Covid-19: batalla perdida para Trump

Trump muestra la mascarilla que usa en privado.

Trump muestra la mascarilla que usa en privado.  Crédito: BRENDAN SMIALOWSKI | AFP / Getty Images

Mientras en la mayor parte de Europa y Asia han logrado aplanar la curva de contagios y muertes por el Covid-19, en Estados Unidos la pandemia sigue fuera de control. Esta semana el país superó los 3 millones de personas infectadas y los 135 mil fallecimientos. Las razones de esta tragedia son tan dolorosas como claras.

Desde que, a principios de enero, se supo de la existencia del virus, faltó un liderazgo nacional para atacar la amenaza de manera efectiva. En lugar de escuchar a los expertos, Trump minimizó la importancia del Covid-19 al asegurar que los pocos casos que se habían detectado pronto se reducirían a cero. Se perdió un tiempo precioso para aislar a los infectados y hacer pruebas a quienes habían entrado en contacto con ellos con el fin de controlar el virus.

En marzo, cuando el Covid-19 empezó a causar estragos, California y después otros 29 estados decidieron ordenar el confinamiento en el hogar. La Casa Blanca prohibió entonces la entrada a viajeros de ciertos países y emitió algunas recomendaciones como respetar el distanciamiento físico. Pero Trump continuó sin hacer caso de medidas imprescindibles para evitar los contagios, como el uso de mascarillas y sus simpatizantes siguieron su ejemplo. Peor aún, se atrevió a recomendar medicamentos como la hidroxicloroquina que pueden causar la muerte a ciertos enfermos.

En los meses siguientes, Trump continuó con sus desatinos y declaraciones fuera de lugar como la de alentar las protestas contra la cuarentena en estados gobernados por demócratas y la de asegurar que, para evitar que se conociera el aumento en el número de casos del coronavirus, había pedido que se redujera el número de pruebas. De esta forma, se politizaron las medidas que hubieran ayudado a controlar el Covid-19. 

Hoy que la pandemia está incontrolable y la recuperación económica se ve más lejana, Trump no acepta responsabilidad alguna. En lugar de ello, como es típico, culpa a los demás de su fracaso. Los villanos de la película son, según clama, los Centros para la Prevención y el Control de las Enfermedades (CDC), Barack Obama, los medios de comunicación, los demócratas y, en especial, el doctor Anthony Fauci, quien básicamente lo que ha hecho es hablar con la verdad.

Trump quiere hacernos creer que todos ellos mienten sobre la gravedad de la pandemia con el único fin de descarrilar la economía para echar abajo sus posibilidades de ser reelegido.  Su administración se empeña en que todo se reabra a la brevedad posible, incluyendo las escuelas, sin tener un plan para hacerlo de manera segura.

Las encuestas indican, sin embargo, que cada vez son menos los que confían en él para sacar adelante al país. Esta es la razón principal por la que el demócrata Joe Biden lo aventaja ahora no sólo a nivel nacional sino en enclaves tradicionalmente republicanos como Florida, Pennsylvania, Wisconsin, Arizona y hasta Texas, según algunos sondeos.

*María Luisa Arredondo tiene más de 30 años de experiencia en el periodismo escrito.

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