¿Dónde está el dinero y los bienes decomisados al Chapo?
México y Estados Unidos quieren la fortuna del narcotraficante, pero no logran dar con ella
MÉXICO – La Secretaría de la Defensa Nacional lo anunció por todo lo alto: el gobierno mexicano le quitó alrededor de 15 millones de dólares en efectivo al narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”. Los transportaban pistoleros de confianza en un vehículo que se paseaba por Tijuana en 2011, cuando los soldados le cayeron arriba.
Tres años antes, se había anunciado un decomiso similar por 26 millones de dólares, el mayor en toda la historia de persecución del capo. O al menos de aquellas incautaciones que se hicieron públicas que carece de transparencia desde entonces y hasta la fecha.
De aquellas dolarizas que incautó el Ejército, por ejemplo, hoy no se sabe qué paso: si pasaron a las arcas del Estado o no. Tampoco se sabe nada del paradero de miles de joyas, autos, casas, haciendas, ranchos… si se vendieron a través de subastas públicas o si el líder del cártel de Sinaloa, condenado a perpetua en Estados Unidos, las recuperó a golpe de amparos y otros artilugios legales.
O si simplemente desaparecieron y pasaron a manos desconocidas como ocurrió con el dinero de los ex braceros en los años 70.
La Secretaría de Hacienda respondió el pasado 22 de agosto a una solicitud del Congreso de la Unión que, a pesar de las cuentas alegres del gobierno de Estados Unidos (de alrededor de 12,600 mdd), en México oficialmente sólo se tiene registro de 31 bienes que eran propiedad de Guzmán: dos aeronaves tipo Cessna y Airtractor y 23 vehículos, siete motocicletas.
¿Dónde quedaron las 97 armas largas, dos lanzagranadas, un lanzacohetes, 43 vehículos, 16 casas y cuatro ranchos decomisados el 22 de febrero de 2014, cuando elementos de la Marina recapturaron a ‘El Chapo’?
¿Dónde los seis terrenos más huertas, establos, bodegas, haciendas, restaurantes, gasolineras, departamentos, aeronaves y casas de descanso incautadas a lo largo del mismo año? ¿Dónde los 278 millones de dólares que en 2016 la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) reconoció como operaciones ilícitas del Chapo?
¿Y el decomiso de otros 165 inmuebles aseguradas en 2016: 71 propiedades en Sinaloa, 40 en Sonora, 22 en Jalisco y 12 en la Ciudad de México, tres en Nayarit, y dos en Baja California, Chiapas, Guerrero y Nuevo León, respectivamente, y una en cada una de los siguiente estados: Chihuahua, Estado de México, Guanajuato, Michoacán, Morelos y San Luis Potosí?
La Comisión Permanente del Congreso mexicano calculó que por todo ello sumaban alrededor de 287.5 millones de dólares. Los fiscales de EEUU, calcularon mucho más con base en las operaciones de droga del capo y ordenaron el decomiso de más de 12, 666 millones de dólares.
“El Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador debe informar sobre el monto y el destino de esa fortuna”, solicitó el senador Carlos Ramírez.
Hasta ahora se sabe que los abogados del capo pelearon a través de amparos para impugnar las resoluciones judiciales y administrativas adversas a sus intereses patrimoniales, pero el sistema judicial no dio cuentas abiertas del proceso en México.
Por otro lado, desde EEUU, “una cosa es que se dicte sentencia de que van a quitarle millones de dólares y otra cosa es encontrarlos”, advirtió José Reveles, analista de seguridad y autor del libro Chapo, entrega y traición. “Se sabe que depositó miles de millones en cuentas de los bancos HSBC y Wachovia, pero han pasado muchos años y se investigó y nunca hubo una incautación ejemplar”.
Mientras tanto sólo se habla del reparto del botín: EEUU lo quiere para sí; El Chapo y López Obrador para los indígenas y hay senadores aquí, como Ricardo Monreal, que quieren una división a partes iguales.