¿Cuáles son los retos de las mujeres en Inland Empire?
Las latinas ganan mucho menos que los hombres, ocupan menos puestos de poder y tienden a necesitar más ayuda pública, indica estudio
Históricamente, el género femenino ha sido marginado y maltratado; y a pesar de los esfuerzos por detener la problemática, las mujeres continúan experimentando serios obstáculos para alcanzar el éxito personal y profesional.
La región de Inland Empire, conformada por los condados de San Bernardino y Riverside, no es la excepción ya que aunque casi la mitad de su población se conforma por mujeres, la zona tiene baja representación a nivel estatal y municipal de dicho género.
Según el reporte ‘Estado de la Mujer de Inland Empire’, elaborado por el Centro de Innovación Social de la Universidad de California Riverside (UCR), las mujeres de color y de la comunidad lésbica, experimentan adversidades en niveles más elevados en comparación los demás.
En el salario
“Económicamente, las mujeres continúan luchando por la igualdad salarial y por puestos en las mesas de poder y en organizaciones corporativas y sin fines de lucro”, reveló el estudio.
En efecto, en Inland Empire el género femenino recibe $0.68 por cada dólar que recibe como salario un hombre.
Dicha brecha aumenta cuando se toma en cuenta la raza y la etnia. Las nativo-americanas reciben $0.36 y latinas $0.42, por cada dólar que recibe un hombre, indica el el reporte.
Agrega que esta disparidad tiene consecuencias serias en el sector económico ya que las latinas son mayoría en la población femenina en la región (51%) —es decir 2.32 millones de mujeres.
Esto ocurre a pesar de que la mujer ha obtenido logros educativos. Al analizar datos sobre varios periodos de tiempo, los investigadores encontraron que varios grupos étnicos han cerrado la brecha salarial, menos las latinas.
En 2000, solo en el condado de Riverside, las latinas recibían $0.47 por cada dólar que el hombre blanco recibía; hoy en día esa cantidad disminuyó a $0.39.
“La brecha salarial se debe a múltiples factores que incluyen opciones ocupacionales y la duración de la fuerza laboral; además de la discriminación basada en el género y la raza”, indicó el estudio.
E hizo hincapié en que la brecha podría cerrarse con una legislación que aborde la desigualdad y la inseguridad laboral de las mujeres.
En la educación
En California, las mujeres—en comparación a los hombres— son más propensas a vivir en la pobreza debido a discriminación por género y raza, y a sistemas de apoyo públicas cada vez más débiles.
En Inland Empire, la tasa general de pobreza entre las mujeres es del 17%, señala el estudio.
Parte de esta problemática se debe al tener estudios superiores, donde las latinas continúan rezagadas. Solo el 11% de las mujeres de dicha región tiene un a licenciatura, indica el reporte.
Y explica que las mujeres en este grupo sean más propensas a solicitar asistencia pública, en relación a alimentos, cuidado infantil y atención médica, entre otros.
Datos de la Encuesta Regional de Tasas de Mercado del Departamento de Educación de California indican que el costo mensual promedio en el condado de Riverside solo para el cuidado de niños, de 0 a 5 años, es de $861.32 (o el 25% del ingreso mensual promedio).
Si a esto se le suman gastos por comida, ropa y otros, la suma asciende a $1,159.78 al mes —la cifra es más alta que el alquiler pagan las mujeres adultas por mes.
Los investigadores aconsejaron al gobierno estatal tomar medidas para aumentar la participación en los sistemas públicos, reinvertir en servicio fue reducido y promulgar políticas que aumentan la vivienda segura y asequible.
En la salud
Las mujeres latinas de Inland Empire sufren de una enfermedad silenciosa, que las afecta más que a otros grupos: la diabetes.
El estudio agrega que las latinas y las afroamericanas presentan más problemas psicológicos, emocionales y de bienestar social que los hombres, y que en general sufren también de mayores índices de violencia doméstica.
A todos estos obstáculos se suma la situación migratoria.
Según resultados de una encuesta realizada a principios de otoño, el 22% de las latinas dijeron tener una preocupación enorme de que ellas o alguien de su familia fuera deportado, frente al 4% de anglosajonas y el 10% de afroamericanas con el mismo sentir.
Representación política
Aunque en 2018, más mujeres tuvieron interés en postularse a puestos políticos —indica el estudio— los resultados fueron desfavorables ya que a menudo encaraban a titulares masculinos con arraigo en sus comunidades.
En Inland Empire, 41 de cada 100 líderes locales son mujeres.
Los números podrían aumentar en los próximos años gracias al esfuerzo de mujeres como Ana Yeager Lee, dueña y directora ejecutiva de Women in Tandem —una organización que provee espacios laborales con el objetivo de que las mujeres se conecten a la fuerza laboral en el condado de Riverside.
Lee dice entender los obstáculos por el que atraviesan las mujeres porque los ha vivido y los continua experimentando a menudo.
Narró para La Opinión una anécdota en la cual un juez cometió dio un dictamen desfavorable debido a su género. Explicó que cuando ella representó a un cliente, el juez falló en su contra. No obstante, en una futura audiencia le pidió a un colega hombre aparecersen corte, y los resultados fueron a su favor.
Lee piensa que las empresas privadas y de gobierno han dados pasos grandes en apoyo a la mujer, pero se necesita más. “Elegirlas para cargos directivos puede cerrar esta brecha”, indicó.
“Cada vez más mujeres en el liderazgo brindan una conciencia adicional sobre los problemas directos que enfrentan aquellas que tienen hijos”, dijo. “Pueden proporcionar expectativas laborales reales y formas de medir el desempeño laboral”.
Lee, cuyo trabajo ayudó a reelegir a Erin Edwards en el concilio de Riverside y quien apoya la candidatura de Patricia Lock-Dawson a alcaldesa de la misma ciudad, dijo que hacen falta más programas que empoderen a las mujeres, que les aumente el autoestima y que les dé herramientas para navegar en los diferentes ambientes.
“Tenemos albergues, grupos de respuesta y una excelente red de apoyo a víctimas de violencia doméstica y trata de mujeres pero también necesitamos recursos dirigidos a la prevención”, dijo.
“Medidas preventivas que incluyan programas en los que los niños estén expuestos a relaciones saludables, a desarrollar su autoestima y a capacitarse para acceder a los recursos cuando ocurran estos eventos difíciles”.
Lee está convencida de que los cambios comienzan desde la niñez.
Por ello, aconsejó a las niñas y jóvenes a tener conciencia de que los obstáculos estarán presentes toda la vida y deberán aprender a sobrellevarlos.
Para esto deben tener personas modelos a la mano para que puedan recibir consejos saludables. También deben aprender a identificar el temor y saber de quién proviene; además de aprender a diseñar su vida a futuro y a no dar paso atrás, independientemente del problemaq que enfrenten.