Brasil rumbo a la reapertura económica con 28,000 muertos
Este fin de semana los decesos podrían superar los 30,000, de acuerdo a las predicciones más pesimistas
Muchas ciudades de Brasil se encaminan hacia una reapertura de los comercios y las actividades económicas, cuando el coronavirus aún avanza con fuerza y ya deja casi 28.000 muertos en el país, uno de los más castigados por la pandemia.
Según los últimos datos oficiales, Brasil ya es el segundo país del mundo, por detrás de Estados Unidos, en el número de casos, con unos 470.000. Es además el quinto en muertes, que este fin de semana se calcula que pueden rozar los 30.000, pero aún así ha iniciado una reapertura que muchos especialistas en salud consideran precipitada.
Una de las ciudades en las que se ha adelantado la retomada de las actividades comerciales es Brasilia, la primera en el país en adoptar medidas de aislamiento social, el pasado marzo.
Este fin de semana es el primero con los centros comerciales en funcionamiento y miles de personas retomaron sus hábitos de consumo, reprimidos durante los dos últimos meses. Continúan cerrados los bares y restaurantes, pero el comercio ha vuelto a pleno.
Aún con restricciones, con el uso obligatorio de mascarillas para empleados y clientes, los centros comerciales recibieron millares de clientes este sábado, cuando las tasas que miden la permanencia de los ciudadanos en sus domicilios cayeron del promedio del 50 % que habían tenido en los últimos días a poco menos del 40 %.
Brasil, sin rumbo político fijo mientras los muertos aumentan
— OMAR ENRIQUE MOLINA (@aramoli93) May 30, 2020
La caótica gestión del presidente en la crisis del coronavirus ha llevado a dos de sus ministros de Salud, ambos médicos, a abandonar el barco en menos de un mes. pic.twitter.com/O04qXKNu1c
El caso de Brasilia es particular, porque en la capital del país conviven la administración local, responsable de administrar las restricciones de circulación, y el Gobierno federal, presidido por Jair Bolsonaro, un negacionista de ultraderecha que censura todo tipo de cuarentena y exige volver a una plena actividad económica.
En el Distrito Federal de Brasilia, que tiene unos tres millones de habitantes, los últimos balances indican que hay 8.722 contagios, con 142 muertes, y muestran una curva pandémica aún en ascenso.
El Gobierno local ha defendido la reapertura del comercio con el argumento de que el sistema hospitalario de la ciudad ha respondido y está lejos de un colapso, con una tasa de ocupación de unidades de terapia intensiva que se sitúa en el 51 %.
Sin embargo, hay algunos datos que preocupan a los especialistas en salud. Desde la reapertura de los centros comerciales, el pasado miércoles, unos 50 empleados de tiendas han contraído el COVID-19.
El riesgo de abrir y cerrar en cuestión de días
La ciudad de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, el segundo más poblado del país con 21 millones de personas, ensayó una reapertura comercial esta misma semana, pero la víspera se vio obligada a limitarla por un abrupto aumento de los contagios.
“Tenemos que abrir poco a poco, más lentamente”, dijo el alcalde de Belo Horizonte, Alexandre Kalil, quien contrarió así la presión de muchos sectores del comercio y la industria que exigen la vuelta de las actividades más rápidamente.
La disyuntiva entre salud y economía también es un intríngulis para el estado de Sao Paulo, que con unos 46 millones de personas concentra al 22 % de la población brasileña y es el motor económico de un país, que según todas las previsiones se hundirá en una grave recesión este año por causa de la pandemia.
La ciudad de Sao Paulo, capital del estado, el más afectado del país, está dividida administrativamente en 38 municipios en los que, a partir del próximo lunes, comenzará una reapertura gradual de la actividad económica, aunque en diferentes escalas.
Un reto titánico para municipios separados apenas por una calle, con una alta densidad poblacional y en los que algunos ciudadanos podrán retomar sus actividades, en tanto que sus vecinos deberán continuar recluidos.
Aún así, tanto el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, como el alcalde de la capital, Bruno Covas, han advertido que si el número de contagios llegase a dar un salto exponencial con la reapertura, esa decisión podrá ser modificada de inmediato.