Halloween: Cómo fue que las brujas empezaron a representarse volando en escobas

Las brujas montadas en escobas son imágenes icónicas en la noche del 31 de octubre

La costumbre indica que las brujas vuelan en escobas.

La costumbre indica que las brujas vuelan en escobas. Crédito: Bee Felten-Leidel | Unsplash

Uno de los disfraces clásicos en la noche de Halloween es el de brujas. Una túnica oscura, sombrero puntiagudo y la escoba son elementos que no pueden faltar en este atuendo. En el imaginario colectivo estas hechiceras tienen un aspecto terrible, realizan pócimas extravagantes y, por supuesto, vuelan montadas en su inseparable escoba.

Pero, ¿cómo fue que llegaron a volar a bordo de este artículo de limpieza? En la antigüedad las brujas eran mujeres jóvenes que usaban ‘magia’ para hacer el bien. Sin embargo, en la Edad Media la religión cristiana era la que predominaba en Europa y rechazaba toda clase de práctica ‘mágica’.

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Los religiosos contrastaron el bien con el mal y relacionaron las prácticas de las hechiceras con el diablo y la herejía. Todo este conglomerado de pensamientos terminó en una persecución o ‘caza de brujas’ que tuvo su punto más álgido en los siglos XVI y XVII, según reseña Verne.

En el arte nacieron las bujas voladoras

Fue entonces que las mujeres, a quienes la religión consideraba como brujas, atrajo la atención de artistas de la época. Inspirados en lo que creía la gente, plasmaron lienzos donde se mostraba a las hechiceras como mujeres feas muriendo en la hoguera.

Alberto Durero (1471-1528), uno de los artistas más famosos del renacimiento, fue uno de los grandes responsables de la imagen actual de las brujas. En sus dibujos y grabados representó a las hechiceras como jóvenes que usaban el poder de la seducción para llevar a los hombres a la ruina, y también como mujeres feas y temibles que re reúnen con el demonio.

Otros artistas como Brueghel ‘El viejo’ (1525-1569), Henry Fuseli (1741-1825) y Francisco de Goya (1746-1828) también se encargaron de reforzar esta imagen en sus obras.

¿Por qué una escoba voladora?

Se cree que la primera representación de una bruja volando en una escoba apareció en la ilustración ‘Le Champion des Dames’ del poeta francés Martin Le Franc (1410-1461). La razón es muy curiosa. Las mujeres que se dedicaban a ‘brujería’ estudiaban las propiedades curativas de las plantas y en ocasiones experimentaban con algunas que eran venenosas y alucinógenas, por lo que sentían la sensación de volar. Sin embargo, se percataron que su consumo les ocasionaba efectos secundarios como irritación, náuseas y vómito.

Con el tiempo se dieron cuenta que si se untaban un ungüento alucinógeno en la piel (y principalmente en la vagina) evitaban los efectos adversos. Jordanes de Bergamo, un investigador del siglo XV que abordó el tema de las persecuciones de brujas, señaló en sus manuscritos que estas mujeres aplicaban dicha mezcla sobre una vara y se montaban sobre ella. En algunos juicios las ‘brujas’ declararon sentir que levitaban al entrar en contacto con las sustancias alucinógenas que frotaban con el palo de escoba.

En resumen, el mito de las brujas volando en sus escobas se debe a que experimentaban con plantas medicinales y descubrieron que un ungüento hecho a base de hongos alucinógenos las hacía ‘volar’ si lo untaban en sus vaginas.

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