Masculino para todos (y todas) y feminismo
La Academia de la Lengua RAE intenta justificar por qué no se explicita siempre el género gramatical femenino, aun sabiéndose que hay mujeres. Razona: porque tenemos un masculino de uso genérico. No solo es impreciso, sino hasta ofensivo para las mujeres en lo que les toca. Tienen razón las feministas en sublevarse.
No se ha avanzado tanto en igualdad de trato. En el pasado siglo se decía que el femenino de nombres, adjetivos y pronombres se formaba “a partir del masculino”, y nunca nos decían cómo se formaba el masculino.
Las explicaciones académicas parten de situaciones como esta: “los alumnos esperaban sentados”. El llamado masculino genérico -nos dicen- recubriría indistintamente a alumnos y alumnas. Se critica de ello la desigualdad en que se incurre, pues cuando hay “alumnas” en el grupo no se verbalizan. La RAE mantiene que se encuentran bajo un manto común. En la respuesta se confunde la forma física de las palabras con la compresión de los contenidos. Intentemos aclararlo porque a lo mejor lo que llaman masculino no es ni lo uno ni lo otro.
Siguiendo la lógica académica, si dijéramos que “alguien esperaba sentado” nos vemos abocados a decir que hay una forma masculina en “sentado” válida para hombres y mujeres. Pero ya que no hay ningún masculino (“alguien” no pasa de humano) tampoco puede haber algo “genérico”, menos aún, “masculino”. Peor todavía es el caso de “eso es lo correcto” pues “eso” ni siquiera puede tener género, su concordancia con “correcto” sería pues, en todo caso, “concordancia a-genérica”. La lógica de la academia se cae a pedazos. Si no hay masculinos, menos habrá “masculinos genéricos”.
Si se persiste en el recalcitrante “genérico masculino”, nos veríamos obligados, por la misma lógica, a tener que aceptar que en “cocina rico” o “huele feo” también serían “masculinos genéricos” tanto “rico” como “feo”. Pero todos sabemos que son adverbios que comparten forma con los adjetivos. Es un error mirar solo la forma superficial de las categorías gramaticales para llegar a grandes honduras. Hay que poner más esfuerzo en las respuestas a las consultas de los ciudadanos.
Recientemente, detectamos otro desliz achacable al manido “masculino genérico”. Ocurrió al responder la RAE a un contraste de hipotético lenguaje incluyente entre “lxs niñxs felices” vs. “lxs niñxs felicxs”. La RAE nos cuenta que “felices” es un masculino. Tienen suerte algunos de que hoy no hay Balbuenas para escarnecerlos. Porque “felices” no es masculino: es un adjetivo sin marcas específicas de género (masculino o femenino). Por ello, hablando con propiedad, es tan (poco) masculino como femenino.
Las demandas de los grupos feministas podrán ser discutibles, pero las respuestas de la RAE necesitan de unas puntadas urgentes porque se les sueltan los hilvanes.