¿Cómo saber si somos intolerantes a la culpa?
La intolerancia a la culpa repercute en las decisiones que una persona puede tomar en su vida
La intolerancia a la culpa no es una situación extraña o ajena a la mayoría de las personas. Esto es más común de lo que se percibe a simple vista, y este artículo puede servirte para darte cuenta de ello.
¿Qué es la intolerancia a la culpa?
Mario Guerra, psicoterapeuta, señala en un reportaje de WRadio que la intolerancia a la culpa es la evaluación especialmente negativa hacia el sentimiento de culpa, diagnóstico que ocasiona ansiedad en la persona.
En otros términos, la intolerancia a la culpa puede ser entendida como la percepción de que la culpa es amenazante, tanto así que se vuelve intolerable de tener y experimentar.
Una persona con intolerancia a la culpa tiende a sufrir ansiedad cuando tiene pensamientos, impulsos, o ejecuta acciones que le inspiran un sentimiento de culpa. Incluso, es posible que sienta que puede dañar a otros con sus acciones.
Efectos de la intolerancia a la culpa en nuestras vidas
Un efecto recurrente que tiene la intolerancia a la culpa es que la persona tiende a aceptar situaciones o acciones que no son de su agrado porque le es más soportable que albergar la culpa que sentiría si decidiese negarse.
Otro efecto es que la persona puede apresurarse en pedir perdón por lo que hizo con tal de desentenderse del sentimiento de culpa que puede afectarle, en caso de no pedir perdón. Esto puede generar consecuencias negativas en el aprendizaje que tengas sobre aquello que hiciste.
Por otro lado, la intolerancia a la culpa puede ser explotada por una persona abusadora o manipuladora si ella logra ver esa debilidad en ti. Esto puede desembocar en una relación peligrosa e insatisfactoria.
Hay que ver la intolerancia hacia el sentimiento de culpa como una situación que, aunque no afecta tu salud de manera muy grave, sí tiene repercusiones en otros ámbitos de tu vida, por lo que no es un problema menor, y debe ser tratado con terapeutas especialistas.