Las sospechas por el uso de sustancias prohibidas han marginado a Sammy Sosa de Chicago y el Salón de la Fama

Luego del estreno del documental de ESPN “Long Gone Summer” que revive aquella temporada de 1998 en las Ligas Mayores con la disputa por el título de cuadrangulares entre Mark McGwire y Sammy Sosa en la que se rompió la marca de más vuelacercas en una campaña regular que ostentaba de Roger Maris, ha vuelto la polémica respecto al trato en que ambos peloteros han tenido al término de sus respectivas trayectorias en los diamantes.

Por un lado, McGwire, sigue manteniendo su estatus de ídolo con los Cardinals de San Luis con todo y su confesión por el uso de sustancias prohibidas e incluso ya integra el Salón de la Fama del equipo, mientras que sobre Sosa pesa un sutil pero permanente desdén por parte de los Cubs de Chicago a pesar de contar con varias marcas en la historia de la franquicia y que la mayoría de los aficionados lo respaldan.

El distanciamiento entre Sosa y los Cubs ha sido un tema recurrente; sin embargo, el dueño del equipo, Tom Ricketts, ha fijado una postura en la que pide una especie de confesión tipo McGwire, declaración que el dominicano se ha negado a dar debido a que él insiste en su honestidad durante sus años como pelotero a pesar de haber sido señalado en la lista de 103 jugadores publicada por el New York Times que habrían dado positivo por abuso de sustancias prohibidas en 2003.

“Creo que ese momento va a llegar. Estoy deseando que llegue. Espero que en un futuro próximo me llamen de vuelta a Chicago”, dijo Sosa el domingo en entrevista con Scott Van Pelt, en ESPN.

Asimismo, respecto a su inclusión en el Salón de la Fama del béisbol en Cooperstown, a Sosa se le agotan las oportunidades para ingresar y el castigo por parte de los periodistas elegibles para votar es notorio al sumar en la elección de 2020 tan solo el 13.9 por ciento del 75 necesario para ingresar al recinto.

Sammy Sosa se ubica en el noveno lugar en la historia en la lista de cuadrangulares, con 609, además de ser el único jugador de todos los tiempos con tres temporadas de más de 60 jonrones, pero más allá de si sus demás estadísticas son suficientes para alcanzar la gloria, sobre él sigue pesando una duda que incluso lo podría relegar al olvido.

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