Cinco cosas que hace mal con sus finanzas

Convicciones frecuentes no son siempre las mejores consejeras

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¿Cree que tener una cuenta en una entidad financiera es caro y no le supone ningún beneficio?¿Considera que como tiene muy poco dinero no tiene que hacer un presupuesto? Es hora de reconsiderar estas y otras cuestiones que no le están ayudando con sus finanzas. Hacemos un recorrido por una serie de malentendidos frecuentes.

  • Es mejor no tener deudas y si las hay se deben pagar cuanto antes. 

La deuda permite hacer frente a gastos imprevistos y el acceso a la creación de patrimonio. Es difícil comprarse una casa, invertir en educación o en una empresa sin endeudarse. Lo que es peligroso es endeudarse sin medida, sobre una cantidad impagable o con unos intereses elevados.

Y no, no todas las deudas deben pagarse cuanto antes. Es bueno tener una cierta liquidez y aprovechar que como ahora las tasas de interés están bajas para refinanciar deuda tanto si es hipotecaria como si es la de una tarjeta de crédito. En este último caso puede evaluar  hacer transferencias de balances a tarjetas con tasas introductorias u ofertas del 0% durante meses y pagar con comodidad.

Aunque la deuda hay que devolverla, y pagar las cuotas pactadas y mínimas todos los meses, las bajas tasas de los créditos o la oferta del 0% en la tarjeta permiten que no haya prisa en cancelarlas y se pueda dedicar cierto dinero al ahorro también.

  • No necesito tarjeta de crédito

Es posible, aunque poco probable, que no necesite una tarjeta de crédito pero es aconsejable tenerla y usarla. El motivo es que es la vía más efectiva para tener y cuidar una historia crediticia que es vital en EEUU para tener acceso al crédito cuando lo necesite.

La historia crediticia y la calificación que se deduce de esta es la forma que tienen las entidades bancarias de juzgar cómo gestionan los individuos sus deudas estudiando sus patrones de pago. Si la calificación de crédito es baja pueden denegarle un préstamo, “castigarle” con unos intereses más altos o un acceso a menos capital de lo que precisa. Si tiene la calificación alta, todo son facilidades.

Cuidar esta calificación es importante y se hace manteniendo el gasto por debajo del límite de crédito que se tenga además de pagando todos los meses el balance. Si no es posible devolverlo íntegramente se debe pagar al menos el mínimo establecido.

  • Yo ahorro lo que me sobra

No es buena idea. Todos los hogares deberían presupuestar sus gastos mensuales o quincenales. Independientemente de que los ingresos sean altos o bajos, es conveniente saber a dónde va el dinero y repensar gastos y costos para ajustarlo. Una de las partidas necesarias en el presupuesto es el ahorro y no solo pagar las facturas, permitirse compras o salidas a cenar.

El ahorro automático, depositar una cantidad en una cuenta separada, ayuda mucho y es el mecanismo que se usa en los planes de jubilación 401k, en los que se acumula dinero que nunca ha llegado al bolsillo de quien recibe una nómina.

Si se ahorra lo que sobra lo más probable es que no se ahorre nada.

  • No me puedo permitir una cuenta en un banco

La banca cobra en general comisiones por el mantenimiento de las cuentas y las operaciones que se hacen. Además, muchos de los productos de ahorro, inversión o crédito no están diseñados para hogares de ingresos modestos. Esa es una idea generalizada que tiene muchas excepciones en uniones de crédito y bancos comunitarios que ofrecen cuentas de bajo o cero costo y tienen productos que permiten, por ejemplo, reparar o crear una historia crediticia además de préstamos de cantidades bajas.

Y el dinero está seguro. La banca de EEUU tiene un Fondo de Garantía de Depósitos (FDIC) que asegura que en caso de crisis los clientes tengan acceso a su dinero con un límite de $250,000.

  • No me gusta protestar o negociar

Cuando le aplican una comisión, un sobreprecio, la compañía de la electricidad ha leído mal el contador o el hospital le manda dos veces la factura, debe protestarlo o negociarlo.

Es dinero que pierde si no lo hace porque la mayor parte de las veces, si negocia con proveedores de servicios puede lograr una rebaja o el ajuste correspondiente a lo que tiene que pagar. Al cliente siempre le tienen que escuchar.

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