¿Por qué no deberías agregar leche al té?
El té es una bebida saludable, pero agregarle leche podría disminuir sus beneficios
El té es una bebida considerada saludable y de las más populares en el mundo, y además de la tradicional preparación de verter agua caliente sobre las hojas de Camellia sinensis, hay otras maneras de beberlo. Una de las preparaciones comunes es añadiéndo leche, lo que podría no ser la mejor opción.
Antioxidantes
Los dos compuestos relevantes del té son cafeína y polifenoes. Son estos últimos los químicos vegetales que dan a los tés su sabor y aroma, pero sobre todo las propiedades benéficas para la salud.
Los polifenoles o flavonoides actúan como antioxidantes, que controlan los efectos dañinos de los radicales libres en el cuerpo. Con ello no solo se previene un envejecimiento prematuro, también reducen riesgo de enfermedades.
El consumo diario té de 2-3 tazas diarias está asociado con un riesgo reducido de muerte prematura, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2.
Cuando agregas leche
La proteína en la leche puede reducir la capacidad antioxidante del té. Ya que los flavonoides se “desactivan” cuando se unen a proteínas, explica la Escuela de Salud Pública de Harvard.
La reducción de la capacidad antioxidante del té se da aun en casos de leche desnatada o semidesnatada.
Consumir té con leche no hace que el té sea una bebida que afecte tu salud, aunque se verían reducidas las sustancias que te ofrecen múltiples beneficios.
Cómo prepararlo
Puedes servir caliente o una jarra de té helado.
El té puede ser: negro, verde, oolong y blanco.
El té negro y oolong se sumerge en agua caliente o hirviendo (210°F) y se preparan durante 4-5 minutos.
El té verde se sumerge en agua a una temperatura ligeramente más baja (180° F) de 4 a 15 minutos. A mayor tiempo más fuerte sabor con notas amargas.