Cientos huyen del fuego Saddleridge y pasan la noche en albergue de Sylmar

El gobernador Newsom declara estado de emergencia debido a las llamas, que causan causan cientos de evacuaciones en el Valle de San Fernando

Los fuertes vientos aumentan las chances de los incendios forestales.

Los fuertes vientos aumentan las chances de los incendios forestales. Crédito: Getty Images

Acostados en unos catres y jugado con celulares y tabletas, los hermanitos Alan de 8 años, Hanna de 5 y Darlene de 3, se distraían en el refugio para personas y sus mascotas Sylmar Recreation Center, uno de varios lugares que dispusieron las autoridades para albergar a las víctimas del voraz incendio Saddledrige.

“Por ahora no están aburridos, porque apenas acabamos de llevarlos a un McDonald’s”, dijo Tania Acevedo, la madre de los pequeños y que viven en la zona del bulevar Glenoaks —casi al final de la falda de una montaña que seguía ardiendo desde que decenas de familias fueron evacuadas la noche del jueves.

Tania, su esposo y sus tres hijos tuvieron que dormir la noche del jueves en el interior de su camioneta Van y por la mañana de ayer, llegaron al refugio para ponerse a salvo. A mediodía el lugar estaba lleno a su capacidad de atención para 63 personas.

“Eran como las 11 de la noche del jueves cuando decidimos salir; a través de la ventana yo alcanzaba a ver unas llamaradas muy grandes”, dijo la mujer originaria de la Ciudad de México y residente en la zona de Oakridge Mobile Home Park.

“Se veía muy de cerca el fuego; los niños estaban durmiendo y no se dieron cuenta de lo que sucedía”.

La familia evacuó su hogar solo con dos mudas de ropa para cada uno. Hasta la tarde del viernes no tenían ningún informe de las condiciones en que se encontraba su hogar.

“Los niños no están aburridos, más bien están descansando porque no pudieron dormir en sus camas”, dijo la madre, quien luego llevó a sus hijos al parque del Centro Recreativo, ya que no fueron a la escuela.

El incendio Saddledrige ha obligado a cerca de 100,000 personas a dejar sus viviendas, luego de consumir casi 7,500 acres de maleza en las regiones de Sylmar, Granada Hills y Porter Ranch. Hasta el momento, afecta a los condados de Los Ángeles y Ventura.

El informe preliminar de las autoridades fue que 31 estructuras fueron destruidas y al menos, 13 reducidas a cenizas. Según informes del Departamento de Bomberos, a las 2:00 p.m. de ayer, las llamas habían sido contenidas apenas un 13%.

De manera continua, durante la mañana y la tarde del viernes, numerosas personas se solidarizaron con las víctimas del incendio y llevaron al Sylmar Recreation Center agua, fruta, comida, sopas, pan y aperitivos para que nada les falte a los desplazados hasta que puedan regresar a casa.

“Siempre me ha gustado ayudar al prójimo y le agradezco a Dios que tuve el día libre para poder traer algo de ayuda”, dijo Martina García, una mujer de Guatemala, quien fue acompañada por su nuera para llevar agua. “Nos preocupan todas estas personas que a lo mejor lo perdieron todo, aunque lo más importante es que siguen con vida”.

La guatemalteca Martina García (i) y su nuera, Jennifer, donaron ayer agua a los afectados refugiados en el Sylmar Recreation Center. / foto: Jorge Luis Macías.

El mismo viernes, el gobernador Gavin Newsom declaró el estado de emergencia en la región y anunció que obtuvo una subvención por parte de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), a fin de ayudar a que se garantice la disponibilidad de recursos para hacerle frente a incendio.

El Subsidio de Asistencia para el Manejo de Incendios ayudará a las agencias locales y estatales que responden al incendio a solicitar un reembolso del 75 % de sus costos elegibles de extinción de incendios.

“Estamos monitoreando de cerca los incendios que arden en todo el estado y estamos ayudando a funcionarios estatales y locales que ayudan a decenas de miles californianos afectados por estos incendios” dijo el gobernador en un comunicado.

“California agradece a la Casa Blanca por su respuesta oportuna a nuestra solicitud, que asegura que las comunidades que luchan con este fuego tengan los recursos vitales y apoyo que necesitan”.

El incendio de Saddleridge amenaza a más de 13,000 residencias en el Valle de San Fernando, entre ellas el hogar de Barbara Collins, de 80 años de edad quien debió salir de su casa en Oakridge con su hija Carrie, de 49 años, quien está postrada en una silla de ruedas.

Los apagafuegos se dividieron en viviendas localizadas en Sylmar, Porter Ranch y Granada HIlls. / Foto: Getty Images

“Vivimos no muy lejos de la montaña [Sombrero Canyon]”, dijo Barbara a La Opinión, mientras descansaba y se tomaba dos pastillas Aleve para el dolor de cabeza.

“Hace ocho años se quemó mi casa; lo perdí todo pero el seguro contra incendios me pago y solamente así pude comprar otra casa”.

Barbara comentó que las tragedias en su vida no han cesado en años recientes, ya que en 2016 fallecieron su hija Donna, a causa del cáncer, y su esposo Timothy. En 2019 también murió su hija Kimberly, quien padecía de la enfermedad de Lou Gehrig. Su cuarta hija vive en Oakland.

Brenda McHaney, una mujer mexicoamericana, su esposo Patrick y su hijo Al, de 12 años, también se refugiaron en Sylmar Recreation Center, junto con sus tres perritos: Oreo, Gonzo y Sandy.

A las mascotas del refugio, Cesar Bañuelos y Luis Bendicho, oficiales de Servicios de Animales de Los Ángeles, les llevaron suficiente comida para tres días.

“Los animales también merecen tener su propio bienestar”, dijo Bañuelos.

Un refugio en Sylmar. Fotos: Getty Images
Los voluntarios se dieron a la tarea de colectar alimentos. Fotos: Getty Images

Allí mismo, Felicia Orozco y Renee González, de la empresa de almacenamiento Nona de Mission Hills arribaron con cuatro bolsas repletas con artículos de aseo, galletas y aperitivos.

“No es mucha nuestra ayuda, pero de algo sirve”, dijo Felicia. “Tan solo invertimos unos 400 dólares”

El incendio Saddledrige está siendo atacado por casi un millar de apagafuegos del condado y la ciudad de Los Ángeles, del Bosque Nacional Ángeles.

“Nosotros tenemos unos 400 bomberos trabajando turnos de 12 horas”, dijo el capitán Kevin Davis de la Estación 91 del Departamento de Bomberos de la ciudad de Los Ángeles, en Sylmar.

Barbara Collins, de 80 años, evacuó su hogar en Sylmar por el indendio junto con su hija Carrie, quien sufre de un tipo de parálisis cerebral. / fotos: Jorge Luis Macías.
Algunos de los residentes desplazados que llegaron al albergue de Sylmar, también llevaron a sus mascotas. Fotos: Jorge Luis Macías.

“Mis hombres están descansando ahora, porque la noche fue agotadora”.Por su parte, el congresista Tony Cárdenas, representante del Distrito 29 de California dijo a La Opinión que su mensaje a los latinos y residentes del Valle de San Fernando es que “si las autoridades les piden evacuar, no lo piensen dos veces porque los vientos de Santa Ana son muy erráticos y nadie puede predecir en qué dirección se van a mover los incendios”.


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