Trastornos de la conducta alimentaria: 5 mitos que pueden ser perjudiciales para los afectados
Los trastornos alimentarios no solo afectan a mujeres ni a los adolescentes, son tan graves que pueden conducir a la muerte. Que una persona con trastorno alimenticio debe lucir extremadamente delgada es uno de varios mitos
Los trastornos alimenticios no son una decisión de la persona que los padece. Crédito: Andres Ayrton | Pexels
Los trastornos alimentarios están rodeados de mitos e ideas equivocadas que pueden dificultar que se identifique el trastorno o tome en serio el diagnóstico de las personas afectadas, incluso por parte de familiares, amigos y otras personas que le rodean.
La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) señala que los tipos de trastornos alimentarios incluyen anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastorno por atracón, trastorno por evitación restrictiva en la ingesta de alimentos, pica y trastorno de rumia.
Mito 1: Un trastorno alimentario no es grave
Los trastornos alimentarios pueden ocasionar graves problemas de salud y conducir a la muerte. La Escuela de Salud Pública de Harvard señala que los trastornos alimentarios pueden afectar a todos los sistemas del cuerpo.
Uno de los efectos a más largo plazo incluye la pérdida de masa ósea, eso puede significar un riesgo de por vida de osteoporosis. También existe el riesgo de pérdida de fertilidad, problemas gastrointestinales y problemas dentales. Hay una tasa de mortalidad particularmente alta entre los adolescentes.
“La anorexia nerviosa tiene la tasa de mortalidad más alta de todos los trastornos mentales. Si bien muchas personas con este trastorno mueren por complicaciones asociadas con la inanición, otras mueren por suicidio”, comparte el Instituto Nacional de Salud Mental.
Mito 2: Los trastornos alimentarios son una decisión o elección
Los trastornos alimenticios no son una decisión de la persona que los padece, son enfermedades médicas y psicológicas. Los trastornos alimentarios son causados por una interacción compleja de factores genéticos, biológicos, conductuales, psicológicos y sociales.
“La evidencia sugiere que los genes y la heredabilidad juegan un papel importante en por qué algunas personas tienen un mayor riesgo de sufrir un trastorno alimentario, pero estos trastornos también pueden afectar a quienes no tienen antecedentes familiares de la enfermedad”, señala la APA.
Mito 3: Los trastornos alimentarios son problema de mujeres
Si bien los trastornos alimentarios se desarrollan mayor frecuencia en la adolescencia y la edad adulta, pueden ocurrir a cualquier edad y afectar a cualquier sexo. La anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa, son más comunes en las mujeres, pero también pueden afectar a los hombres.
La Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación (NEDA) comparte que una investigación del 2007 del Centro Para el Control y la Prevención de Enfermedades encontró que hasta un tercio de víctimas de trastornos de la conducta alimentaria son del sexo masculino.
Mito 4: Los niños no tienen trastornos alimentarios
Los trastornos alimentarios aparecen con frecuencia durante la adolescencia o la adultez temprana, pero también pueden desarrollarse durante la niñez o más adelante en la vida. Niños de solo cinco o seis años pueden tener trastornos alimenticios.
Un trastorno alimentario no se irá solo con llegar a la adultez. La enfermedad puede continuar su curso desde la adolescencia o adultez temprana, los adultos pueden desarrollar un trastorno alimentario o tener recaídas.
Mito 5: Si una persona no está extremadamente delgada, no está tan enferma
Se tiene la idea de que las personas con trastornos de la conducta alimentaria son extremadamente delgados, pero no la NEDA señala que la mayoría de las personas con trastornos de la conducta alimentaria no están bajas de peso y afirma que no se puede reconocer si una persona tiene un trastorno de la conducta alimentaria con solo mirarla o basándose en su peso.
Las personas con trastorno por atracón a menudo tienen sobrepeso u obesidad. El hecho de que una persona enferma ya no está extremadamente delgada o haya perdido peso durante tratamiento para el trastorno por atracón, no significa que esté recuperada.
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