Autodefensas: “No nos vamos a desarmar hasta que haya condiciones”
Esfuerzos del Gobierno por dialogar con los grupos enfrentan más de un obstáculo
MEXICO.- Dos de los grupos de Policías Comunitarios (conocidos como autodefensas) con mayor poder en Guerrero y Michoacán aseguran que no tienen intensiones de dejar las armas… al menos no por ahora.
“Primero tienen que desarmar a los criminales y generar las condiciones de seguridad que no existen”, dijo en entrevista para este diario Bruno Plácido, fundador de La Unión de Pueblos Originarios del Estado de Guerrero (UPOEG).
El pasado martes, la secretaria de Seguridad Pública, Olga Sánchez Cordero, declaró que el gobierno mexicano convive con diversos grupos armados en Guerrero, Michoacán y Tamaulipas, y que “se han estado combatiendo unos a otros” y que quieren ahora la paz, particularmente las autodefensas.
“Con nosotros no se ha reunido, no nos han buscado”, informó Hipólito Mora en conversación telefónica desde La Ruana, Michoacán, la primera comunidad que en 2013 le declaró la guerra a los “Caballeros Templarios” por obligar a los pobladores a vender fabricar y vender droga y a pagar “derecho de piso” ––un impuesto clandestinos a base de intimidación–– por cada hijo, auto, motocicleta, terreno…
Después del levantamiento en La Ruana y otras comunidades, surgieron en Michoacán organizaciones que se declararon autodefensas aunque en realidad eran parte de los cárteles que protegían sus propios intereses.
“Lo que le recomiendo a la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero es que tenga mucho cuidado con cuáles grupos de autodefensas dialoga”, advirtió Mora, quien perdió un hijo en este contexto.
Desde otro estado y con otra historia, Bruno Placido afirma que están dispuestos a compartir su experiencia de auto protección con el nuevo gobierno si este los busca. “Pero aún no lo ha hecho”, dijo Placido.
La UPOEG tomó el camino de las armas hace 7 años en diversos municipios de Guerrero. Se inspiró en el sistema de organización indígena que elige a sus policías en asambleas comunitarias en las cuales participan todas las personas mayores de edad que lo deseen.
Ahí se exhiben los problemas de manera pública: quiénes los provocan, cuáles son los motivos y se buscan soluciones.
El gobierno de Enrique Peña Nieto buscó institucionalizar en todo el país un esquema similar reconocido en la constitución como “Guardias rurales”, que permite la participación de ciudadanos electos en asambleas para tareas de seguridad, pero solo si aceptan entrenamiento oficial del ejército.
El esquema parecía ideal hasta que se filtró gente del crimen organizado y quedó solo la mala experiencia. “Eso no quiere decir que está mal el modelo, sino que existe un precedente que debe regularse y para eso se habla con la gente de las comunidades y con quienes tenemos la experiencia”, observó Placido.