“AMLO y TVAzteca son equipo frente al coronavirus”

Los posicionamientos del empresario y el mandatario mexicano han dado mucho de qué hablar ante la epidemia del coronavirus

Ricardo Salinas Pliego y AMLO.

Ricardo Salinas Pliego y AMLO. Crédito: Agencia Reforma

MÉXICO – Que el presidente Andrés Manuel López Obrador es de los líderes escépticos a las medidas de confinamiento extremo en contra del coronavirus no es novedad ni tampoco la oposición por parte de Ricardo Salinas Pliego —dueño de TV Azteca y uno de sus empresarios favoritos —, por lo cual, analistas políticos los consideran  ya una “mancuerna” de comunicación para llevar a la par dos discursos: el políticamente correcto de “quédate en casa” y el rebelde.

Las conclusiones sobre esta estrategia de comunicación mixta derivaron de comentarios de Javier Alatorre, el conductor estrella de la televisora, quien pidió a la población la semana pasada “no hacer caso” de las cifras y estrategias oficiales del subsecretario Hugo López-Gatell, quien representa a la Secretaría de Salud partidaria del distanciamiento social.

El presentador lo solicitó en horario estelar y la televisora lo secundó inmediatamente en sus redes sociales con mensajes peyorativos sobre el aislamiento en el mismo tono maniqueo en que Salinas Pliego resumió las consecuencias de la crisis por COVID-19 en la economía: o muerte por coronavirus o muerte por hambre.

La línea editorial confundió a la opinión pública porque Salinas Pliego ha sido el empresario favorito de AMLO: con contratos del gobierno, este polémico hombre de negocios pasó del quinto lugar al segundo como hombre más rico del país, según la revista Forbes.

Al amparo de sendos contratos sin licitar, Banco Azteca repartirá el dinero del programa principal del presidente para repartir el dinero entre los más pobres: un multimillonario negocio.

En las últimas horas, la organización civil PODER analizó en el sistema de información abierta Compranet, que registra las compras del gobierno, y descubrió que TV Azteca obtuvo el presupuesto mayor para la campaña de difusión las “Medidas de Prevención y Atención contra el COVID-19” que arrancó el 4 de abril y concluirá el 5 de mayo.

“Es obvio que no hay un enfrentamiento entre López Obrador y Salinas Pliego, sino un uso mutuo porque los dos están en contra de la cuarentena radical”, advirtió Javier Romero, politólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). “El presidente está aprovechando la actitud beligerante de un empresario y voraz para envíar un mensaje que no quiere decir abiertamente”.

Contexto

Cuando el virus venía en camino hacia a México a través de los viajeros que visitaron áreas contagiadas, principalmente en Estados Unidos y Europa, López Obrador sostuvo su política de recibir a todos los vuelos del mundo y tardó mucho tiempo para colocar filtros o cuestionarios para detectar a posibles infectados en el aeropuerto.

“No había ni gel antibacterial”, se quejaron muchos.

Mientras tanto, mantuvo sus giras de trabajo por todo el país sin cubreboaca (y lo sigue sin usar en sus presentaciones públicas) y dejó que siguiera la fiesta hasta principios de marzo con eventos multitudinarios como el festival de música Vive latino. En una visita a Guerrero, mordió la mejilla de una menor de edad cuando el mundo ya prohibía incluso los abrazos y para abril todavía saludó de mano a la mamá del narcotraficante preso en Estados Unidos Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Los críticos del presidente leyeron estas acciones como un mensaje velado a la población, para que no se encerrara y evitar así una crisis económica mayor dado que los tres principales ingresos del país, las remesas, el petróleo y el turismo se precipitaban en picada.

“López Obrador ve la cuarentena como un mal mayor y está de lado de quienes preferirían no sacrificar la economía, pero, al mismo tiempo, está temeroso de que las muertes le traigan una costo político”, agregó Romero.

Por ello, dijo, el presidente mantiene a López Gatell como rostro de la contención, porque ha ganado mucha popularidad entre las clases sociales más preparadas por su política de contención mientras, por otro lado, echa mano de los críticos para lanzar “fuego amigo” con aliados que piensan como él.

Salinas Pliego está preocupado por sus propias finanzas. En los últimos meses suspendió algunos de sus negocios al menudeo, pero se ha negado una y otra vez a cerrar otros como Elektra. En tanto, muchos de los 100,000 empleados de Grupo Salinas y sus subsidiarias tienen que trabajar en las oficinas donde ya ha habido varios contagios.

La politóloga Denise Dresser observa que la mancuerna explica la falta de dureza en la respuesta del presidente al llamado a la desobediencia pública que hizo TV Azteca. A diferencia del trato que ha dado a otros medios de comunicación como Reforma o El Universal e incluso algunos internacionales como The Guardian, a los que ha descalificado y tachado de manipulación, a la televisora le respondió con tacto.

Dijo que “su amigo” Javier (Alatorre) se “equivocó” y sugirió que no se le pusieran sanciones como solicitó la Secretaría de Gobernación o que se le procesara judicialemnte por “terrorismo” como pidió un legislador federal.

“No importa que el concesionario de un bien público convoque a desobedecer al gobierno, no importa que desde la pantalla desafíe los ordenamientos de la autoridad sanitaria como lo comprobamos con la postura presidencial en la mañanera de hoy”, expuso Dresser

“Se le elogia, se le dan contratos a manos llenas a pesar de una larga lista de hechos que lo colocan como un empresario muy cuestionado”.

Los miedos

A mediados de marzo pasado un grupo de delincuentes organizados en redes sociales le dieron a la sociedad mexicana y a su gobierno una probadita de lo que podría venir por el riesgo de que el confinamiento y el cierre de comercios para prevenir el coronavirus: saqueos.

Aunque las autoridades aclararon que los robos y rapiñas ocurridas en la CDMX y su zona conurbada no eran producto de hambre puesto que no robaron artículos de primera necesidad, también reconocen que mucha gente vive al día y, si no puede salir a trabajar, podría generar inestabilidad social.

Entendemos que detener la maquinaria económica afecta a la gente que no tiene capacidad de ahorro y a los millones que están en la economía informal y ese es un temor muy fuerte en el gobierno”, observó Horacio Vives, analista del Instituto Teconologico Autónomo de México.

Una proyección del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) calculó que, si no se toman medidas urgentes, al final de la pandemia se encontrarían en pobreza 21 millones de mexicanos más y se sumarían a los 50 millones que ya existen.

“Eso frenaría muchos proyectos del actual gobierno y le puede traer un costo político por lo que está en sintonía con la postura empresarial de Grupo Salinas para no detener la maquinaria económica”.

Para el año 2021, México tiene programadas las elecciones intermedias para renovar la Cámara de Diputados federal y diversas gubernaturas codiciadas por todos los partidos. La manera en que se maneje la crisis de Covid 19 tendrá un impacto político y así lo están manejando los políticos según sus propios criterios  de prioridad: salud o economía.

En Jalisco, Michoacán, Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, los gobernadores han tomado medidas de confinamiento radicales después de algunos focos de contagio o ante el temor de complicar sus sistemas de salud. En Baja California, Jaime Bonilla, el mandatario local de extracción morenista, criticó la falta de estrategias previas para evitar los contagios, principalmente en las fronteras, donde hoy se concentran algunas ciudades con el mayor número de casos.

Desde la trinchera de Azteca, Alatorre siguió con la misma línea de inicitación y en su cuenta de la red social Twitter escribió: “Reconozco al presidente Andrés Manuel @lopezobrador_ por su defensa permanente de la democracia y la libertad. Él mejor que nadie comprende el esfuerzo que las familias mexicanas hacen todos los días por salir adelante. No podemos permitir que el miedo esté por encima de México”.

“Vemos que hay posturas en diferentes direcciones y, al final de cuentas, los ciudadanos van a evaluar cómo actuó cada político y los reflejos para resolver uno de los mayores problemas de los últimos tiempos”, destacó el analista Vives.

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