Así es como puedes abrir tu franquicia de Chick-fil-A
Sólo 80 de cada 60,000 personas son aprobadas para operar una sucursal
Las franquicias Chick-fil-A son de las más baratas que puedes abrir, pues sólo te pide una tarifa de $10,000 dólares para iniciar, lo cual no es mucho si la comparas con otras cadenas de comida rápida.
Eso sí, las probabilidades de que te den la franquicia están en tu contra, pues de 60,000 personas que solicitan una cada año, sólo 80 son aprobadas para operar una sucursal. Es decir, que los solicitantes tienen una probabilidad del 0.13% de ser aprobados.
Para comenzar tu camino y conseguir operar una franquicia de este restaurante, primero se recomienda ir a las sesiones informativas que dan en todo el país y en las que puedes despejar tus dudas. Toma en cuenta que estas reuniones no son obligatorias, pero te daría un mejor panorama de lo que es el negocio.
Para asistir a una de estas sesiones puedes inscribirte enviando tu correo electrónico a través de esta página web de la empresa.
Después de hacer esto, recibirás una solicitud y participarás en una serie de entrevistas. Algunas puedes ser presenciales, pero también las pueden aplicar por teléfono o videochat.
Arduo proceso
Es importante saber que te pueden llegar a hacer hasta una docena de entrevistas, pero puedes ser eliminado de los candidatos en cualquier momento, sin importa qué tanto hayas avanzado en el proceso.
En estas entrevistas, que pueden durar meses, tratan de revisarte de manera completa, considerando factores que miden tu competencia profesional, así como tu carácter.
El objetivo de la empresa es encontrar a personas que estén trabajando arduamente en la franquicia y que estén presentes en las tiendas la mayor cantidad de tiempo posible.
La buena noticia es que, si finalmente eres seleccionado, sólo te pedirán que inviertas $10,000 dólares, ya que la compañía paga todos los costos de inicio asociados con la construcción de la tienda y la promoción de lanzamiento.
A cambio de esto, tú solamente quedas como operados y no como propietario, lo que significa que no puedes heredarlo o venderla cuando quieras jubilarte. Es decir, que Chick-fil-A siempre será el dueño del negocio y de la propiedad física.
La última fase es tomar un extenso programa de capacitación que dura cerca de seis semanas y en donde aprenderás la administración del restaurante, la preparación de alimentos, contabilidad, relaciones con el cliente, comunicaciones, mantenimiento, compras, planificación, entre otras cosas.
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