Por qué el voto latino es clave para que Gavin Newsom conserve el cargo de gobernador de California
Newsom debe lograr que los latinos lo apoyen y además, que vayan a votar, son casi 8 millones de votantes latinos en California y esto puede decidir el resultado
El gobernador de California Gavin Newsom enfrenta oficialmente un proceso de destitución, tras confirmarse el número de firmas que se necesitaban para echar adelante el llamado a las urnas, donde los votantes latinos, según los expertos, vuelven a ser una pieza clave en los resultados.
La Oficina del Secretario de Estado de California confirmó que los partidarios del la destitución del demócrata sobrepasaron el umbral requerido con 1,719,900, tras cumplirse el periodo de 30 días para que se retiraran firmas. Solo 43 decidieron retractarse.
El Departamento de Finanzas de California tendrá ahora que determinar la cifra que se gastará en el proceso que marca la segunda vez en la historia de estado que se llevará a cabo una elección especial para destituir a un gobernador en funciones. Y será la cuarta vez en toda la historia de Estados Unidos, de llegar a las boletas.
El llamado a las urnas se podría dar tan pronto como en octubre, lo que está haciendo que los esfuerzos de los aspirantes a reemplazar a Newsom y el mismo gobernador pisen el acelerador para garantizar el apoyo de los votantes.
“Tanto Newsom como sus oponentes deberán hacer campaña para ganar el voto latino”, advierte Miguel Tinker-Salas, profesor de Historia y Estudios Latinos en Pomona College.
Añade que los demócratas no pueden dar por sentado que el voto latino es un bloque que apoyará al actual gobernador, por lo que “deben tenerlos en cuenta más que nunca”.
Con 7.9 millones de votantes latinos elegibles, California es el estado que más electores hispanos alberga en Estados Unidos, lo que representa aproximadamente una cuarta parte de todo el electorado latino de la nación, según datos del Centro Pew en 2020.
Actualmente los latinos representan el 30 % de los votantes de California, una cifra apreciable cuando se trata de inclinar la balanza.
Newsom ganó con una gran ventaja la elección en 2018 por 7,721,410 votos (61 %) contra el republicano John Cox que alcanzó a obtener 4,742, 825 votos (38.1 %).
Cox es uno de los candidatos que aspiran a destituir a Newsom y quedarse con la gobernación, así como la exatleta olímpica Caitlyn Jenner.
El estratega republicano Luis Alvarado advierte que Newsom tiene con los latinos un reto de partida doble, ya que además de lograr que lo apoyen tiene que asegurarse de que salgan a las urnas.
“No es un proceso ni parecido al 2020 ni tampoco al 2018, cuando el gobierno de Donald Trump empujó a muchos a salir a votar, entre ellos los votantes latinos”, matiza Alvarado.
Una encuesta de la Universidad de Berkeley en febrero pasado encontró que 43 % de los residentes latinos del estado favorecerían mantener al demócrata en su cargo para esa fecha. Sin embargo, 29 % se muestran indecisos sobre el tema y 28 % apoyarían su destitución.
Tinker-Salas señala que la elección será también una calificación sobre el trabajo del gobernador en la pandemia del coronavirus -que castigó a los latinos más que a cualquier otra comunidad en California-, la recuperación económica y el manejo de la sequía, que amenaza con profundizarse y golpear fuertemente al estado.
“Además tienen que tomarse el tiempo de explicar que este proceso no es una elección normal, y que necesita del respaldo de los latinos”, zanja el catedrático.
Este proceso especial tiene dos partes en lo que se refiere a los votantes: Primero se les preguntará si quieren destituir a Newsom. Al menos 50 % de los votantes tendrán que aprobar el retiro del cargo del demócrata para que la revocación tenga éxito.
En segundo lugar, se pedirá a los votantes que elijan un reemplazo para Newsom de una lista de candidatos.
Alvarado subraya que la estrategia del Partido Demócrata también impactará este proceso de destitución y si otros demócratas deciden lanzar su candidatura, entre ellos algunos hispanos que han intentado ir por el puesto como el exalcalde de Los Ángeles Antonio Villaraigosa.
“Es una doble jugada porque puede ser que otras figuras quieran asegurarse de estar en la lista de candidatos por si la destitución progresa, aunque no veo realmente a nadie con posibilidades”, valora el estratega al comparar este proceso con el que logró la destitución del gobernador Gray Davis en 2003.
Por su parte Tinker-Salas advierte que los republicanos no tienen en este momento una persona con el carisma de Arnold Schwarzenegger, que ganó esa elección especial.
“California ha cambiado mucho, y eso se debe a los hispanos. Esta es una prueba de fuego para que los candidatos observen de cerca los problemas de la comunidad latina, y qué tan importantes son para el estado”, concluye el catedrático.
Por Ana Milena Varón