“Váyase a la cama y no pelee”. Este inmigrante era un asesino en serie. Le delató una caja con un papel
La familia de Phyllis Payne, de 91 años, dio por hecho que la anciana había muerto por causas naturales. Pero nada más lejos de la realidad
Phyllis Payne pasó sus ultimas Navidades disfrutando de su familia en Dallas (Texas) y tomando fotografías. Cuatro meses después, estaba muerta.
“Cuando la encontraron, dijeron que parecía haber muerto mientras dormía”, explica su hija, Loren Adair. La mujer tenía 91 años: su familia dio por hecho que había muerto por causas naturales.
Dos años después, la policía les explicó que había sido asesinada. Por un asesino en serie. Por uno de los asesinos en serie más letales de la historia de Texas.
“Me rompe el corazón saber que no murió en paz”, ha declarado su hija a la emisora WFAA.
Billy Chemirmir tiene 46 años y el pasado martes fue procesado por el asesinato de al menos una docena de ancianas en los condados de Dallas y Collin, según informa el diario The Dallas Morning News.
La Fiscalía le acusa de ahogarlas con una almohada para luego desvalijarlas.
Phyllis Payne solo fue su primera víctima, según este relato de los hechos.
Después vendrían Phoebe Perry, de 91 años; o Norma French, de 85, que nunca se quitaba su anillo de matrimonio pero fue hallada muerta sin él.
O Doris Gleason, de 92 años, que siempre llevaba puesto un collar de oro, incluso cuando se iba a dormir, y fue hallada muerta sin él.
“Este individuo debería haber sido detectado, pero no lo fue”, ha explicado el abogado de la familia de Gleason.
En total, la Fiscalía acusa a Billy Chemirmir de 12 asesinatos. Él, aturdido por la cuantía de las acusaciones, asegura que es inocente, según su abogado.
Chemirmir es de origen keniano y reside en Estados Unidos indocumentado desde hace más de una década, según la agencia de noticias The Associated Press.
Fue detenido en marzo de 2018 gracias al testimonio de una mujer de 91 años en cuyo apartamento de Plano (Texas) entró por la fuerza.
A la mujer le dijo, “váyase a la cama, no luche”, y luego la ahogó con una almohada. Los servicios de emergencia lograron revivirla, y ella denunció que el atacante le había robado una caja con joyas.
La policía obtuvo el número de matrícula del auto en el que había llegado el asaltante, y pudo localizar y seguirle. Así vieron como lanzaba a la basura la caja robada. Dentro encontraron un papel con el nombre de otra mujer, Lu Thi Harris, de 81 años; cuando fueron a su apartamento, la encontraron muerta.
Según los investigadores, Chemirmir usó sus conocimientos como enfermero “para aprovecharse y atacar a mayores”. Ahora, la policía revisa la muerte de 750 personas para saber si pudo haber cometido otros crímenes.
El caso ha llevado además a varias denuncias contra hogares para mayores, a los que familias de víctimas que perdieron allí la vida acusan de no contar con vigilancia suficiente, según informa el diario The Washington Post.