¿Compraste muchos lácteos ante la crisis? No temas: congélalos y ahorra tiempo y dinero

Congelar los alimentos es una de las mejores formas de conservación que existen, de hecho es una técnica milenaria que iniciaron los primeros hombres con el objetivo de alargar el tiempo de vida de los alimentos y sobrevivir al frío invierno. Actualmente congelar los alimentos es sumamente importante no sólo como una gran medida de seguridad alimentaria, resulta indispensable para las industrias restaurantera y alimentaria; esto se debe a que ralentiza la descomposición al convertir la humedad residual en hielo y gracias a este proceso se inhibe el crecimiento de la mayoría de las especies bacterianas. Debido a las extraordinarias bondades que se relacionan con congelar hoy en día una larga lista de alimentos son candidatos; los más usuales son carnes, pescados, frutas y verduras, sin embargo existen algunos productos que no se nos ocurre guardar en el congelador como es el caso de los lácteos. 

Los lácteos son considerados un insumo básico de los hogares, exquisitos ingredientes como diversas variedades de quesos, yogurts, leche, mantequilla y crema es prácticamente un hecho que siempre forman parte de la cesta de compras; son productos que en muchas ocasiones se encuentran en oferta y a veces compramos más de la cuenta. La actual crisis de salud derivada de la pandemia por coronarvirus ha causado algunas compras de pánico en la población, entre las principales se encuentran los lácteos. Si te excediste en la compra una gran recomendación para evitar el desperdicio es congelarlos, es una magnífica alternativa para irnos consumiendo poco a poco, ahorrar tiempo y dinero. 

Tips para congelar bien los productos lácteos:

1. Revisa bien la fecha de consumo preferente: Normalmente los productos lácteos no tienen fecha de caducidad, más bien contienen una fecha en la que se indica el consumo preferente, la cual señala un descenso en la calidad del producto, no en su seguridad (es decir que no pone en riesgo la salud).  Recuerda si contiene fecha de caducidad, está se refiere al día límite en el cual el alimento ya no es adecuado para el consumo desde el punto de vista sanitario. 
2. Congela productos frescos: Recuerda entre más frescos sean los lácteos, mejor será congelarlos. Un buen consejo cuando se compran grandes cantidades, es dividir los alimentos de tal manera que refrigeras una parte y congelas la otra. Es un buen tip para irlos distribuyendo poco a poco conforme el uso que se les vaya dando en el hogar.
3. Congela productos que no han sido abiertos: Es la mejor manera de evitar cualquier riesgo, ya que son alimentos que una vez abiertos tienden a desarrollar contaminación por agentes patógenos. 
4. ¿Qué hacer cuando congelas un producto con fecha vencida de consumo preferente?: No deberás extender la congelación por más de tres meses, el producto deberá estar cerrado y una vez que lo descongeles se debe consumir en las siguientes 24 horas, por supuesto manteniéndolo en refrigeración. Nunca lo vuelvas a congelar.
5. Los recipientes  y las porciones adecuadas: En general cuando congelas productos cerrados, no es necesario que los retires de su envoltorio original. Puedes protegerlos más si los acomodas en recipientes herméticos, cada uno con su etiqueta. También es importante que los porciones en porciones pequeñas y así vas utilizando únicamente lo que necesitas en cada ocasión.
6. Siempre etiqueta: Contempla pegar en cada contenedor una etiqueta que indique los siguientes conceptos: la fecha de consumo preferente del producto, el nombre del alimento y el día en que lo estás congelado. Esto es de gran ayuda para tener mejor organizado el congelador.
7. El buen mantenimiento del congelador: Revisa que el congelador este limpio, sin escarcha y a la temperatura promedio recomendada (la cual oscila entre los -15 y -22 ºC), aunque la recomendación perfecta es mantenerlo a -18ºC. 
8. Descongela correctamente: Es el paso fundamental y la medida clave de seguridad alimentara; un buen consejo es pasar el lácteo congelado a la parte menos fría del refrigerador, hasta que se descongele, es una buena manera de evitar someterlo a cambios de temperatura bruscos. Una vez descongelado consume lo más rápidamente posible, como máximo en 24 hrs.