La “estrategia perfecta” de Cristina Fernández y otras 2 claves que permitieron al kirchnerismo volver al poder
Te contamos cómo la expresidenta logró volver al poder a pesar de estar procesada en más de una docena de casos de corrupción y cómo su fuerza, debilitada desde su derrota ante Macri hace cuatro años, resurgió de forma inesperada
Cuando Cristina Fernández de Kirchner dejó el poder en 2015 tras dos mandatos consecutivos, su futuro parecía incierto.
Con varios casos por corrupción abiertos —13, de los cuales cinco ya pasaron a la etapa de juicio—, muchos daban su carrera política por acabada.
Aunque también estaban los que creían que, a pesar de lo debilitado que quedó su partido tras las victoria electoral de Mauricio Macri hace cuatro años, volvería a buscar la presidencia.
Pero nadie anticipó lo que realmente terminaría pasando.
Este domingo, CFK —como le dicen muchos en su país— se aseguró su regreso al poder.
Pero no como jefa de Estado, sino como vicepresidenta de Alberto Fernández, encabezando una alianza peronista llamada el Frente de Todos.
La coalición, formada por exrivales, derrotó en primera vuelta a la alianza de Macri, Juntos por el Cambio.
En BBC Mundo te explicamos cuáles fueron las tres claves que permitieron que el kirchnerismo resurgiera apenas cuatro años después de que algunos lo dieran por herido de muerte.
1. La estrategia “perfecta”
A diferencia de su expar brasileño Luiz Inazio Lula da Silva o del expresidente peruano Ollanta Humala, Cristina Kirchner pudo evitar los pedidos de prisión preventiva.
Fue gracias a la inmunidad que obtuvo en 2017 cuando fue electa senadora.
Pero según la socióloga Maristella Svampa, debido a la gran cantidad de causas judiciales que enfrentaba, la exmandataria “no podía afrontar una campaña electoral”.
Svampa cree que fue esto lo que llevó a CFK a “retroceder”, y no repetir lo que había hecho en 2015, cuando “eligió a un candidato sin perfil político propio” —el exvicepresidente kirchnerista Daniel Scioli— como candidato a sucederla.
Esta vez, sin embargo, optó por dar un paso al costado.
Y eligió como su candidato “a un político con peso propio”: Alberto Fernández, quien se había convertido en un duro crítico suyo desde que renunció como su jefe de Gabinete, en 2008.
Todos los analistas consultados por BBC Mundo coincidieron en que esta “brillante estrategia” fue uno de los dos motivos que explican el triunfo electoral del Frente de Todos.
“Cristina Kirchner tenía la llave de la unidad peronista, porque ella era el factor divisorio“, explica el politólogo José Natanson, director de la edición para el Cono Sur del medio Le Monde Diplomatique.
“Decidió que había que usar esa llave y lo hizo de una manera muy oportuna, muy inteligente, incluso muy generosa”.
“Entendió algo que había dicho Alberto Fernández: ‘Con Cristina no alcanza y sin ella no se puede‘”, señala Natanson.
No es el único que destaca la generosidad de la exmandataria.
“Cristina Kirchner hizo algo que parecía imposible dadas sus características de liderazgo personal: no solo no fue candidata, sino que se retiró casi por completo de la campaña”, destaca la analista política María Esperanza Casullo.
“Los líderes del peronismo no son personas que se corren voluntariamente del primer lugar y me parece que en ese sentido ella tomó una decisión que sorprendió a prácticamente todo el mundo”, afirma.
“Fue una decisión muy acertada en el contexto”, agrega Casullo, quien considera que la estrategia fue “perfecta” porque funcionó.
2. Los errores de Macri
Pero los analistas coinciden en que esa estrategia quizás no hubiera tenido éxito si no hubiera existido un segundo factor: la crisis económica.
“Macri mostró una incapacidad bastante grande para manejar y estabilizar las variables básicas de la macroeconomía”, señala Casullo.
“Si este gobierno hubiera llegado estable, lo más probable es que se hubiera reelegido”, opina.
Los números apoyan esta teoría: hace apenas dos años, en las elecciones legislativas de medio término, el oficialismo se impuso cómodamente.
Pero la situación cambió drásticamente tras una serie de corridas cambiarias que hicieron que el peso perdiera la mitad de su valor contra el dólar en 2018 y siguiera cayendo este año.
Los efectos fueron devastadores: la inflación se disparó y el 10% de la población argentina cayó bajo la línea de pobreza, en solo dos años.
“La gente votó con el bolsillo“, resume el politólogo y profesor universitario Facundo Cruz.
“El triunfo del Frente de Todos es un reflejo de que Macri falló en sus promesas”, señala.
Muchos creen que esas promesas fueron irrealmente optimistas. Por ejemplo, su meta de “pobreza cero”.
O cuando dijo, antes de asumir, que eliminar la inflación sería “la cosa más simple” que tendría que hacer si era presidente.
“Hubo impericia política y un mal diseño de políticas económicas y públicas”, le dice a BBC Mundo el politólogo y profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Gustavo Dufour.
El experto atribuye el “exceso de optimismo” a la falta de experiencia política de Macri, quien dedicó gran parte de su vida a ser empresario y dirigente del club de fútbol Boca Juniors, antes de pasar a la política en 2001.
“El gobierno equivocó el camino sobre las consecuencias de sus políticas en la economía real”, señala.
“Priorizaron la infraestructura y cosas más simbólicas, como los valores republicanos y la lucha contra la corrupción, pero cuando carecemos de bienes vitales esos pasan a segundo plano”, afirma.
“Hubo una mala lectura del contexto“.
3. El contexto internacional
Dufour cree que “esa mala lectura no solo fue hacia adentro, sino también hacia afuera”.
“Hubo un optimismo desmesurado sobre cómo iba a ser percibido en el mundo el nuevo gobierno de Macri”, señala.
Después de 12 años de kirchnerismo, durante los cuales Argentina estuvo peleada con los mercados y alejada de exsocios como Estados Unidos y la Unión Europea, Macri prometió “volver a vincular a Argentina con el mundo”.
Y lo hizo. Pero no tuvo el efecto esperado.
“El macrismo tuvo una visión bastante ingenua… creyeron que el kirchnerismo era un obstáculo para el desarrollo de la Argentina y que removiendo ese obstáculo el desarrollo sucedería solo“, observa Casullo.
Lo cierto es que más allá de lo diplomático, la apertura de varios mercados comerciales y una exitosa cumbre del G20 en Buenos Aires, a finales de 2018, la prometida “lluvia de inversiones” nunca llegó.
En vez, Argentina solo logró atraer a inversores especulativos, que eventualmente terminaron provocando las corridas cambiarias de 2018 y 2019,cuando perdieron confianza en las posibilidad de reelección del presidente.
Los partidarios del gobierno consideran que tuvieron mala suerte.
Durante sus primeros años, el kirchnerismo gozó de un contexto internacional muy favorable, con precios récord de materias primas que le permitieron al país agroexportador crecer a “tasas chinas”.
En cambio, a Macri le tocó una situación internacional muy complicada.
La llegada al poder de Donald Trump en Estados Unidos, un año después de que asumió el argentino, cambió completamente el tablero mundial.
Al igual que otros países emergentes, Argentina salió muy perjudicada por la política proteccionista del líder estadounidense y la guerra comercial que desató con China.
“Macri se quiso abrir al mundo cuando el mundo se estaba cerrando“, observa Cruz.
Muchos expertos consideran que, más allá de la suerte, hubo un mal diagnóstico y una mala respuesta.
“El contexto fue adverso pero no lo anticiparon ni se adaptaron”, señala Dufour.
En tanto, Cruz considera que el foco que puso Macri en tratar de atraer inversiones de afuera al final perjudicó sus chances electorales.
“Macri le habló a los mercados pero el inversor no te vota, te vota la gente”, afirma.