Depresión posparto, un tema del que toda mujer debe hablar
La importancia del apoyo terapéutico, del conocimiento de la enfermedad y del apoyo familiar.
Primera de dos partes
Paulina López, de 38 años, recuerda que, desde niña, en su natal Oaxaca, México, soñaba con tener una familia con hijos como se veía en las novelas. Poco imaginaba que su mayor anhelo se convertiría también en una prueba de fuego.
Ella recuerda que veía los comerciales de comida de bebé Gerber donde una mamá le da de comer al bebé y los dos vestidos de blanco y ella con su cabello perfecto.
“Yo quería ser así, yo quería ser mamá”, contó López sentada en una mesa del popular restaurante La Guelaguetza, del cual es una de las propietarias.
A los 30 años Paulina quedó embarazada por primera vez, y pese a que su esposo y toda la familia celebraron la noticia, para Paulina el camino no fue nada fácil.
La mamá oaxaqueña de tres niñas cuenta cómo enfrentó la depresión posparto dos veces.
Cuando se llegó el día del primer parto Paulina y su esposo Ramiro Velázquez viajaban listos y emocionados rumbo al hospital. Ella recuerda que habían empacado cosas como si se fueran de vacaciones: velas, trajes de baño, revistas y toda recomendación que aprendió durante tantas clases del embarazo que tomó.
Sin embargo, al llegar al hospital los doctores tuvieron que inducirle el embarazo puesto que su fuente se había roto y la bebé corría peligro.
“Me indujeron el parto el sábado a las 7 de la mañana y tuve a mi hija el domingo a las 7 de la noche”, recordó la empresaria. “Todo el tiempo estaba orando y temblando… Estaba cansada, sin comer y lo único que te dan es hielo”.
Paulina dijo que una vez que nació su bebé Krista tuvo que ser enviada a la incubadora por cuatro días ya que no estaba bien de salud.
“Siento que no tuve el tiempo de conectarme con ella”, dijo Paulina. “Yo me desvanecí y me pasaron a otro cuarto. Al despertar todo me dolía, tenía hemorroides. Yo quería salir y ver a mi bebé, pero no podía”.
Una vez en casa, Paulina contó con el apoyo incondicional de su madre, con quien se quedó por un mes. Pero al regresar a su hogar ocurrió un cambio inesperado.
“Antes [del embarazo] estaba tan ocupada y cuando me empecé a quedar con la bebé pensaba que no estaba haciendo nada. El mundo se paró”, recordó Paulina. “Lo peor es que sentía que no me relacionaba con ella. Me sentía sola”.
Aprendiendo acerca de la depresión posparto
Paulina comenzó a sentirse más deprimida, sola, cansada y sin nadie que la entendiera.
“Era como vivir en penumbra, como cuando prendes la luz, pero todo se ve medio oscuro. Como ver todo con neblina”, contó Paulina, desconociendo que tenía depresión posparto. “No tenía ganas de peinarme, ni de arreglarme”.
La depresión posparto es un trastorno del estado de ánimo que puede afectar a las mujeres después de dar a la luz, explica el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH). Las madres que padecen depresión posparto tienen sentimientos de extrema tristeza, ansiedad y cansancio y no pueden realizar las actividades diarias que solían hacer antes.
En sus investigaciones por internet, un día Paulina encontró información de clases “Mommy and Me” (Mamá y yo), las cuales son ofrecidas para mujeres con infantes.
Ella concluye que esta fue la primera puerta hacia su recuperación.
“Cuando llegué [a la clase] me sentí normal porque había otras mujeres peor que yo”, contó con una sonrisa la oaxaqueña. “Decimos que son clases de ‘Mommy and me’ pero en realidad son para que las mamás saquemos todo lo que llevamos dentro. Hablas, lloras, dices groserías y contamos problemas que nos pasan”.
Fue en esas clases que Paulina escuchó por primera vez acerca de recibir terapia.
“Pero para mí era raro porque cuando escuchas de terapia piensas en [la canción] doctor psiquiatra de Gloria Trevi y piensas ‘¿Estoy loca? Algo no está bien en mi mente”, aseveró Paulina.
La depresión posparto es más común de lo que parece. En Estados Unidos se estima que una de cada siete mujeres sufre esta condición y de la cual una mayoría son mujeres latinas, explica el Journal of Affective Disorders.
Atravesando el tema tabú
Debido a que su familia no le tomaba mucha importancia a su condición y su madre le decía que lo que necesitaba era trabajar, Paulina decidió asistir a terapias a escondidas.
“Empecé a inventarme algo para ir cada semana por una hora”, contó Paulina asegurando que la experiencia era gratificante. “Es como vomitar porque empiezas a hablar y hablar y ya después te sientes bien”.
Ella estima que fue aproximadamente un año y medio después de que nació su primer bebé que Paulina comenzó a sentirse normal de nuevo.
A los dos años tuvo a su segunda hija, Sabina, con quien tuvo un embarazo y parto sin problemas.
No obstante, su hermana, quien había dado a luz unos meses atrás enfrentó una situación similar a la de Paulina en su primer embarazo y esto causó que ambas decidieran comenzar un podcast – un programa de radio en la internet- acerca del tema de la depresión posparto en las mujeres latinas.
El podcast lleva por nombre Súper Mamás, y es un programa donde se habla sin tapujos y acerca de lo difícil que puede ser para algunas mujeres enfrentar la maternidad.
“Cuando el bebé nace todos preguntan cómo está y qué necesita, pero muy rara vez preguntan cómo está la mamá”, dijo Paulina haciendo hincapié a lo importante que debe ser cuidar a ambos.
“Nadie te dice que los pezones te sangran, que la piel se te seca –regenera-, los pies se hacen grandes, te sale cabello en lugares donde no hay, hay cambios hormonales, pero nadie habla de eso”, enfatiza.
Su vida parecía renovada, entre terapias, trabajo, actividades recreativas y familiares. Paulina vivía el mejor momento de su vida hasta que a finales del 2016 quedó embarazada por tercera vez.
Para aprender más acerca de la depresión posparto visite:
Para obtener ayuda sobre recursos de la salud mental de la mujer visite: https://espanol.womenshealth.gov/
Segunda parte: La terapia, una salida para mejorar la salud mental después del nacimiento de un hijo