“Sin escolta seré más vulnerable… que Dios proteja mi misión”: Solalinde
El polémico cura dice que no impugnará el quedarse sin protección especial del gobierno
MEXICO – El sacerdote Alejandro Solalinde, premio Nacional de Derechos Humanos 2012 por su defensa a los inmigrantes, afirmó que dejará de tener las escoltas que lo cuidaban desde hace casi una década para evitar que lo asesinara el crimen organizado integrado por células del cartel de los Zetas y, muchas veces, autoridades federales, estatales y municipales, según sus propios dichos.
“Que Dios siga protegiendo mi visión”, se encomendó poco después de recibir la notificación por parte de la Secretaría de Gobernación y la Fiscalía General de la República que tendrá efecto a partir del 2 de agosto.
El cura seguirá activo desde el albergue que fundó hace más de una década en el sureño municipio de Ixtepec, Oaxaca, desde donde comenzó su activismo para denunciar secuestros, extorsiones, violaciones sexuales robos y otros abusos en contra de los indocumentados centroamericanos que pretendían llegar a Estados Unidos.
“El problema de Solalinde fue que se metió demasiado en el tema político y en apoyar al que hoy es presidente Andrés Manuel López Obrador”, advirtió Irineo Mújica, el activista de Pueblos sin Fronteras quien en otro tiempo fue una aliado cura hasta que éste se opuso a las caravanas que organizaba el otro porque metía en aprietos a la nueva administración. “Esperamos que no suceda nada”.
Solalinde siempre fue positivo respecto al nuevo gobierno que se considera de izquierda, lo que su juicio significaba una mejor comprensión del fenómeno migratorio. Poco antes del cambio de gobierno, en diciembre pasado, dijo a este diario que esperaba que AMLO frenara las deportaciones desde el primer minuto que tomara posesión, sin embargo, cuando se intensificaron las redadas, justificó los hechos: “Es culpa de Trump”.
“El padre había sido siempre muy crítico y sorprendió que en un discurso en Tijuana insistiera en que México haría mucho por los migrantes justo cuando se estaba haciendo lo contrario”, observó Primitivo Rodríguez, un activista pro inmigrante y defensor de los derechos de los mexicanos en el exterior.
Por ello tomó por sorpresa al cura que lo dejaran sin escoltas y sin los vehículos que garantizaban cierta seguridad en sus traslados aunque seguirá la vigilancia en el albergue. Las autoridades le informaron que la decisión se tomó porque no detectó peligro para el cura como había sido en el pasado cuando lo amenazaban por correo, por teléfono, en persona…
“No voy a impugnar la medida. Solo sé que volveré a ser más vulnerable ante las amenazas de los que trafican y secuestran con los indocumentados”, consideró.