Nos estamos matando y en Washington no pasa nada

Foto de archivo de estudiantes en LA protestando para que haya un control de armas más estricto. (Aurelia Ventura/La Opinión)

Foto de archivo de estudiantes en LA protestando para que haya un control de armas más estricto. (Aurelia Ventura/La Opinión) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinion

En 2010, la Suprema Corte de Justicia decidió que las corporaciones, como asociaciones formadas por personas, tienen, para efectos de propaganda electoral, los mismos derechos que un ciudadano regular (Citizens United v Federal Election Comission). En otras palabras, que las corporaciones podían gastar tanto dinero como el que quisieran tratando de influenciar las elecciones.

Estados Unidos es una democracia gobernada por la gente y para la gente. No obstante, la Suprema Corte de Justicia decidió repetidamente que, en su interpretación de la Constitución,  corporaciones como Chevron, Walmart o la Asociación Nacional del Rifle (NRA), así como los sindicatos, tienen los mismos derechos de expresión que un ciudadano común y corriente.

Estas decisiones ignoran que mientras que los estadounidenses quieren como mínimo salarios dignos, seguro médico para todos, un mejor medio ambiente y menos balaceras, las corporaciones buscan siempre maximizar sus ganancias, lo que generalmente contradice las necesidades de la gente.

La gran mayoría de las personas quieren establecer la revisión obligatoria de antecedentes penales –89% encuesta de NBC y WSJ– para las personas que adquieren un arma. Pero en Washington no pasa nada y no hay ningún avance legislativo en esa dirección. Entre tanto, se multiplican los tiroteos donde mueren niños, mujeres y hombres.

Actualmente hay una propuesta bipartidista -que efectivamente hace obligatorio revisar los antecedentes penales de las personas antes de comprar un arma- aprobada por la Casa de Representantes desde febrero. Pero el Senado se ha negado a votar por ella, y el presidente Trump le ha prometido a Wayne LaPierre, el mero mero de la NRA, que el control de armas está fuera de la mesa de discusiones. Por otro lado, Trump pide a los republicanos que hagan algo sobre las armas; mientras que Mitch McConnell revira diciendo que no hará nada hasta que el presidente manifieste su apoyo. ¿Suena como un juego? Es adrede, un juego típico para dilatar el asunto y no hacer nada al respecto.

Entonces ¿en qué quedamos? ¿Estados Unidos es una democracia de la gente y para la gente, o las corporaciones con la influencia del dinero en los políticos y las elecciones, terminan haciendo lo que quieren sin importar las vidas de los americanos?

Difícilmente pueda haber cambios en el control de armas, el medio ambiente, el seguro médico y otros temas donde la mayoría de la gente está de acuerdo, mientras la Suprema Corte de Justicia insista en que las corporaciones tienen los mismos derechos que la gente y que se siga permitiendo la desmedida influencia del dinero en las elecciones.

Agustín Durán ha sido reportero en Los Ángeles por más de dos décadas.

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