Joven DACA crea mariachi de niños en el Valle de San Fernando

Además tiene un estudio para ayudar a los nuevos talentos a grabar y producir

Juan Ignacio Zepeda, beneficiario de DACA, y creador del mariachi de niños Lluvia y Fuego en el Valle de San Fernando. (Foto suministrada)

Juan Ignacio Zepeda, beneficiario de DACA, y creador del mariachi de niños Lluvia y Fuego en el Valle de San Fernando. (Foto suministrada) Crédito: Foto suministrada | Foto suministrada

Cuando a las 12 años, Juan Ignacio Zepeda dejó su natal Guadalajara en México y emigró a Los Ángeles junto con sus padres y cuatro hermanas, trajo consigo su amor por el mariachi y la música.

Pero fue a partir de que se benefició del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) que en 2016 abrió la academia de mariachi para niños Lluvia y Fuego en Pacoima al norte del Valle de San Fernando en Los Ángeles para darles clases de los diferentes instrumentos musicales.

La academia dio pie para la creación del mariachi de niños LLuvia y Fuego que ya hace presentaciones.

Juan Ignacio Zepeda, creador del mariachi para niños Lluvia y Fuego de Pacoima, California. (foto suministrada).

“Crecí en San Fernando, tocando la guitarra, el guitarrón, la vihuela y cantando con un micrófono en la mano”, dice Juan Ignacio de 33 años de edad.

No terminé el colegio por el alto costo de las colegiaturas, pero la grabación de música la ha aprendido por mi mismo.

“Mi papá fue mi influencia. Él me puso a cantar desde los cinco o seis años. A él también le gusta tocar y cantar; y después en México me empecé a escapar con un vecino que me daba clases de diferentes instrumentos”, comenta.

Pero fue en 2006 cuando comenzó a hacer realidad su ilusión de tener un estudio de grabación que funcionara como una plataforma de lanzamiento para un artista.

“La idea era ayudar a los nuevos artistas a grabar, mezclar música y producir. Yo quise tener un lugar donde ensayar. porque muchas veces no puedes hacerlo desde tu casa ya que los vecinos se molestan”, dice.

Juan Ignacio Zepeda empezó a cantar con mariachi desde niño. (foto suministrada)

Pero montar el estudio le ha requerido una gran inversión. “Me he gastado mucho, y aún estoy en deuda”, dice.

Diez años después, en 2016, rentó un local en Pacoima para establecer su estudio y abrir la academia de mariachi para niños y jóvenes.

“Quería aportarles algo. Nuestra meta es que estos niños obtengan habilidades musicales que les abran la puertas en un futuro para ser parte de un mariachi si ellos quieren; y que tengan una experiencia única ya sea que se dediquen o no a la música profesionalmente”, dice. 

En la actualidad, Juan Ignacio dice que a la Academia asisten más de 80 niños a tomar clases  para aprender a tocar los instrumentos que conforman el mariachi. 

“Tenemos varios grupos para las presentaciones del mariachi. Generalmente se seleccionan a los niños más aplicados para las tocadas, pero también a quienes mejor se portan y son respetuosos  ”, explica.

“Cobramos por las presentaciones, y los que nos pagan lo repartimos entre todos; o lo usamos para pagar la renta del local”, menciona.

Juan Ignacio Zepeda es un apasionado de la música de mariachi. (Foto suministrada)

El mariachi de niños Lluvia y Fuego está compuesto por menores de 7 a 15 años. “Aunque tenemos alumnos de cinco años que le echan muchas ganas”, dice.

Las clases son impartidas por varios maestros desde las 4 de la tarde, y durante los fines de semana, a partir de las 10 de la mañana.

“Acabamos de lanzar la aplicación Lluvia y Fuego para que la gente puede entrar a contratarnos, inscribirse para las clases, rentar el estudio de grabación, grabarles; o hacer compras de vestuario y equipo musical de mariachi”, explica.

La Academia de Mariachi para Niños Lluvia y Fuego está lleno de menores latinos cuyos padres los llevan casi todas las tardes después de la escuela a tomar clases. 

“No tienen que saber tocar ningún instrumento para pertenecer a esta academia. Aquí los enseñamos”, comenta Juan Ignacio.

Dice que le gustaría que más niños se inscribieran a la academia.

“Tenemos mucho más niñas. Queremos niños”, comenta.

Y pide a los padres de familia que le den la oportunidad a sus hijos de aprender a tocar un instrumento músical.

Es una experiencia transformadora en la vida de los niños. Empiezan cohibidos. Algunos llegan tristes, pero la música los alegra, tocan, bailan y les levanta el ánimo”, comenta.

“Mi sueño es que los niños logren la satisfacción de haber aprendido un instrumento musical; y puedan mantenerse de eso cuando sean adultos”, dice.

Juan Ignacio reconoce que financieramente ha batallado mucho para sostener su estudio de grabación y academia, pero contra viento y marea ha ido poco a poco levantando su sueño.

“Hago un llamado a las empresas que puedan ayudarnos para que se conviertan en nuestros patrocinadores o quieran hacer colaboraciones”, subraya.

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Este joven músico se gana la vida los fines de semana tocando y cantando con diferentes mariachis que lo llaman. “He tocado en alrededor de 40 estados en todo el país”, dice.

Y afirma que se siente muy satisfecho de su estudio de grabación, su academia y el mariachi de niños. “Siempre he ayudado a otros a lograr su proyecto. Ahora el estudio y la academia es algo mío que comparto con los niños. Y aunque en lo financiero he sufrido mucho,  me ha dado una riqueza moral por encima de cualquier otra satisfacción, dice.

“Este proyecto me permite ser dueño de mi destino y mi vida”, asegura.

Para enero de 2020, planea sacar el primer disco de mariachi con los niños de la academia. “Lo estoy grabando. Ojalá podamos tener muchos patrocinadores”, dice.

Cuando Juan Ignacio piensa en la posibilidad de que el DACA termine, no puede dejar de reconocer que le preocupa. “Poquito sobre todo por los niños porque me siento como un tío y no me quiero separar de ellos. Yo la verdad a cualquier lugar del mundo que vaya, le voy a echar ganas, voy a cantar, a dar clases y hacer un estudio”, sostiene.

Si bien, admite que el tema es frustrante. “El hecho de no poder viajar fuera del país con los niños y dar a conocer el mariachi, me enfada, pero sé que un día lo vamos a conseguir”, afirma.

Los niños que pertenecen al Mariachi Lluvia y Fuego aprenden a expresarse frente a la gente sin miedo. (Foto suministrada)

El impacto en los niños

Desde hace tres años, Hermila Alvarez lleva a sus hijas a la academia de mariachi de Juan Ignacio Zepeda. Perla de 14 años toca la guitarra, el guitarrón y la vihuela; sus hijas gemelas Vanessa, el violín y guitarra; y Valeria la guitarra y la trompeta.

¿Cómo les ha ayudado la música?

Las he notado más seguras de sí mismas. Escriben canciones y son muy buenas para expresar lo que sienten”,dice Hermila.

 “Cada vez aman más la música mexicana, sus raíces y tradiciones. Siento que a todo lo que hacen, le ponen el alma y el corazón. Les encantan las clases. Todos los días vienen”, afirma esta madre.

Hace dos años, Cristina Flores lleva a su hijo Isaías Flores de 11 años a la academia de mariachi. El niño ha aprendido a tocar guitarra, guitarrón y vihuela; y canta. “Le ha ayudado hasta para aprender español, y a expresarse en público sin miedo. Los maestros lo han notado en la escuela”, comenta Cristina.

Viridiana López dice que sus hijos David y Eddie Islas de 12 y 9 años tocan el violín y la trompeta. “Los he visto más seguros de sí mismos; se saben expresar con la gente; y ya no son tan tímidos. La música les ha ayudado demasiado”, indica.

La Academia de mariachi para niños Lluvia y Fuego se localiza en el 13103 del bulevar Van Nuys. Pacoima, CA 91331

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