Marchas y reapertura de negocios: razones del repunte del COVID-19 en San Bernardino
Autoridades ahora enfocarán sus esfuerzos en los jóvenes de entre 20 a 30 años, grupo que encabeza la lista de contagiados recientes en la zona.
El reciente aumento en casos confirmados de COVID-19 en el Condado de San Bernardino ha paralizado los planes de reapertura, y ha obligado a las autoridades a aumentar los sitios de pruebas en la región para alcanzar a los grupos de edad en riesgo.
Así lo confirmó a La Opinión David Wert, portavoz del Condado en donde el martes pasado, el número de casos confirmados de COVID-19 rebasó las 10,000 víctimas, regresando a la lista de Condados en Vigilancia del Departamento de Salud Pública del estado de California.
“El condado se está preparando para aumentar nuestra promoción de pruebas para todos, y dirigir más información para varios grupos de edad. Se prestará especial atención a las personas de entre 20 y 30 años de edad porque ellos representan la mayor parte de aumento reciente”, dijo Wert.
El portavoz agregó que “cerrar porciones de la economía a las que recientemente se les permitió reabrir sería un último recurso”.
“Pero el reciente aumento definitivamente ha paralizado los planes de reaperturas adicionales”, subrayó.
El Condado apareció por primera vez en la lista estatal el pasado 9 de junio, pero luego fue eliminado. El índice de resultados positivos se había mantenido en 8.6 por ciento acumulativamente, sin embargo, dicho índice rebasó el 9 por ciento en días recientes, dijo el director ejecutivo Gary McBride, el pasado martes ante la Junta de Supervisores.
McBride añadió que el reciente aumento se debe en parte a las congregaciones de personas ocasionadas por la reapertura de negocios, y a las manifestaciones en respuesta al acto de brutalidad policiaca que resultó en la muerte de George Floyd, en Minneapolis.
En dichas manifestaciones que se realizaron en varias ciudades importantes de Inland Empire, incluyendo San Bernardino, Riverside, Rancho Cucamonga, Fontana, Redlands y Upland, entre otras, se podía apreciar a personas ignorando los protocolos de salud estatales.
De igual forma, en negocios reabiertos se puede observar a personas sin mascarillas ni practicando la sana distancia de seis pies a la redonda. Esto pese a que la semana pasada, el gobernador de California Gavin Newsom ordenó usar las mascarillas en forma obligada en lugares públicos.
Ayer, el gobernador dijo que no es realista esperar a que las fuerzas del orden den infracciones a personas por no portar mascarillas o a empresas por no obedecer las recomendaciones, pero que confía ampliamente en que la gente actuara responsablemente.
Wert explicó que las autoridades están dedicado el tiempo en educar a los principales negocios e infractores sobre el riesgo que representa no utilizar mascarillas.
“Lo mejor que podemos hacer es continuar educando de manera efectiva al público e instarlos y contar con ellos para que sean responsables y considerados”, dijo.
Al menos una empresa de la zona ha declarado abiertamente que no obedecerá los mandatos estatales y que no obligara a los clientes a portar mascarillas.
Se trata de Riley’s Farm, ubicado en la comunidad Oak Glen. El propietario James Riley, quien el año pasado dijo que el problema que aún persiste en el país es la “supremacía negra”, hizo el anuncio en su cuenta de Facebook.
“Con el debido respeto al gobernador de California, continuaremos con nuestra posición actual de tolerancia para todos los invitados y personal: use una máscara si lo desea y no la use si no lo desea”, escribió Riley.
“En un momento en que tantos saqueos y basura que provocan incendios causan estragos, la policía local tiene que decidir si patrullar la máscara para una epidemia que tiene una tasa de supervivencia del 99.8 por ciento vale la pena, pensamos que no”.
Hasta el día de ayer, el condado de San Bernardino había registrado 10,769 casos confirmados de COVID-19, y 248 muertes. Entre las ciudades con más casos registrados se encuentra San Bernardino con 1,781; Chino con 1,289; Fontana con 1,219; y Ontario con 1,008.
Las ciudades con más muertes registradas son Redlands con 39, Ontario con 32, y Yucaipa con 25, según el tablero del condado.
El mandato estatal es claro y conciso, utilizar mascarillas en lugares públicos para evitar la propagación y contagio de COVID-19. Aun así, existe un sector de la población que se rehúsa a obedecer citando condiciones médicas.
Personas exentas
Según el Departamento de Salud Pública del estado de California, el uso de mascarillas aunado a lavado de manos y distanciamiento social, pueden reducir drásticamente las posibilidades de contagio y propagación del virus que ha afectado a más de 195,000 personas en todo el estado.
Sin embargo, existen personas exentas de usar la mascarilla, incluyendo niños de dos años o menos de edad, personas con una afección médica, problemas de salud mental o discapacidad que les impide usar la mascarilla. Esto incluye personas con una condición médica que podría obstruir la respiración o que están inconscientes, incapacitadas, o de otra manera, incapaces de quitarse una mascarilla facial sin ayuda.
El manual del estado también indica que las personas con discapacidad auditiva o donde la capacidad de ver la boca es esencial para la comunicación, están exentas de usar mascarillas.
Otras de las personas exentas son las que están encarceladas, y las que tienen una afección médica; no obstante, estas últimas deberán tener prueba de médico para no portar mascarilla.