Los candidatos independientes que van contra todo crimen organizado en la CDMX

Rafael Guarneros es un defensor de derechos humanos en la alcaldía Cuauhtémoc, en el corazón de la Ciudad de México, una de las más ricas del país donde se concentran los barrios más ricos y los de más abolengo; los más pobres e inseguros: una presea cotizada para el crimen organizado de todo tipo.

O sea, que hay que ser un activista duro, con un toque de alma de mártir y de político.

Con esa combinación y una larga lista de denuncias públicas contra grupos criminales, amenazas de muerte y trabajo de protesta en la calle y casa por casa, es que Rafael Guarneros, a sus 57 años, quiere ser presidente municipal de la alcaldía Cuauhtémoc.

“Voy sin partido, por la vía independiente”, detalla.

El camino de las candidaturas independientes no es para blandengues. Principalmente porque ese tipo de competencia no le gusta a los partidos políticos que diseñaron las reglas para que, quienes quieran ir por la libre, no la tengan fácil.

Además las elecciones del 6 de junio de 2021 en que se renovarán 15 gubernaturas, 500 diputados y alcaldías tiene un ingrediente más en contra: la pandemia.

Rafael Guarneros es hipertenso. Un sector de riesgo en caso de contagio de COVID-19. Para tratar la enfermedad, él toma un medicamento que le adelgaza la membrana pulmonar por lo cual tiene un alto riesgo de complicarse en caso de contagio del nuevo coronavirus.

Aún así, era común verlo rondar las calles con mascarilla, careta y guantes en busca de firmas de apoyo con la gente como cuando buscaba detener la construcción de un edificio en zona sísmica.

Algunas de las personas que le dieron su firma han sido víctimas de abusos de autoridad o de derechos humanos a quienes él ha ayudado con apoyo legal y de visibilidad a través del Comité Fundacional Residentes Hipódromo, una organización civil que busca que tanto las autoridades como los ciudadanos cumplan las leyes.

“Todo abuso de autoridad o soborno o presión a ésta debe de frenarse porque es un violación a las garantías que tenemos en la sociedad, advierte”

Con esta consigna, ha defendido causas de la alcaldía que le han dado poco a poco popularidad como la cancelación edificios por construir más allá de los pisos autorizados  en espacios residenciales o sísmicos. O la batalla por esclarecer la muerte de una vecina activista en contra de una inmobiliaria corrupta. O la confrontación a grupos del crimen organizado.

Los requisitos para las candidaturas independientes solicitadas por el Instituto Nacional Electoral (INE) deben contar con el apoyo de por lo menos 2% de las personas inscritas en la Lista Nominal del distrito electoral federal del que se trate, y que estos ciudadanos pertenezcan a, por lo menos, la mitad de las secciones electorales del distrito correspondiente.

Las citas con los amigos se volvieron algo frecuente como un primer recurso para Rafael Guarneros cuyo reto legal era juntar de 4829 firmas y así lograr la candidatura. Gente que lo conocía por su trabajo en el Comité  fueron otras bases así como simpatizantes del Partido Acción Nacional, en el que militó 30 años hasta las elecciones de 2018 cuando se fracturó por la candidatura presidencial de Ricardo Anaya.

Pero aún con el apoyo de los conocidos tuvo que hacer trabajo de campo. Tuvo que ir a plazas y parques públicos a convencer a la gente cubierta de la cara para sortear al nuevo coronavirus. Tuvo que pedir que se acercaran a tocar el celular para plasmar su firma, sacarse fotografías y entregar su credencial: los requisitos de ley para los aspirantes independientes como Rafael Guarneros.

La compilación de firmas para el apoyo tenía un plazo (del 6 de noviembre al 31 de diciembre). La mayoría de los candidatos independientes tuvo poco menos de dos meses para hacerlo, un lapso que disgustó a muchos por las barreras de la pandemia.

En Zacatecas, por ejemplo, el Tribunal de Justicia Electoral del Estado, resolvió no darles más tiempo para recopilar las firmas a los aspirantes independientes Rafael Ornelas y Martina Marín, quienes buscaban contender para la gubernatura y una diputación local en el municipio de Guadalupe, Zacatecas, respectivamente.

Rafael Ornelas incluso tomó el boulevard metropolitano el pasado 31 de enero en protesta porque no le dieron esos15 días más para juntar firmas de apoyo ciudadano. Pero no logró el objetivo.

Una vez que los aspirantes cumplían el requisito de recabar firmas, también debían constituir una asociación civil, inscribirse ante el Registro Federal de Contribuyentes, abrir una cuenta bancaria y, en adelante, entregar los informes de gastos e ingresos.

Eso ha inhibido a la participación ciudadana independiente. En Jalisco, por ejemplo. El estado llegó a ser un epicentro del movimiento independiente en México, con la victoria de Pedro Kumamoto en 2015 y luego mucho siguieron sus pasos en 2018 (122) pero en 2021 la cifra disminuyó simbólicamente hasta 43.

Con todas las barreras, el resultado es marginal para los independientes en 2021. No habrá ningún candidato independiente para gobernador y, para el resto de los puestos, el INE reportó en al corte del 18 de febrero pasado que sólo 38 aspirantes a candidaturas independientes diputados habían logrado el registro mientras que el promedio nacional para los aspirantes a alcaldes sin partido es de seis por estado.

Después de que la autoridad electoral entrega el registro, los independientes tienen un reto más: competir con poco dinero contra candidatos de los partidos políticos que disponen de millonarios presupuestos que les otorga el Estado por ser parte de un partido así como espacios gratuitos en canales de televisión y estaciones de radio para su difusión.

A Rafael Guarneros le otorgarán 8,500 dólares para toda la campaña y, por ley, no podrá recibir más de esa cifra por parte de financiamiento privado. Pero sigue en pie a pesar de los impedimentos burocráticos que los analistas políticos llaman a eliminar para facilitar la participación de ciudadanos.

“Tengo presente el feminicidio de Cristina y los niños secuestrados y torturados en el Centro Histórico o una cabeza por aquí y por allá o los secuestros”, precisa. “La idea es lograr hacer más atractivo estar de lado de los buenos que de los malos justo ahora que tenemos presencia de cinco cárteles que se disputan la CDMX”

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