Emory. De hecho, así es como la lectura puede mejorar tu memoria.
Otro estudio realizado en la Universidad de Stanford indicaron que las imágenes obtenidas de una resonancia magnética de personas que leían intensamente una novela de Jane Austen mostraron un aumento en el flujo de sangre a áreas del cerebro que controlan tanto la función cognitiva como la ejecutiva, en oposición a los efectos más limitados que se obtienen al leer con más calma.
Pero, ¿qué pasa con las personas que sufren dificultad de comprensión o condiciones como la dislexia? Los científicos de la Universidad Carnegie Mellon estudiaron a niños de ocho a diez años que eran lectores pobres, por debajo del promedio. Cien horas de clases de lectura correctiva mejoraron significativamente la calidad de la materia blanca de sus cerebros, el tejido que transporta señales entre las áreas de materia gris, donde se procesa la información.
La conclusión de los investigadores es que los cerebros de estos niños habían comenzado a reconectarse de tal manera que podían beneficiar a todo el cerebro, no solo a la corteza temporal centrada en la lectura.
La capacidad de leer con atención es algo que debe ser alimentado. Para esto, debemos apagar el teléfono, alejarnos de distracciones como la computadora y reservar tiempo para leer.
Tu cerebro lo agradecerá.