Qué le pasa a tu cuerpo si dejas de comer grasas

Durante años la grasa ha sido considerada como un enemigo de la salud y el peso corporal. Sin embargo resultan esenciales para el organismo, conoce las consecuencias de evitar su consumo

chocolate

Para aliviar las emociones con comida, lo común no es recurrir a comer vegetales u otros alimentos bajos en calorías. Crédito: Shutterstock

Cuando hablamos de grasas la realidad es que son un nutriente que se ha caracterizado por tener cierta mala reputación, cuando se trata de comer saludable y bajar de peso. Es por ello que entre las principales restricciones alimenticias para conservar un peso saludable se encuentra eliminar el consumo de grasas. Sin embargo es importante entender que las grasas son básicas para el organismo y las necesita para mantenerse vital y sano. Las grasas constituyen la reserva energética más importante del organismo, son las encargadas de transportar a las vitaminas, desarrollan funciones inmunológicas, fisiológicas y estructurales, intervienen en la formación de las hormonas y otras reacciones vitales del cuerpo.

Con base en este antecedente es importante entender que las grasas no son malas, son esenciales para  la existencia humana, consumir grasas nocivas para la salud o en exceso es lo que es malo. Es por ello que resulta fundamental prestar atención al consumo de grasas saludables en la dieta y garantizar las cantidades correctas.

Como tal no existe un concepto que hable de las “grasas buenas” o las “grasas malas” pero si podemos referirnos a ellas determinando si son o no beneficiosas para el organismo. Cuando partimos de este concepto se clasifican en dos tipos:

  • Grasas hidrogenadas, saturadas y trans: Este tipo de grasas son las que se utilizan en la industria alimenticia para elaborar productos procesados, entre los que se destacan la bollería industrial, los aceites de palma. la carne de vaca y cerdo, el chocolate, la mantequilla y los lácteos. Cuando se consumen en exceso son sumamente dañinas para la salud, esto se debe en gran parte a su efecto inflamatorio y oxidativo en el cuerpo, lo cual se deriva en enfermedades crónicas como riesgos cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer, la diabetes y la obesidad. Resulta indispensable consumirlas con mucha cautela y de manera ocasional.
  • Grasas insaturadas: Son aquellas que su consumo se relaciona con efectos sumamente benéficos para la salud, entre los principales se atribuyen sus propiedades antiinflamatorias y su efecto positivo en los altos niveles de colesterol. Entre sus principales cualidades nutricionales se destacan por extraordinario contenido en ácidos grasos Omega 3 que tienen la capacidad de mejorar el funcionamiento cerebral, digestivo, cardiovascular y son un buen aliado para la salud ocular y de la piel. La buena noticia es que se encuentran en alimentos nutritivos y deliciosos como es el caso del aguacate, el aceite de oliva, los frutos secos, las semillas de chía y sésamo y los pescados grasos, como el salmón. 

Señales que indican la baja ingesta de grasas saludables:

1. Tienes hambre todo el tiempo

Esta es una de las principales señales que manda el organismo cuando no nos estamos alimentando de manera equilibrada y el cuerpo intentará recuperarlo de donde pueda. También cuando no se reciben las calorías necesarias es muy probable que sea por una disminución en el consumo de grasas, sin embargo este es un factor que aumenta el consumo de carbohidratos nutrientes que se asocian con causar posibles aumentos en los niveles de azúcar en la sangre. Es importante tener en cuenta que el cuerpo busca en equilibrio correcto, es por ello que consumir las cantidad necesarias de grasa es bueno para brindar saciedad y disminuir la digestión.

2. Puede derivarse en afectaciones al corazón

El consumo de grasas monoinsaturadas es bueno para el corazón, esto se debe a que aumentan los niveles del colesterol bueno “HDL” en la sangre y al mismo tiempo son un buen aliado para disminuir los altos niveles de triglicéridos. Estos factores intervienen positivamente en un menor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y derrames cerebrales. 

3. Aumenta el consumo de azúcar

Normalmente relacionamos el menor consumo de grasas saturadas con beneficios en la disminución del riesgo de padecer enfermedades cardíacas, sin embargo en los últimos años se ha comprobado que el consumo de azúcares refinadas se asocia más directamente con el desarrollo de condiciones cardíacas. En muchas ocasiones cuando se realizan restricciones alimenticias, por ejemplo en grasas es bastante normal que aumente el consumo de otras sustancias como el azúcar, ya que el organismo busca compensarlo de alguna manera.

Es por ello de vital importancia supervisar la calidad de las grasas que estamos consumiendo, teniendo en cuenta que la ingesta diaria recomendada por especialistas en nutrición y medicina es del 30% de las calorías totales. No se trata de eliminarlas de la dieta más bien de encontrar las opciones más saludables para cumplir con los requerimientos.

Lo mejor que podemos hacer es quitar por completo de la dieta el consumo de grasas no saludables y mantener el consumo enfocado en las grasas insaturadas y poliinsaturadas (como es el caso de los ácidos grasos Omega 3 y 6). Este último grupo se destaca por sus propiedades cardioprotectoras, antioxidantes y antiinflamatorias. Recuerda quitar la grasa de forma radical de la alimentación, nunca será una alternativa saludable y estaremos propiciando una mayor predisposición a padecer enfermedades cardiovasculares, metales, cambios en el estado de ánimo y en el rendimiento físico y mental.

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