Trump se deshace de quienes testificaron contra él en ‘impeachment’, pese advertencias de republicanos
El presidente ya despidió Gordon Sondland y a Alexander Vindman, que fueron clave en la investigación previa al juicio político
Varios senadores republicanos trataron de evitar que Donald Trump se saliera con la suya y despidiera al embajador en la Unión Europea, Gordon Sondland, que testificó en su contra en la investigación de la Cámara de Representantes antes de que el juicio político al presidente llegara al Senado. Sin embargo, el mandatario hizo oídos sordos y consiguió su propósito.
Los legisladores trasladaron al presidente que sería perjudicial para su Gobierno ordenar la destitución del diplomático, según informaron fuentes de The New York Times. Además, le dijeron que ese movimiento era innecesario ya que el propio Sondland había hablado con otros altos cargos de dejar la embajada europea una vez que se resolviera el proceso político en el Senado. Los senadores estimaron conveniente que el ya exembajador fijara sus propias condiciones para dejar el cargo.
Sin embargo, es más que evidente que Trump no quería una salida tranquila y forzó a Sondland a dejar la embajada antes de que estuviese preparado para hacerlo. Según la información que publica el Times, cuando los funcionarios del Departamento de Estado le informaron al diplomático que tenía que presentar su renuncia, Sondland se negó bajo el argumento de que no quería participar en lo que parecía un purga contra los testigos del impeachment.
Ante esa negativa, el presidente ordenó el despido de Sondland el mismo viernes, horas después de que expulsaran de la Casa Blanca al teniente coronel Alexander Vindman y a su hermano gemelo -y también teniente coronel- Yevgeny Vindman y les dijeran que sus servicios ya no eran necesarios. Vindman también fue testigo en una de las audiencias que convocaron los demócratas de la cámara baja para recabar información y evidencias antes de someter a Trump al fallido juicio político.
Estas destituciones llegan dos días después de que el Senado absolviera al presidente de Estados Unidos en una votación cuasi partidista. Solo un republicano, Mitt Romney, votó a favor de condenar al presidente por abuso de poder. No obstante, el político conservador, no creía que el presidente hubiera obstruido la labor del Congreso y se alineó con sus compañeros de partido en este cargo.
Los demócratas atacaron al ejecutivo por ordenar estos despidos, que llamaron “La masacre del viernes noche”. Para el partido que inició el juicio político contra el presidente, el Gobierno se estaba vengando de los cargos que no tuvieron otra opción que responder al llamado institucional de declarar lo que sabían.
Entre los senadores republicanos que trataron de disuadir al presidente está la senadora Susan Collins, de Maine, que después de votar para absolver a Trump dijo que ella creía que el presidente había aprendido la lección. Otros que respaldaron su postura fueron Thom Tillis, de Carolina del Norte; Martha McSally, de Arizona, y Ron Johnson, de Wisconsin.