Ponen a la venta el cuchillo del chofer personal de Hitler en más de $6,000 dólares
Él fue el encargado de quemar los cuerpos del líder nazi y el de su esposa Eva Braun
Un cuchillo que pertenecía a Erich Kempka, chofer personal de Adolf Hitler, se puso a la venta en $5,000 libras (unos $6,227 dólares).
Kempka comenzó a conducir para el dictador desde 1936 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Existen numerosas fotos en donde él aparece al volante de un Mercedes mientras lleva a Hitler en los desfiles que le hacían.
El cuchillo de 13 pulgadas de largo tiene grabadas las iniciales del chofer y está siendo vendida por un coleccionista privado europeo a través de la casa de subastas C&T Auctions, en la ciudad de Ashford, en el Reino Unido.
El dato más relevante sobre Kempa es que fue el encargado de deshacerse de los cuerpos de Hitler y su mujer.
Al ver que la guerra ya estaba perdida, Hitler se disparó y Eva Braun tomó una pastilla de cianuro. Después de que murieron, Kempa juntó varias latas de gasolina, mojó los cuerpos con el líquido inflamable y los cremó, justo cuando el ejército de Stalin se estaba acercando.
Humildes inicios
Kempka era mecánico de profesión y se unió al partido nazi cuando tenía 20 años de edad en 1930, para después convertirse en chofer debido a su gran conocimiento sobre autos.
Kempka logró ascender hasta el puesto de chofer personal de Hitler cuando el conductor anterior, Julius Schreck, murió en 1936.
Además de sus iniciales personales, la daga tambien tiene grabadas las letras ‘LAH’, que son las iniciales de regimiento de guardaespaldas personales de Hitler.
El cuchillo también tiene una frase que dice ‘Meine Ehre Heist Treue”, que se traduce como ‘Mi honor es la fidelidad’.
“Se cree que (Kempka) fue a buscar la gasolina para quemar el cuerpo de Hitler y fue el primer testigo alemán en confirmar su muerte cuando fue capturado por los aliados”, dijo el experto en artículos de colección de C&T Auctions, Matthew Tredwen.
“Es angustioso pensar que esta daga podría haber estado tan cerca de Hitler”, añadió.
Inmediatamente después de la guerra, Kempka logró escapar de Berlín, pero fue capturado por las fuerzas estadounidenses en Berchtesgaden, Baviera.
Fungió como testigo en los juicios de Nuremberg, pero no fue acusado de crímenes de guerra, por lo que fue puesto en libertad en 1947.
Publicó sus memorias, ‘Ich habe Adolf Hitler verbrannt’ (Yo cremé a Adolf Hitler), en 1951 y murió a los 65 años en 1975.
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