No te espantes, mejor aprende a cuidar la coquetería de tu hija pequeña
Las niñas entre 4 y 6 años comienzan a tomar conciencia de la distinción que existe entre hombres y mujeres
Maquillaje, vestidos, tacones y ¿después? ¿Qué puede seguir para ella? Es el caso de casi cualquier niña pequeña entre los cuatro y los seis años, que de pasar largo rato con sus juguetes ahora solo piensan en verse linda.
Justo al llegar a la etapa del preescolar, las niñas son unas coquetas empedernidas. Esto es porque han tomado conciencia de la distinción que existe entre hombres y mujeres, y por ello pasan por un proceso de identificación de sí mismas.
Pero para muchos padres, este proceso es raro y complicado, lo ven como si sus pequeñas princesas de pronto quieran vestirse como chicas mayores con una evidente carga de sex appeal. Si bien esta coquetería es nueva para los padres, debe ser vista como el nacimiento de su identidad femenina.
Frente a lo que ven, mamá o papá no deben olvidar que ellos siguen teniendo ese rol de ejemplo y guía en su vida. Educarlas con valores bien cimentados para que sean de gran utilidad en diversas conductas y comportamientos a lo largo de su vida. Es decir, enseñarles a sentirse bien en donde quiera que se encuentren.
Dejar a las niñas ponerse un poco de maquillaje en su rostro no es otra cosa que permitirles y estimularlas a tomar algunas decisiones, respetándolas a tener sus propios gustos, tanto en el tema del vestir como en otros para su desarrollo socioemocional. Lo mejor es no tratarlas como muñecas, sino como individuos con criterios propios: les ayuda a desarrollar su sentimiento de autonomía.
No significa que los padres dejen hacer todo lo que quieran, sino que sus padres siempre tengan la última palabra en su juego, como negociar y llegar a acuerdos. Por ejemplo, mostrarle dos o tres conjuntos de ropa y que la pequeña decida. Tú decides la prenda principal y ella el complemento. Esto es como dejarla ser parte de su apariencia y que decida, pero siempre debes cuidar el chantaje.
Nunca se debe descuidar su apariencia, si un padre considera que resulta inapropiada su vestimenta, evita que lo haga fuera de casa, pero sobre todo a las niñas hay que enseñarles que más allá del atractivo físico, ellas valen por su inteligencia, generosidad, bondad y perseverancia.