‘Las escuelas deben abrir de inmediato’
Pediatras, madres, padres y expertos coinciden en el impacto negativo en los niños de la educación a distancia
Los niños del sur de California no han tenido clases presenciales desde hace casi un año.
Desde marzo del año pasado, y como respuesta a la pandemia del Covid, el Distrito Escolar de Los Ángeles (LAUSD) decidió cancelar las clases en persona, lo que hizo que alrededor de 472,000 niños y adolescentes tengan que tomar sus clases a distancia.
A once meses de dicha decisión, pediatras, madres, padres y expertos piden al LAUSD y a las autoridades locales y estatales que permitan a los niños ir a la escuela.
“Las escuelas deberían abrir de inmediato. Estamos causando un daño irreparable a millones de niños al mantener las escuelas cerradas por tanto tiempo”, aseguró la doctora Alice Kuo, profesora de pediatría de UCLA y anterior presidente del Capítulo del Sur de California de la Academia Estadounidense de Pediatría (https://aapca2.org/).
En entrevista con La Opinión, la experta en salud infantil describió el impacto negativo de la enseñanza a distancia, en particular en niños de comunidades latinas y de bajos recursos.
“En otras partes del país y del mundo las escuelas están abiertas y no se ha registrado un aumento de contagios”, indicó la pediatra. “Desde junio del año pasado que estamos abogando por la apertura de las escuelas y desde entonces ha habido más estudios y evidencia de que las escuelas no aumentan los contagios de Covid”, señaló refiriéndose a los casos de clases presenciales fuera del sur de California.
En distintas partes del mundo, las autoridades han optado por clases presenciales sin que eso se traduzca en un aumento en los contagios del coronavirus.
Viviana Córdoba es una maestra inmigrante que vive en Suiza, Europa, uno de los países en los cuales el Gobierno optó por mantener las escuelas abiertas.
“Las autoridades analizaron los pros y contras de mantener las escuelas abiertas y vieron que los beneficios de que los niños tomen clases presenciales eran preferibles a los daños de mantenerlas cerradas”, explicó la educadora en entrevista telefónica con La Opinión.
“Existen numerosas razones por las cuales los niños muestran mayor inmunidad y presentan menores índices de contagio”, explicó Kuo. Entre los motivos, se citan la menor cantidad de receptores en los niños y su mayor inmunidad. “La ciencia es clara. Las escuelas no son un centro de contagio mayor”, indicó.
La pediatra reiteró la importancia de los protocolos de seguridad, como mantener distancia, usar barbijos y lavarse las manos con frecuencia, entre otros. Pero aseguró que las clases presenciales podrían comenzar hoy mismo, independientemente de la distribución de la vacuna.
“No hay motivo por el cual las escuelas deban permanecer cerradas. Sé que LAUSD pidió pruebas y vacunas extensivas. La posición de la Academia de Pediatras es que si bien la vacunación es algo positivo, no es necesario para reabrir las escuelas. Incluso los CDC han afirmado que no es necesario que todos los educadores estén vacunados para abrir las escuelas”, explicó.
A favor del cierre de escuelas
Entre quienes se oponen a la reapertura de las clases presenciales se encuentra el Sindicato de Maestros UTLA, una poderosa unión que agrupa a más de 30,000 empleados. En su página, UTLA explica su oposición al regreso de los niños angelinos a las aulas.
“(Abrir las escuelas) aumentará las muertes en las familias de los estudiantes, aumenta el contagio del virus y pone en riesgo a los educadores y sus familias”, indica un comunicado dirigido al presidente Joe Biden en el que el sindicato pide continuar con la educación a distancia.
Y sin embargo, la evidencia muestra lo contrario. Una semana atrás, los Centros para el Control y Prevención de enfermedades (CDC) publicaron su reporte semanal de Morbosidad y Mortalidad, enfocándose en la reapertura de las escuelas en Wisconsin. Según el reporte de la agencia gubernamental, en solamente siete casos de estudiantes, de entre 191 alumnos y personal con Covid, el contagio estuvo relacionado a la escuela, por lo cual, el “riesgo de contagio en las escuelas es aparentemente bajo”, concluyó.
Al mismo tiempo, a partir del lunes 25 de enero, las autoridades angelinas autorizaron la reapertura de negocios, restaurantes y otros comercios en el condado.
“No entiendo por qué no puedo ir a la escuela”, opinó Thomas Justice, de 11 años de edad y alumno de 6 grado de la escuela secundaria Magnet de Sun Valley, California. “Los adultos nos dicen que nuestra educación es importante, pero parece que ir a hacer las compras es aún más importante, porque las tiendas están abiertas, pero las escuelas no”, opinó, en entrevista con este diario.
Efectos perjudiciales en los niños
La Oficina de Educación del Condado de Los Ángeles informó que menos del 10% de los estudiantes K-12 actualmente reciben algún tipo de educación en persona. La gran mayoría de los 1.5 millones de estudiantes del condado de Los Ángeles no ha estado físicamente en un salón de clases en casi un año.
El cierre de las escuelas es perjudicial en muchos sentidos, explicó Kuo citando, por ejemplo, a los niños de familias de bajos recursos que no tienen acceso a servicio de internet.
“Reportes escolares y boletas de calificaciones muestran que los niños se están atrasando considerablemente a nivel académico”, notó. Esto, a su vez, aumenta la desigualdad entre los alumnos. Una encuesta reciente de más de 500 maestros de Los Ángeles – consultados 10 meses después del inicio de la educación a distancia – informó que “los bajos niveles de asistencia y participación de los estudiantes son alarmantes y la falta de acceso sigue creando barreras, mientras que nuestras poblaciones más jóvenes y vulnerables son las más afectadas “.
En cuanto al aspecto emocional, la pediatra notó un aumento en casos de estrés y ansiedad, especialmente entre adolescentes. Los impactos emocionales y mentales en los niños, relacionados con el aislamiento social, la ansiedad, la falta de estructura, y la fatiga del aprendizaje visual han sido bien documentados.
El cierre de las escuelas también perjudica la salud de niños y adolescentes debido a que los menores pasan horas sentados frente a una pantalla electrónica, no salen a jugar ni a hacer ejercicio al aire libre.
“Hemos visto pacientes que en menos de un año aumentaron entre 15 y 30 libras. No es sano para los niños llevar una vida sedentaria. La Academia estadounidense del corazón (American Heart Association) recomienda por lo menos 60 minutos diarios de ejercicio físico para los niños”, recordó.
“En nombre de 1,500 pediatras del Sur de California, llamamos a nuestros líderes locales y estatales a que se abran las escuelas”, concluyó Kuo.