Proyecto de ley SB 380 busca simplificar obstáculos para morir dignamente en California
Uno de los objetivos de la medida es minimizar el dolor de las personas en sus últimos momentos de vida, dijeron simpatizantes.
“Entonces él me dijo…’No quiero ser un esqueleto sin vida’”, fueron las palabras que Chris Davies le expresó a su esposa Amanda Villegas, antes de morir, el 19 de junio de 2019.
Chris falleció a causa de cáncer de vejiga. Tenía 29 años de edad.
En su relato de Amanda a La Opinión sobre el proceso de la enfermedad de su esposo y el tratamiento médico que recibió, ella asegura que fue “agonizante para ambos”.
“Yo no podía hacer nada para evitar la forma en que murió; tratamos de que él tuviera acceso a la ley (de Opción de Fin de Vida), pero nos dijeron que el proceso de evaluación psiquiátrico tardaría unos seis meses, así que nos malinformaron en el hospital, y él sufrió mucho, y eso duele”.
Amanda y Chris se casaron el 15 de febrero de 2019. Ellos se conocían desde que ella tenía 15 años y él 18.
“Él era un hombre amable, compasivo, sensible, un ser humano que también amaba la fotografía”, describió Amanda a su esposo. “Era un hombre muy cariñoso y genuino”.
Chris Davies desconocía que tenía cáncer en la vejiga, hasta que orinó sangre y fue diagnosticado el 27 de enero de 2019.
“Pensábamos que tenía piedras en los riñones”, rememoró Amanda. “Después el tumor creció; los niveles de dolor eran demasiado altos, tomara lo que le dieran ningún medicamento hacía nada por él, y aunque él toleraba el dolor, su sufrimiento era una pesadilla”.
Por su experiencia, Amanda dijo que exhortaría a los legisladores de California para que consideren el proyecto de ley SB 380 “como un acto de humanidad para quienes sufren” de enfermedades terminales.
“Se busca delimitar el sufrimiento en los últimos momentos de alguien que va a morir y quiere un final en paz”, comentó Amanda. “Necesitamos respetar los asuntos individuales de la gente y no torturarlos en el proceso [previo a su deceso]”… Las personas que están sufriendo como mi difunto esposo deberían tener la opción de limitar su dolor insoportable si así lo desean”.
Chris murió exactamente como temía: con tubos que drenaban varios fluidos corporales que sobresalían de su estómago, riñones y pecho. Su piel hinchada estaba a punto de estallar por la presión del edema (hinchazón).
El joven, quien también era asistente de instrucción preescolar, murió antes de que pudiera completar el proceso de 13 pasos para recibir ayuda médica para morir.
2,000 personas han recibido apoyo en sus últimos momentos
La historia de Amanda ha cobrado notoriedad, luego de la presentación del proyecto de ley SB 380 de la senadora estatal Susan Talamantes Eggman, representante del Distrito 5 en el Valle de San Joaquín, quien pretende reducir los límites de la ley estatal de ayuda al morir, los cuales ya han encontrado oposición por parte de la Conferencia Católica de California (CCC)
Un sumario de la Ley de Fin de Vida, con datos recopilados hasta el 31de diciembre de 2019 por parte del Departamento de Salud Pública de California, indica que aproximadamente 2,000 personas diagnosticadas con enfermedades terminales y seis meses de vida o menos para vivir, han recibido ayuda médica para morir y terminar pacíficamente un sufrimiento insoportable.
“Sin embargo, no sabemos cuántos pacientes elegibles no pudieron acceder a la ley”, escribió Talamantes Eggman. “El proceso burocrático de varios pasos para utilizar la ley obstaculiza o previene directamente que muchas personas con enfermedades terminales la usen”.
La Ley de Opción de Fin de Vida que entró en vigor en el 2016, debería caducar en 2025, a menos que se apruebe la SB 380. Esta ley de California permite que los adultos con enfermedades terminales y en pleno uso de sus facultades mentales, soliciten una receta médica para obtener un medicamento que pueda ayudar a los pacientes a terminar con su dolor y su vida.
De ser promulgada en ley, la SB 380 eliminaría el período obligatorio de 15 días de espera entre las dos peticiones orales hechas por los pacientes terminales que califican para obtener la ayuda médica para morir, una vez que el médico determina que no hay posibilidad de sobrevivir.
Además, requerirá que los centros de cuidados médicos proporcionen información precisa a los pacientes que solicitan ayuda médica para morir, o los refieran a los centros de apoyo para que obtengan dicha información.
Los objetivos de la iniciativa
Un tercer objetivo es eliminar la fecha programada de vencimiento de la Ley de Opción del Fin de Vida, a fines del 2025.
Patricia Portillo, portavoz de Compassion and Choices Action Network, una organización sin fines de lucro que apoya las leyes de ayuda médica para morir, dio a conocer que un estudio realizado por Kaiser Permanente Southern California en 2018, que muestra que un tercio de los adultos con enfermedades terminales que solicitan utilizar la ley, mueren antes de completar el proceso, lo cual requiere mucho tiempo e incluye un período de espera de 15 días y, a menudo, demora semanas o meses en completarse.
Usando esta proporción de un tercio, señala que casi 1,000 personas en todo el estado han muerto antes de obtener una receta (aproximadamente 275 personas al año) frente a las casi 2,000 que completaron el proceso y recibieron recetas de ayuda médica para morir.
Los datos del informe destacaron que en el 2018: Un total de 379 pacientes iniciaron una consulta desde el 9 de junio de 2016 hasta el 30 de junio de 2017 para recibir la ayuda médica para morir. De esta cifra, 79 pacientes (21%) murieron o estaban demasiado enfermos para continuar el proceso legal; 61 personas (16% no eran elegibles y 176 (46%) que se consideraron elegibles procedieron con su primera solicitud oral a un médico para iniciar el procedimiento.
Los resultados del estudio aseguran que quienes recibieron los medicamentos, los ingirieron y murieron dentro de un promedio de 9 días después de que se emitió la receta.
La mayoría de los pacientes que iniciaron los protocolos de la ley tenían cáncer (74%) y recibieron atención principalmente de especialistas en los 12 meses anteriores. Un total de 96 (55%) pacientes tenían actividades de deterioro de la vida diaria y estaban en cuidados paliativos o de hospicio en el momento de la consulta.
No obstante, las dos razones más comunes que los pacientes mencionaron para acudir a la Ley de Opción de Fin de Vida fueron que no querían sufrir y que ya no podían participar en actividades que les hicieran la vida más placentera.
Oposición
Aunque se acaba de presentar el texto del proyecto de ley SB 380, Edward “Ned” Dolejsi, director ejecutivo interino de la Conferencia Católica de California, dijo a La Opinión que, “nos opondremos enérgicamente a cualquier intento de eliminar las salvaguardias del proyecto de ley” Opción de Fin de Vida por un médico.
Dolejsi expresó que “debilitar las protecciones ya débiles de la ley por médicos de California no tiene ningún sentido. Tal como están las cosas, tenemos pocos datos de salud que los proponentes prometieron cuando la Legislatura aprobó la legislación”.
“Este no es un ejercicio filosófico; se trata realmente de un asunto de vida o muerte que requiere una protección férrea para el paciente e información precisa” añadió. “Este ha sido el patrón de los defensores de las leyes de suicidio asistido: permitir algunas salvaguardas ineficaces, minimizar los datos recopilados y luego comenzar a reducir incluso algunas de las protecciones más razonables”.
Hay confianza
En torno a la seguridad de contar con los votos suficientes en la Asamblea y el Senado para que pase su proyecto de ley SB 380, la senadora estatal Susan Talamantes Eggman indicó que, “nunca doy por un hecho un voto o una firma”.
“Haremos todo el trabajo necesario para aprobar este proyecto de ley”, declaró a La Opinión. “Contamos con el apoyo abrumador del público y años de evidencia que dejan en claro que este es el momento adecuado para estos cambios”.
Al mismo tiempo se declaró “optimista “de que sus colegas legislativos y el gobernador Gavin Newsom “estarán de acuerdo en que la adopción de SB 380 mantiene salvaguardas esenciales para la Ley de Opción de Fin de Vida, al tiempo que elimina las barreras innecesarias que impiden que las personas con enfermedades terminales terminen sus vidas con la dignidad que desean”.