Las mujeres “objeto” que explican los feminicidios de Cancún y la Riviera Maya
La violencia contra la mujer en México se exacerba con feminicidios en Quintana Roo
MÉXICO.- “Ayer me sucedió algo de lo cual no quiero hablar, pero que me llevó a un mundo de pensamientos que no logro sacar de mi cabeza. ¿En dónde comienza y en dónde termina la fragilidad de una mujer en nuestra sociedad? ¿Qué los ha llevado a sentirse con el derecho de tomar nuestros cuerpos y almas con la facilidad con la que recoges una roca del suelo?”
En un momento de desesperación y rabia Bianca Alejandrina Lorenzana Alvarado a quien su círculo íntimo llamaba “Alexis” escribió en su cuenta de Facebook una especie de prefacio a su asesinato ocurrido el 6 de noviembre pasado en los alrededores del popular balneario de Cancún, en México.
“¿Quienes son ustedes para creer que pueden arrebatar sueños ajenos por propio placer o dinero? ¿Acaso no merecemos más que una tumba en un basurero, en un terreno baldío o a un lado de la carretera? ¿Acaso no merecemos más que un par de dólares?
Alexis, de 20 años, era una feminista activa en diversas protestas en contra de los feminicidios ocurridos en el estado de Quintana Roo, el estado donde se encuentran algunas de las playas más hermosas del mundo y también algunos de los actos de barbarie más atroces en contra de las mujeres.
El asesinato de Alexis catapultó la indignación de las organizaciones pro mujeres porque la mataron en un contexto de múltiples denuncias sobre los feminicidios, como un reto que lanzó a las calles a cientos para exigir, como en todas las manifestaciones, un alto a la impunidad en el estado de Quintana Roo.
En 10 años, la procuraduría de justicia estatal sólo cuenta con 51 carpetas de investigación y… ¡nueve sentencias! con estadísticas opacas, sumergidas en cifras negras por falta de registro y la desconfianza para denunciar.
La Comisión Nacional de Defensa de los Derechos Humanos, por su cuenta, identificó a 5,245 posibles víctimas de este delito durante junio de 2012 a julio de 2017, a través de averiguaciones previas o carpetas de investigación; sin embargo está información no es fidedigna debido a que los informes por parte de las autoridades son deficientes.
A pesar de la escasez de información oficial, en los reportes de las fiscalías y organismos descentralizados se puede apreciar la saña de los delitos de género: violación, tortura, mutilación, esclavitud sexual, abuso sexual infantil incestuoso y extra familiar, maltrato físico y emocional y acoso sexual.
Con estos precedentes, los colectivos feministas tomaron el caso de Alexis como un “ya basta” y volvieron una y otra vez a las calles. La tercera protesta fue el lunes 9 de noviembre por la tarde. Primero ante la Fiscalía General del Estado y posteriormente en el palacio municipal de Benito Juárez; en respuesta, los policías del municipio de Benito Juárez dispararon a los participantes.
Los policías, los cárteles, las razones
En la refriega, hubo cuatro heridos: dos periodistas y dos inconformes del papel de la policía y el sistema justicia; de escuchar historias como la de Alexis o la de Corina Yarinel Vargas, una venezolana de 29 años, a quien el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) reivindicó como su víctima en junio pasado.
En una acción de insensibilidad, fanfarronería e intimidación, la organización criminal se atribuyó el crimen de la mujer como si fuera cualquier cosa, un objeto para “calentar la plaza” y llamar la atención en contra del secretario de seguridad pública estatal, Alberto Capella, quien ha sido mencionado en diferentes ocasiones en “narco comunicados”.
Capella sorteó esas acusaciones. Permaneció en el cargo firme, hasta que lo destituyeron tras los disparos a la manifestación que exigían justicia para Alexis.
“Esto va para ti dirigido Jesús Alberto Capella Ibarra, vendiste la plaza de Quintana Roo al Cártel del Noreste”, reprochó el texto escrito en un mensaje a lado del cuerpo desmembrado de la venezolana.
El CJNG disputa el control del estado que concentra algunos de los balnearios más populares del mundo mientras que el Cártel del Golfo opera en el municipio de Chetumal; además del Cártel de Sinaloa (CDS); y más recientemente el Cártel del Noreste, una escisión del Cártel de los Zetas.
La presencia creciente y constante de estos grupos al margen de la ley ha provocado el incremento de los feminicidios por dos razones, según explican activistas: el negocio de la trata de personas y porque ellas son utilizadas para enviar mensajes a sus rivales.
María Salguero, geofísica y creadora del Mapa Nacional de los Feminicidios en México, lamentó que las estadísticas oficiales no especifiquen detalles sobre las razones de los agresores. Por informes de prensa calcula que alrededor del 63% por ciento de los feminicidios están relacionados con el crimen organizado.
“Se mandan mensajes escritos, inhuman los cuerpos, usan sicarios en carros y armas como AK-47, AR-15…”.
La escritora y activista Lidya Cacho, quien durante años ha documentado casos de trata de menores en México dijo que Quintana Roo es uno de los sitios de trata más cotizado del país y pasa por los bolsillos de policías, funcionarios, cárteles y dueños de bares y centros de masajes que esconden prostitución. Por tanto, pidió investigar a Capella, no sólo removerlo del cargo.
“Todo está vinculado”, señaló Cacho. “Si no lo abordan integralmente, no resolverán nada”.
La inacción
Bianca Alejandrina Lorenzana Alvarado había salido de casa a vender un cigarro electrónico el día que desapareció. Posteriormente apareció muerta en el municipio Benito Juárez y así arrancó una jornada de protestas que se mantienen hasta la fecha.
La constancia de las marchas, consignas y algunos actos de vandalismo (del que se han deslindado las feministas) ha dado como resultado una acción precipitada o poco común de las autoridades.
En últimas fechas, la fiscalía estatal detuvo a 21 personas y acusó a dos de ellas del asesinato, pero las mujeres siguen inconformes y cuentan con la solidaridad cada vez más amplia de simpatizantes contra la impunidad, incluyendo actrices y grupos de todo tipo.
José Alfredo Romero, líder de una de las asociaciones de motociclistas más grandes de México, estuvo en las protestas junto con decenas de miembros de su grupo. «Estamos pidiendo justicia al poder judicial para aquellas víctimas que fueron retenidas en contra de su voluntad y vivieron en cautiverio”, dijo en una de las protestas que se realizó en un juzgado, previa al asesinato de Alexis.
A finales de junio pasado, la fiscalía del estado detuvo a 13 personas que mantenían cautivas a decenas de mujeres en Cancún para obligarlas a realizar actos sexuales con clientes en un supuesto “spa” que en realidad era un prostíbulo nutrido con la trata de personas en contra de mexicanas, venezolanas, colombianas, argentinas y hasta alemanas.
Medios de comunicación locales documentaron que en uno de los negocios se exhibían fotos de mujeres con poca ropa con mensajes escritos al público como «las mejores acompañantes en Playa del Carmen (Riviera Maya)»
Todas habían sido atraídas con ofertas de trabajos “bien pagados”, según dijeron las autoridades, como asistentes personales o terapeutas de spa, pero una vez en el lugar, les decían que tenían que pagar su transporte, pasajes de avión, trámites migratorios y que la forma de pagar eso era a través de la prostitución. Si se negaban, las amenazaban con daño físico o “algo peor”.
El combate a la trata de personas en México es un asunto de casos mediáticos, no de trabajo sistemático de investigación. Grupos feministas reprochan al presidente Andrés Manuel López Obrador que, a pesar de tener una agenda progresista, haya recortado el presupuesto a organizaciones que brindaban ayuda a víctimas de trata, por ejemplo.
“La misma autoridad a veces está involucrada en los delitos de trata, tenemos policías estatales, gente de la procuraduría, son los primeros clientes. Por eso es muy importante que la Sociedad Civil abra los refugios”, observó Rosi Orozco, presidenta de Comisión Unidos contra la Trata.
La activista propone incluso medidas similares a Suecia, Noruega, Islandia, Corea del Sur, Canadá, Francia, donde se sanciona también a los clientes y otras medidas que deben entrar en discusión porque, en resumen, se trata de responder una pregunta que Alexis hizo a su país antes de que la mataran violentamente, ¿dónde empieza y dónde termina la fragilidad de una mujer?