Latinos en áreas rurales de California temen perder de nuevo el acceso al agua por la sequía

La sequía golpeó seriamente a la población latina del Valle Central de California que vio ya cómo se quedaba sin agua potable en sus hogares el año pasado. Y temen que volverá a suceder

Sequía extrema en Californiar

Los niveles bajos de agua son visibles en el lago Oroville el 27 de abril de 2021 en Oroville, California. Crédito: Justin Sullivan | Getty Images

A medida que la sequía extrema amenaza con expandirse por California son más las voces que piden a las autoridades locales y estatales para que se ponga atención a las comunidades rurales latinas de bajos recursos, que se prevé sean de nuevo las más afectados por la falta de agua.

Actualmente tres cuartas partes de California ya experimentan condiciones de sequía severa y el gobernador,Gavin Newsom ha declarado la emergencia por sequía a 41 condados en total en las últimas semanas.

Entre las últimas zonas incluidas en la emergencia está la mayor parte del área del Valle Central y el río Klamath, hogar de un gran número de campesinos e inmigrantes.

Latinos en mayor riesgo

El panorama para los latinos en estas zonas rurales no se muestra muy halagüeño, así lo muestra un reciente informe de la Oficina del Analista Legislativo (LAO) de California entregado en los últimos días y en el que se advierte la vulnerabilidad de estos sectores.

Los estragos de la última sequía, un evento récord entre 2012 y 2016 que marcó los cuatro años consecutivos más secos en California desde que se tiene registro, están acechando nuevamente zonas “pequeñas y rurales” especialmente en el Valle Central, recalca el estudio.

Añade que “muchos de los hogares que perdieron -o siguen siendo vulnerables a perder- el acceso al agua potable contienen altas proporciones de residentes latinos y de bajos ingresos”.

El grifo sin agua

Y es que el agua literalmente dejó de correr por los grifos de miles de hogares en estas comunidades en la pasada sequía, dejándolos sin el vital liquido por semanas.

Susana De Anda, directora ejecutiva de Community Water Center, explicó que en la última sequía, el estado y la comunidad no estaban preparados: “Como resultado, nos revolvimos. La respuesta local y estatal no estuvo coordinada. Las familias no sabían a quién llamar. Y muchos se quedaron sin agua durante demasiado tiempo”

La sequía también hizo que los afortunados que tuvieron acceso al agua se toparan con que el líquido estaba contaminado, la mayoría de las comunidades afectadas por agua contaminada la extrae de los pozos.

El agua subterránea es la principal fuente de agua potable para más del 95 % de las comunidades del Valle de San Joaquín, otro sector rural de California, estas cifras muestran el riesgo al que se enfrentan estas familias frente a la sequía.

En el Estado Dorado también hay un millón de californianos que no tienen acceso a agua potable, según datos de la organización.

Sequía de justicia social

De Anda recalca que “para nuestras comunidades la sequía es más que simplemente mantener el agua fluyendo… Para nosotros, la sequía se trata de justicia y equidad racial”.

Esta disparidad en el acceso a recursos para sortear eventos como la sequía, que no tiene una fecha para terminar, se ve agravada por el impacto de la pandemia de coronavirus en esas comunidades, insiste la activista.

La senadora estatal Anna Caballero, una demócrata que representa la zona de Salinas, resaltó en un comunicado que las comunidades del Valle Central “todavía se están recuperando de la última sequía y el coronavirus”, por lo que es urgente que el legislativo debe centrar el gasto y la asistencia en mitigar los impactos de la sequía en estos sectores.

Respuestas urgentes al acceso a agua potable

Entre las recomendaciones, la organización que dirige De Anda urge a que se implemente un plan estatal de preparación y respuesta a la sequía antes de que un gran número de familias comience a perder el acceso al agua potable, tan pronto como este verano.

Entre las acciones prácticas, se pide a los funcionarios estatales colocar agua embotellada y tanques de emergencia en estas comunidades y crear un protocolo claro para que las personas sepan a quién llamar cuando sus pozos se sequen.

Además se insta a las autoridades estatales asignar desde ahora fondos significativos para el agua potable de emergencia, “de modo que los fondos estén disponibles” cuando se necesiten, señala la activista.

En ese sentido, el informe de LAO destaca que además de los impactos del agua potable por la sequía, se espera una disminución de la producción agrícola debido al suministro limitado de agua, lo que puede afectar negativamente a las economías de las regiones afectadas, y ya golpeadas por la pandemia de coronavirus.

“Debido a que la última sequía reveló que estas comunidades y poblaciones vulnerables se ven afectadas de manera desproporcionada, es posible que la Legislatura desee centrar el gasto y la asistencia específicamente en mitigar dichos impactos”, recomendó LAO.

De Anda concluye que justo en este momento “se debería aprovechar para invertir en infraestructura resistente a la sequía para nuestras comunidades trabajadoras que se encuentran en la primera línea de la crisis climática de California”.

Por Ana Milena Varón

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