El país número uno en cáncer de mama porque “senos”es una palabra tabú
Tiene una creciente tasa de cáncer de mama pero la detección temprana y el tratamiento enfrentan obstáculos por la actitud de una sociedad patriarcal hacia una enfermedad que afecta particularmente a las mujeres
Pakistán tiene la tasa más alta de cáncer de mama en toda Asia. La detección temprana es esencial para el tratamiento exitoso de la enfermedad, pero expertos en medicina temen que muchas mujeres no se están examinando debido a barreras culturales.
El cáncer de mama cobra la vida de más de 17,000 mujeres en Pakistán cada año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque las organizaciones de beneficencia y los médicos de ese país alegan que la cifra se acerca más a 40,000.
Aseguran que la enfermedad afecta a una de cada nueve mujeres en el país, sin embargo, los tabúes culturales y sociales hacen muy difícil que las mujeres reciban la ayuda necesaria para sobrevivir.
“El cáncer de mama está asociado con la sexualidad femenina, así que se convierte en un tema tabú en Pakistán”, comenta Omar Aftab, de la fundación para combatir el cáncer de mama Pink Ribbon Foundation. “En lugar de verlo como una enfermedad, es un asunto sexual”.
Las sobrevivientes señalan que es un “trayecto solitario”.
“Le doy prioridad a mi familia”
Silvat Zafar, una maestra de escuela primaria, estaba en sus años 20 cuando descubrió un bulto en su seno. Decidió ocultárselo a su familia que, por esa época, se preparaba para tomar unas vacaciones en Disney World.
“En nuestra sociedad las chicas mantienen silencio sobre asuntos personales”, dice.
“Simplemente no hablas de eso. Yo no podía mencionar “cáncer de mama”. Mi madre había muerto, y como yo era la única mujer de la familia, me mantuve callada”.
Durante las vacaciones Silvat escondió el creciente bulto vistiendo ropas sueltas y no podía hablar abiertamente del intenso dolor que soportaba.
Cuando finalmente obtuvo ayuda, seis meses después, el cáncer de mama había alcanzado la etapa 3 -el tumor había crecido y había riesgo de metástasis. Aun en esta avanzada etapa, el tratamiento seguía siendo efectivo.
La situación de Silvat es familiar para la doctora Huma Majeed, una de las cirujanas de seno más destacadas de Pakistán. Ella administra una clínica en el Hospital Ittfaq, en Lahore, donde trata a cientos de pacientes con cáncer de mama.
“Las mujeres no se dan prioridad porque se preocupan de la familia”, explica.
Tener “vergüenza” de discutir el cáncer de seno es sólo uno de los problemas que obstaculizan a las mujeres de buscar ayuda en Pakistán. Muchas mujeres -y sus esposos- son reacias a ser auscultadas por un hombre médico debido a que se trata de una parte íntima de sus cuerpos.
Pero la doctora Majeed indica que hay otras razones también.
“En una sociedad patriarcal como la de Pakistán, la salud de la mujer frecuentemente se encuentra muy abajo en la agenda”, indica.
“Muchas dependen de los hombres para llevarlas a tratamiento, que suele solo ser disponible en las ciudades más grandes”.
También hay un factor económico en juego.
Si una mujer necesita tratamiento y tiene que viajar a una de las ciudades grandes, toda su familia tendría que ir con ella -los hombres tendrían que tomar tiempo libre de sus trabajos para acompañar a sus parientes femeninas, lo que aumenta los costos. Esto afecta particularmente a las mujeres más pobres en áreas rurales.
Sobia, de 20 años, está recibiendo sus primeros controles postoperatorios con la doctora Majeed, tras la extirpación de un pequeño bulto que descubrió hace unos meses. El año pasado, perdió a su padre por cáncer, así que Sobia renunció a sus estudios y se empleó como una maestra para apoyar a sus hermanos menores.
Este día, ha completado un viaje de dos horas y media para llegar a su cita en Lahore. Nadie en su familia extendida sabe que tiene cáncer de mama, mucho menos que está recibiendo tratamiento. Le dijo a todos que está en la ciudad de compras para una boda.
“Es un asunto delicado”, explica Sobia. “Esta es una parte privada de tu cuerpo y no puedes discutirla frente a la gente”.
“Para las chicas jóvenes, en especial, es mejor ocultar la enfermedad pues significa que no recibirás propuestas de matrimonio. Aquí nadie se quiere casar con alguien que tenga cáncer de mama”, expresa.
“Primero tienes que lidiar con el estrés de la enfermedad y, luego, te torturan porque no recibes propuestas”.
Ya ha pasado más de una década desde que el cáncer de Silvat Zafar entró en remisión y ahora trabaja como maestra de escuela en Lahore. Pero la enfermedad sigue afectando sus posibilidades de matrimonio.
“Recibo muchas propuestas de casamiento pero, una vez saben que tuve cáncer -aunque ya se ha ido-, nadie me acepta”, dice.
Octubre es el mes de concienciación de cáncer en Pakistán y las fundaciones benéficas como Pink Ribbon están ocupadas haciendo campaña. Han iluminado edificios clave, como la atracción turística Minar-e-Pakistán, en Lahore y edificios gubernamentales, en Islamabad.
El grupo se fundó hace 15 años y sólo recientemente ha empezado a derrumbar el tabú de hablar abiertamente sobre el cáncer de mama.
La más reciente campaña de la fundación se concentra en mujeres jóvenes. Están visitando más de 200 universidades por todo el país para enseñarles sobre el diagnóstico temprano y la importancia de inspeccionarse ellas mismas los senos.
“Por medio de las jóvenes podemos llegarle a las mujeres mayores del hogar. Cuando una chica regresa a casa, le puede hablar a sus parientes mujeres sobre cómo revisarse para cáncer de mama”, indica Omar Aftab.
Pero el cáncer de mama está afectando cada vez más a las mujeres jóvenes. Según Pink Ribbon y otros destacados expertos en Pakistán, ha habido un constante crecimiento en el número de jóvenes siendo tratadas por la enfermedad -algunas son adolescentes.
Culpan a una dieta pobre, la endogamia -que aumenta la probabilidad de tipos de cáncer heredados– así como la falta de cuidados especializados.
Se han puesto en marcha los planes de construcción de un hospital de cáncer de mama en Lahore. El centro médico con tecnología de punta, construido por la fundación, tendrá todo bajo un mismo techo, incluyendo personal completamente femenino, desde el diagnóstico hasta el tratamiento. Abrirá sus puertas en el verano de 2020.
El mensaje general de los médicos, las fundaciones y los pacientes es que la actitud hacia el cáncer de mama debe cambiar.
La doctora Majeed señala que para eso se deberán enfocar en los hombres, porque Pakistán es una sociedad patriarcal.
“Los hombres necesitan ser educados en que este tema no es un tabú”, expresa. “Es la responsabilidad de ellos exhortar a sus esposas, hijas, hermanas y madres a que sean examinadas”.
Pero el cambio es lento. “Hemos visto leves cambios de mentalidad, pero el público todavía tiene que alzar su voz en contra del tabú”, recalca Omar Aftab.
El cambio no puede hacerse esperar para pacientes como Sobia, que todavía teme revelar que recibe tratamiento.
“Las actitudes tienen que cambiar”, declara. “Apoyen a la víctima y motívenla, no la critiquen”.
Silvat Zafar espera que, al compartir su historia, pueda ayudar a otras mujeres a buscar ayuda antes de que sea demasiado tarde.
“Puedes hacer algo al respecto”, dice. “No temas: ponte de pie y gana”.
*Algunos nombres han sido cambiados
- Gracias a una cámara que había en un museo que visitó descubrió que tenía cáncer
- Cáncer de mama metastásico: qué es y cómo reconocer sus síntomas
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