Grasas buenas para proteger al cuerpo contra enfermedades del corazón, diabetes y obesidad

Las grasas buenas están implicadas en numerosas funciones corporales: suministran energía, participan en procesos hormonales, protegen y amortiguan a los órganos vitales

Las grasas buenas, o no saturadas, deben constituir hasta el 30 % de las calorías diarias.

Las grasas buenas, o no saturadas, deben constituir hasta el 30 % de las calorías diarias. Crédito: Shutterstock

Comer demasiado de cualquier tipo de grasa tiene fuertes consecuencias en nuestro organismo, sobretodo cuando se trata de vigilar la salud cardiovascular, tratar problemas de sobrepeso y obesidad y la prevención de enfermedades degenerativas como la diabetes.

Las grasas, proteínas e hidratos de carbono son los tres macronutrientes esenciales en nuestra alimentación diaria. Es importante tomar desiciones inteligentes y saber elegir las mejores opciones para nuestra salud. Existen dos tipos de grasas:

1. Grasas malas

También conocidas como grasas saturadas tienen efectos negativos sobre la salud, representan una amenaza al sistema cardiovascular y vasos sanguíneos, esto se debe a que incrementan la los niveles de colesterol del cuerpo. También provocan coágulos de los vasos sanguíneos, o aterosclerosis. Si hay un bloqueo en el flujo de sangre hacia el corazón, esto puede llevar a un ataque cardíaco.

Encontrarás las grasas saturadas principalmente en productos de origen animal, son sólidas naturalmente a temperatura ambiente. Por ejemplo: cortes de carnes rojas, piel de pollo, manteca, tocino, lácteos, queso, crema, manteca, helados, aceite de coco y palma. 

2. Grasas buenas

Las grasas buenas son conocidas como insaturadas, son líquidas a temperatura ambiente y ayudan a proteger el cuerpo contra enfermedades coronarias y a disminuir los niveles de colesterol en la sangre. Existen dos tipos de grasas insaturadas:

Poliinsaturadas

Existen dos tipos de esta grasa que son esenciales para el cuerpo humano, las ricas en Omega 3 (abundante en pescados azules) y Omega 6 o ácido linoleico (abundante en aceites vegetales como el de girasol, cáñamo, maíz, soja, cacahuate y los frutos secos). Este tipo de grasas tienen beneficios sobre el corazón, recuerda que el organismo no puede producir por si solo estas dos grasas, así que deben de ser incorporadas a través de la alimentación.

Pescado. /Foto: Shutterstock

Monoinsaturadas

Destacan por su alto contenido en Omega 9 o ácido oleico. Son indispensables para el organismo y aportan grandes beneficios para la salud, principalmente reducen los niveles de colesterol malo (LDL) que provoca bloqueos en las arterias, también ayudan a desarrollar y mantener células saludables. Se encuentran en aceite de oliva extra virgen, aceitunas, aguacate, almendras y nueces. 

aceite de olivaAceite de oliva. /Foto: Shutterstock

Es prioritario cuidar el tipo de grasas que consumimos y prevenir padecimientos degenerativos, las grasas le dan energía a nuestro cuerpo para funcionar adecuadamente, promueven la correcta absorción de vitaminas A,D,E y K, llamadas vitaminas liposolubles, son las responsables de llenar los adipocitos y mantener la temperatura correcta.

Procura integrar en tu dieta diaria y de manera equilibrada ácidos grasos esenciales, son llamados “esenciales” debido a que no podemos producirlos ni funcionar sin ellos. El cuerpo los necesita para el desarrollo del cerebro, el control de la inflamación y la coagulación de la sangre. 

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