¿Saldrán pequeños negocios de la crisis económica de Covid-19?

La pandemia pone al descubierto que a muchas empresas de las minorías les falta infraestructura, educación financiera y organizacional

Los pequeños negocios como el de Joshua Montalvo en el sur de Los Ángeles están sufriendo mucho con la caída de las ventas por la pandemia.(Aurelia Ventura/ La Opinión)

Los pequeños negocios como el de Joshua Montalvo en el sur de Los Ángeles están sufriendo mucho con la caída de las ventas por la pandemia.(Aurelia Ventura/ La Opinión) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinión

Estados Unidos alberga a más de cuatro millones de empresas que son propiedad de las minorías con ventas anuales por un total cercano a los $700,000 millones, pero cuando la pandemia llegó, 200,000 empresas cerraron de manera permanente y el resto han tenido que reorganizar sus modelos comerciales para sobrevivir al impacto económico de Covid-19.

Durante la videoconferencia “¿Se beneficiarán las pequeñas empresas étnicas del auge económico o se quedarán rezagadas?” organizada por Ethic Media Services, congresistas, expertos y dueños de pequeños negocios hablaron sobre la posibilidad de que estos negocios salgan adelante del golpe de Covid-19 y se mantengan a flote.

Virginia Ali, quien junto con su esposo fundó el histórico restaurante Ben’s Chili Bowl hace 62 años en Washington, D.C. y le tocó ver llegar a su negocio a la gente llorando tras el asesinato del Dr. Martin Luther King Jr. a quien conoció personalmente, dijo que a pesar de que esos momentos fueron aterradores, nada ha sido tan desafiante como la pandemia.

“Enfermó a la gente y cobró vidas. Incluso nosotros hemos perdido a muchos amigos”.

Dijo que ellos fueron afortunados porque cuando la gente de la comunidad se enteró que estaban batallando, comenzaron a recibir donaciones de $25, $100, $500 y $1,000 de todo el país. 

“Para retribuir a la comunidad, preparamos almuerzos para el personal médico del Hospital de la Universidad Howard, el Hospital de Washington, para los socorristas, el departamento de bomberos, los maestros y manifestantes”.

Don Jaime Pérez de los restaurantes de mariscos Los Arcos del Valle de San Fernando. (Cortesía Jaime Pérez)

También le ayudó a mantener a su personal, el préstamo que recibió del programa de protección del cheque de empleo (PPI).

“Ha sido una lucha, pero todavía estamos aquí de pie con 62 años y medio de vida”.

Al ser cuestionada sobre si en algún momento pensó en cerrar de manera permanente, dijo que no soportaba pensar en eso porque ella y su familia estaban determinados a mantener el negocio.

Aunque las aplicaciones para obtener ayuda financiera son complicadas y el proceso no es tan fácil, hemos logrado permanecer abiertos, haciendo nuestro mejor esfuerzo y esperando días mejores”.

El congresista de California Ro Khanna, dijo que al inicio, el programa de préstamos PPI, no estaba dirigido correctamente porque muchas de las personas que estaban recibiendo el dinero eran empresas multimillonarias y era difícil acceder para las comunidades desfavorecidas como los latinos y afroamericanos.

“El enfoque en Capitol Hill (El Congreso de EE UU) está en la infraestructura y la construcción de carreteras, puentes, aeropuertos privados, y quiero asegurarme de que ese dinero se distribuya tomando en cuenta a los propietarios de pequeñas empresas y a la diversidad racial y de género”.

¿Cómo asegurarnos de atender los desequilibrios de género a la hora de dar la ayuda?

Debemos dar prioridad a las empresas más pequeñas, personas que tienen menos de 25 empleados. Pienso en un salón de manicura, una tintorería o un restaurante local. Tenemos que ser explícitos en nuestros objetivos de diversidad. Algún porcentaje debe enfocarse en las mujeres y otro en emprendedoras latinas y afroamericanas. Si no tenemos esos números de diversidad, nunca vamos a alcanzar el objetivo”.

¿Cómo podrán las pequeñas empresas salir de esta pandemia con la ayuda del Congreso?

“Si has sobrevivido hasta ahora, creo que eso ya es una muy buena noticia. En el próximo trimestre, vamos a tener una recuperación; y la gente ya está volviendo a tomar vacaciones, a salir a restaurantes, el virus está perdiendo la batalla y la economía se recupera”.

Diversos restaurantes han hecho esfuerzos por mantenerse abiertos/ getty

Consideró que el problema es para los negocios que han acumulado deudas, que han cerrado y quizás no puedan reabrir.  “Ahí es donde tenemos que enfocarnos y condonar cualquiera de los préstamos así como ayudar con capital a aquellas empresas que no pudieron sobrevivir los 15 meses en los que estuvimos cerrados”.

Sobre las críticas a los beneficios de desempleo extendidos que según algunos desincentiva a las personas a volver al trabajo, dijo que tenemos que mover el salario mínimo a $15 para que la gente esté más motivada.

Pero indicó que la mayor cantidad de personas que no están yendo a trabajar son las mujeres que tienen hijos mientras que los hombres se han reintegrado muy rápido. 

La realidad es que las escuelas siguen cerradas en muchas partes del país y recién están abriendo. Ha sido la falta de cuidado infantil lo que ha mantenido a las mujeres fuera de la fuerza laboral. Por lo tanto, no deberíamos por razones políticas apuntar hacia el cheque de desempleo”.

Muchos negocios como el de Nadia Abrica no resistieron la embestida de Covid-19. (Cortesía Nadia Abrica)

Everett Sands, presidente de Lendistry, una organización no lucrativa prestamista enfocada en los pequeños negocios de las minorías, dijo que la pandemia empeoró la situación financiera de los pequeños negocios y reveló que a muchos les falta infraestructura, educación financiera y organizacional.

“También puso al descubierto que no tienen reservas de capital, por lo que están tratando de educarlos sobre las oportunidades que existen para obtenerlo”, señaló.

“Lo que tratamos de hacer en Lendistry es educar a esos pequeños negocios u orientarlos sobre las oportunidades que existen para obtenerlo”.

Sands afirmó que la Ley del Plan de Rescate Estadounidense ha logrado que $350 mil millones se vayan a los estados y se distribuyan en las ciudades que tienen una población de más de 250,000 personas.

“Ese dinero en este momento de reapertura significa capital que puede ser un catalizador”, comentó.

Sobre los fraudes cometidos por supuestos pequeños empresarios, dijo que se investigan y serán castigados.

“A mayor capital, más posibilidad de fraude. Hay gente que se ha comprado un auto Lamborghini, pero se van a investigar y los fraudulentos van a tener problemas. Nosotros nos enfocamos en quienes necesitan la ayuda”.

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