Cinco causas por las que no para la violencia con AMLO

El mandatario no ha podido reducir los niveles de violencia, como lo prometió al inicio de su gobierno

Andrés Manuel López Obrador pide al narco que deje la violencia.

Andrés Manuel López Obrador pide al narco que deje la violencia. Crédito: EFE

MÉXICO – Desde que comenzó el año, a la par del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, se catapultaron los asesinatos: en promedio 10 al día más picos violentos como las 30 personas acribilladas en el bar Caballo Blanco de Coatzacoalcos; el ataque a una fiesta familiar en Minatitlán, donde cayeron 14, incluyendo un bebé; un reguero de 19 cadáveres en Uruapan y la emboscada mortal a 13 policías en Aguililla

En abril pasado, el presidente prometió, sin éxito, reducir la violencia en un periodo de seis meses, ¿cuáles son las causas que mantienen al país como un cementerio callejero? Analistas coinciden en cinco causas.

1. La puerta giratoria

El nuevo modelo de justicia penal (que arrancó en 2016) permite que los delincuentes “entren por una puerta y salgan por otra) debido a las exigencias que solicita  el proceso de justicia, pero abogados penalistas como Francisco Galván difieren.

GalvÁn observa que el sistema “está bien diseñado” y el problema está, más bien, en la falta de capacitación del personal. “La mala operación no debe atribuirse sólo a los jueces o ministerios públicos sino a todos los que participan. Un policía pudo hacer mal una detención y tira toda una acusación”.

2. La mala educación

No hay pacificación sin educación, observa Fidel Ibarra, Investigador Titular del Centro de Investigación e Innovación Educativa del Sistema Educativo. Esto implica que las escuelas se enfoquen en enseñar una cultura de la paz, infundir a los alumnos el gusto por el aprendizaje y evitar la deserción. Todo a largo plazo. “El presidente López Obrador tiene que repensar cómo enfrenta la violencia en el corto plazo”.

3. Falta de presupuesto y de vigilancia en los ministerios públicos

Un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad en el que entrevistó a víctimas, ministeriales y defensores de derechos humanos determino que el presupuesto para las fiscalías no es alto, hay desvíos de éste y no existe un organismo ciudadano que lo vigile.

Esto se traduce en sobornos, falta de agentes, violación de derechos humanos, intimidación para que los agentes trabajen tiempo extra sin pago, falta de capacitación, bajos salarios, omisiones y mala compilación de datos en las investigaciones, elaboración de dictámenes poco profesionales, ausencia de indicios, violencia y casos archivados sin investigación.

4. Deficiente apuesta por la cultura

De los 3.2 millones de dólares que se asignó al programa Cultura para la Armonía, que busca evitar la violencia a través del arte, la mayor parte se invirtió en los primeros dos años. Luego se dio cada vez menos plata hasta que en el último año se asignó sólo alrededor de 70,000 dólares. “Los políticos se desesperan con las apuestas a largo plazo porque la gente reclama y tiende a reducirlos”, advirtió Javier Velázquez, analista político de la Universidad Nacional Autónoma de México.

5. Corrupción

La organización Mexicanos contra la Corrupción considera que de no haber fugas del presupuesto dedicado a la seguridad y otras áreas relacionadas, la violencia en México tendría una disminución. El presidente Andrés Manuel López Obrador prometió combatir l la corrupción, “de arriba para abajo”, pero aún no crea un protocolo de investigación que se eficiente para cuando su gente es el blanco.

En un reciente caso, el cineasta Antonio Coello acusó a la secretaria de Cultura Alejandra Fraustro de haber avalado a una asociación civil para que a través de ella se desviaran alrededor de 32 000 dólares que debió recibir el creador de un proyecto con la etnia seri, la funcionaria lo negó y no se investigó más.

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