Reabren un centenar de maquiladoras fronterizas en el pico del contagio

Presión estadounidense obliga a gobernador de Baja California permitir la apertura de negocios no esenciales para el estado.

Trabajadores de costura. Foto de archivo.

Trabajadores de costura. Foto de archivo. Crédito: Archivo / AFP

Justo en la semana en que inició su “pico” de la pandemia, Baja California reabrió por lo menos un centenar de maquiladoras que había cerrado para prevenir contagios y más fallecimientos.

Durante semanas, el secretario de Salud de Baja California, Alonso Pérez Rico, anunció que esta semana que termina sería la primera de las dos peores para su estado en relación al Covid 19.

Hoy domingo hizo una semana, en que oficialmente advirtió que el lunes 27 de abril “empieza la etapa más crítica de la pandemia en Baja California”.

Sin embargo, el jueves, a cuatro días de iniciar la peor etapa, el estado reabrió cien maquiladoras estadunidenses, de un total de unas 550, que en las semanas anteriores había cerrado gradualmente por operar sin ser consideradas esenciales.

Secretario de Salud, Alonso Pérez Rico.

El secretario de Economía y Turismo en el estado, Mario Escobedo Carignan, declaró el jueves que, aunque localmente las fábricas que reabrieron no eran consideradas esenciales, sí resultaban esenciales como parte de una cadena de producción “para otras partes del mundo” con las que se vinculaban.

Horas después se supo que un grupo de senadores estadunidenses, entre ellos Dianne Feinstein, envió ese mismo día una carta al secretario de Estado, Mike Pompeo, para exigir que México explicara su concepto de “esencial” después de cerrar las fábricas de capital estadunidense en la frontera.

En Baja California el COVID-19 cobra una vida en promedio cada 3.1 horas; en Tijuana, donde se concentra la mayoría de las maquiladoras, el COVID-19 causa una muerte cada 4.5 horas.

En promedio diario, a lo largo de semanas, cuando el gobernador Jaime Bonilla y el secretario de Salud presentaban actualizaciones del día en Facebook live, ambos, al referirse a los fallecimientos y contagios por edades en el estado, decían que la mayoría de las víctimas de la pandemia tenían “edades que corresponden a la clase trabajadora”.

Gobernador Jaime Bonilla. (Cortesía)

El gobernador culpó reiteradamente a “empresarios sin escrúpulos” de tratar de obligar a los trabajadores a asistir a sus labores cuando ya se detectaban contagios en ese sector.

Ninguno de ellos se refirió a numerosas quejas populares de fiestas en casas particulares hasta horas de la madrugada, o de la falta de distanciamientos en tianguis conocidos como mercados sobre ruedas, ni al transporte público con frecuencia saturado y con pasajeros que hasta recientemente comenzaron a usar cubre bocas. Responsabilizaron a las empresas.

La fricción con empresarios comenzó cuando el gobernador Bonilla exigió que vendiera localmente parte de su producción a una fábrica estadunidense que ensambla ventiladores como los que se usan para salvar vidas a víctimas del COVID-19.

El 9 de abril, la firma Smiths Medicals se negó a vender respiradores a Baja California al argumentar que tenía que cubrir contratos pro una creciente demanda de aparatos en Estados Unidos.

El gobernador Bonilla declaró que “entonces no tiene una producción esencial para Baja California” y ordenó que cerraran la maquiladora, cuando también el mercado estadunidense requería desesperadamente de aparatos.

Trascendió que, por quejas en Estados Unidos, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, llamó por teléfono al gobernador Bonilla para invitarlo a recapacitar, pero Bonilla Valdez respondió que “estoy seguro que el señor presidente me va a apoyar”.

Baja California tenía en esos momentos 112 respiradores disponibles para una población de más de 3.6 millones de residentes.

El 13 de abril Smiths Medicals reiniciaba operaciones y el gobernador declaró que “entendieron nuestra posición y la situación que vive nuestro Estado por la pandemia, y nos apoyarán con el equipo médico que tanto necesitan los hospitales para atender a los pacientes contagiados de coronavirus”.

“Hay que recordar que no somos colonia de nadie, y agradezco mucho a Smiths Medical, que haya cambiado de opinión”, agregó.

Pero el cierre y sanciones a maquiladoras continuó y el mandatario estatal las mencionaba en cada presentación en vivo como causantes del creciente cúmulo de contagios y fallecimientos.

Fue entonces que, el 29 de abril, once senadores estadunidenses, entre ellos Ted Cruz y Feinstein, exigieron en carta al secretario Pompeo que México definiera su concepto de “esencial”.

“Ambas naciones solo podrán reducir el impacto económico de este desafío global a través de una mayor coordinación, y garantizar el funcionamiento de las cadenas de suministro es un paso vital para hacerlo”, dice la carta.

Advirtieron que tomado como promedio el 2018, Estados Unidos importó de México bienes por 341 mil millones de dólares.

Sin mencionar esa carta, el secretario de Economía de Baja California dijo que reabrirá un centenar de maquiladoras en las que se respetará el distanciamiento, mediante participación reducida de persona, e incluso en el transporte de trabajadores a sus labores.

Ha sido imposible confirmar si los trabajadores realmente se encuentran en esas circunstancias, porque en cada empresa guardias de seguridad impiden que la prensa entre o se presente en las inmediaciones.

Llama la atención, sin embargo, que ni el gobernador ni el secretario de Salud vuelvan a referirse a los fallecimientos en el estado como “de edades pertenecientes a la clase trabajadora”.

Incluso el sábado, en el sexto día del periodo que el secretario de Salud anunciaba como el más difícil para la pandemia en Baja California, Pérez Rico declaró que “Baja California alcanzó la menor cantidad de casos confirmados en los últimos 15 días”.

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