Brasil: Junio rompió récord de incendios forestales en la Amazonia
Se registraron 2,.248 focos de incendio en la región
SAO PAULO – Brasil reportó en junio 2,248 focos de incendio en la Amazonía, lo que representa un 19.57 % más frente al mismo periodo de 2019 y el mayor número registrado para ese mes desde 2007, informaron fuentes oficiales.
Entre mayo y junio, los dos primeros meses de la época seca en el mayor bosque tropical del planeta, imágenes por satélite detectaron un total de 3,077 fuegos, un 12.5% más con respecto a los mismos meses del año pasado, según datos facilitados por el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE).
Organizaciones medioambientales ya habían alertado de un aumento de los incendios forestales durante la temporada seca, que se prolonga hasta septiembre, en la Amazonia brasileña tras los altos índices de deforestación en la región.
Los incendios en la Amazonia suelen extenderse por áreas que han sido previamente desforestadas, uno de los grandes problemas que enfrenta el ecosistema y que se ha agravado en los últimos tiempos.
La deforestación en el bioma se disparó un 85% en 2019, coincidiendo con el primer año del ultraderechista Jair Bolsonaro en la Presidencia de Brasil, hasta alcanzar los 9.165 kilómetros cuadrados, su mayor nivel desde 2016, según datos oficiales.
La tendencia continúa este año, pues, según un balance preliminar del INPE, las alertas de deforestación en la Amazonía brasileña aumentaron un 22% entre enero y mayo.
Desde principios de junio, tropas del Ejército realizan un operativo para evitar los crímenes medioambientales, entre ellos la tala indiscriminada de árboles, en la región amazónica brasileña, cuyos habitantes también lidian con la pandemia de coronavirus.
Diversos informes de organizaciones medioambientales indicaron que detrás de la deforestación y los incendios hay redes mafiosas que comercian ilegalmente con madera, minerales y ganado, y amenazan a las comunidades indígenas que viven en la Amazonia.
En 2019 hubo un total de 89,178 incendios que devastaron grandes áreas de selva amazónica, lo que entonces supuso un 30 % más con respecto al año anterior.
Ese año, las imágenes de los fuegos dieron la vuelta al mundo y fueron ampliamente condenados por la comunidad internacional y la sociedad civil, que culpó del desastre al discurso antiecologista de Bolsonaro, quien defiende la explotación de los recursos naturales en toda la Amazonia, incluidas las reservas indígenas.