Supremacista blanco, que arrastró a un hombre negro con su camioneta, fue ejecutado
El sentenciado John William King no mostró arrepentimiento momentos antes de recibir la inyección letal en Huntsville, Texas
HOUSTON-. Ha sido uno de los casos de odio más horrosos en la historia reciente de Estados Unidos.
Un día a James Byrd Jr lo secuestraron, lo agarraron a golpes y lo desmembraron luego de arrastrarlo por las calles de Jasper, Texas con una camioneta.
El incidente ocurrió hace más de 20 años y el miércoles John William King, uno de los sentenciados por el crimen, fue ejecutado con la inyección letal en Huntsville (unos 45 minutos al norte de Houston).
El cuerpo de James Byrd Jr, un hombre negro de 49 años, al que le faltaba la cabeza y el brazo derecho, fue encontrado por la Policía de Jasper, tirado en una calle al frente de una iglesia la mañana del domingo 7 de junio de 1998.
El resto del cadáver fue localizado a una milla y media de distancia, en una carretera por donde un trío de supremacistas blancos lo arrastró, amarrado de los tobillos a una camioneta. Así quedó registrado en documentos judiciales.
Los otros dos sujetos convictos en este caso ya recibieron su sentencia. Lawrence Bremer fue ejecutado en 2011 y Shawn Berry paga una condena de cadena perpetua.
En febrero de 2018,la defensa de King había presentado un recurso ante el tribunal del Quinto Circuito de Apelaciones, con sede en Nueva Orleans, alegando que tuvo una mala representación al comienzo del juicio porque su abogado no presentó una coartada en su favor y tampoco intentó declararlo mentalmente incompetente.
En una decisión de 25 páginas, los jueces rechazaron la apelación y aclararon que, aunque el abogado no lo hubiera representado de forma debida, la pruebas en su contra, y en contra de sus cómplices, eran tan contundentes que igual lo hubiesen condenado a muerte por el crimen.
Los jueces mencionaron, además, que King hacía parte de una pandilla supremacista blanca que quería reclutar a otros para su causa y había hablado abiertamente de secuestrar y asesinar a una persona negra como un acto simbólico.
King, Bremer y Berry fueron hallados culpables del asesinato de Byrd en 1999, un año después del crimen.