La mansión de Ed Sheeran que tiene su propio bar y que le generó problemas con sus vecinos
Incluso el artista ha tenido que enfrentar batallas legales por su finca
Luego de que saliera a relucir que el cantante Ed Sheeran tiene un patrimonio inmobiliario valuado en alrededor de $57 millones con 22 propiedades entre casas, departamentos y hasta negocios por medio de su compañía de bienes raíces Maverick Properties, que quisimos conocer un poco mucho mejor cómo es su joya más preciada: su mansión en Suffolk.
En 2012, el compositor británico compró la granja clasificada en grado II y, desde entonces, la ha convertido en una enorme finca con diferentes construcciones y amenidades en la que puede tener una vida campirana, salvaje y al mismo tiempo, moderna y lujosa, por lo que se le conoce como “Sheeranville”, según The Sun.
La villa del cuatro veces ganador del Grammy cuenta con una gran casa principal valuada en $1.153 millones que tiene una sala de billar, gimnasio, una piscina cubierta y su “cueva” con un estudio de grabación y un jacuzzi. En el mismo año, compró la granja por $580,162.
Además, en septiembre de 2016, el artista adquirió una casa de cuatro dormitorios por $1.192 millones y, en 2017, el se hizo de un bungalow por $676,856. Para acompletar la finca hay una enorme casa de árbol que tiene una sala de estar y de entretenimiento en su interior, un garaje para cuatro automóviles que parece granero y un estanque de vida silvestre que le costó $644,625, que algunos .
Sin embargo, la adecuación de este espacio ha generado tantas molestias entre los residentes del pueblo tanto por los constantes ruidos derivados de las construcciones, como por el bar privado “The Lancaster Lock”, en honor a su esposa Cherry Lancaster, argumentando que rompía con la tranquilidad del lugar, por lo que Sheeran no sólo ha mantenido litigios para obtener los permisos correspondientes de construcción que le permitan hacer su enclave de ensueño, algunos de los cuales no ha salido victorioso como la fallida capilla de bodas en la que pretendía casarse, sino que, a mediados de 2019, optó por comprar dos de las casas circundantes con un valor promedio en $20 millones para evitar a los quejumbrosos vecinos.