Una carne asada se convirtió en la peor pesadilla de una familia de San Bernardino
Bajaron la guardia ante el coronavirus y el resultado fue de 10 infectados y un hombre que ahora tiene que aprender a caminar y comer otra vez
El dramático caso de una familia de Inland Empire, en el sur de California, sirve para recordar que no obstante los avances en cuanto a cifras relacionadas con el coronavirus en la región, bajar la guardia sería un error.
De acuerdo con el reporte del canal local ABC7, doce miembros de la familia Smith se juntaron el 7 de junio en Fontana para una carne asada en el patio trasero de una casa; no hubo mascarillas faciales ni distanciamiento social, incluso hubo algunos abrazos. Eventualmente 10 de las 12 personas que estuvieron en la “barbacoa” resultaron contagiadas de COVID-19.
“Fue como, vamos a juntarnos en el patio trasero. Ninguno había estado enfermo. Era un día muy bonito”, relata Tina Smith, residente de Apple Valley, en el Condado de San Bernardino. Pero la claridad de ese día en familia contrastó con la oscuridad que la familia encaró al paso de las semanas.
Pocos días después del encuentro, Tina y su esposo Randy desarrollaron síntomas y así se dieron cuenta que se habían contagiado. En realidad, ellos no están seguros si el coronavirus les llegó en la reunión familiar o por la actividad laboral de alguno de ellos dos, pues ambos trabajan en el sector salud.
Lo cierto es que ella estuvo hospitalizada tres semanas. Mucho peor le fue a Randy, puesto en ventilador desde el primer día. Estuvo en el hospital por un mes, luego mejoró un poco y después su condición se descompuso, con neumonía y pulmones colapsados.
“Nos llamaron a mi hijo y a mí para que fuéramos a decirle adiós. No había nada más que pudieran hacer”, agrega la señora Smith en la entrevista de ABC7.
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Sobrevive, pero sin músculo
En un acto de fuerza inesperada, el esposo mejoró al grado de ser dado de alta en agosto, y desde entonces ha estado en rehabilitación. Sin embargo, el daño que el coronavirus le ha causado es muy grande.
“Sus piernas están muy débiles. Ha perdido 45 libras en los pasados 90 días. Está muy flaco; la fuerza del músculo ya no existe”, explica ella.
Randy Smith es otra persona: resistió el COVID-19, pero éste le ha cambiado la vida. “Es es difícil de creer que este hombre está aprendiendo de nuevo a caminar, a vestirse, a comer”, confiesa su esposa.
Por ello, Tina Smith pide al público seguir haciendo caso de las órdenes de salud y tomar con seriedad al coronavirus.
“La gente dice: ‘No me importa usar la mascarilla’. Pero usen sus máscaras por los demás, no por ustedes. Úsenlas por mí, por su abuela, por sus niños”.
Irónicamente, el presidente Donald Trump volvió a expresarse esta semana en contra de la recomendación científica de su propio gobierno de usar mascarillas.
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