Altas temperaturas amenazan a trabajadores del campo

California ha avanzado en cuanto a leyes para protegerlos, pero aún queda mucho por hacer

Lo dan todo para alimentarnos durante la pandemia, pero les niegan un alivio migratorio. (AP Fotos)

Lo dan todo para alimentarnos durante la pandemia, pero les niegan un alivio migratorio. (AP Fotos) Crédito: copyright

Hace unos dos años en pleno verano cuando Gustavo Roche plantaba pistachos en el Valle Central de California, comenzó a sentir la boca seca y le sobrevino un mareo.

“Esto no está bien”, pensó y le avisó al encargado de la labor que iba a parar de trabajar. “Me subí a mi troca, prendí el aire acondicionado para refrescarme y me fui a mi casa. No fue hasta que me bañé y empecé a tomar agua y suero con limón que se me quitó el malestar”.

Cuando las temperaturas baten récord en el verano de California, los trabajadores del campo se ponen entre la vida y la muerte.

Roche de 42 años de edad, quien lleva 8 años laborando en la agricultura, dice que después del susto que sufrió cuando estuvo a punto de insolarse, cada vez que el termómetro supera los 90 y 100 grados, trata de hidratarse lo más que puede. “Los rancheros tienen la obligación de proveernos agua, pero yo llevo mis botellas con agua y suero; y uso sombrero y ropa de manga larga”.

Pero confía que muchos trabajadores han muerto por el calor, ya que tienen miedo de tomar un descanso para beber agua porque consideran que se exponen a que el mayordomo los regañe o hasta los corra.

“A los mayordomos lo único que les importa es sacar el costo del ranchero. Uno con los años se acostumbra al calor, pero es difícil. En mi caso, ahorita estamos trabajando de 5:30 a 11:00 de la mañana para evitar las altas temperaturas”.

Roche dice que los trabajadores no deben tener miedo a parar sus labores para tomar agua cuantas veces sea necesario ni a exigir el derecho a descansar si el calor es muy fuerte.

Tienen derecho por ley. Cuánta razón tenía un compañero que decía, ‘yo vine a ganarme la vida, no a dejarla’. Así que primero es la vida, trabajos hay muchos”.

Las condiciones laborales han mejorado para los trabajadores del campo en California, pero queda mucho por hacer. (EFE)

Armando Elenes, secretario-tesorero del Sindicato de Trabajadores del Campo Unidos (UFW), dijo que en California, se ha avanzado mucho en cuanto a las protecciones contra el calor, pero hay detalles que buscan mejorar. 

“Los reglamentos dicen que el empleador debe tomar en cuenta la temperatura y las circunstancias, pero no hay nada que diga que si el termómetro llega a 110, deben parar”.

Este verano es particularmente complicado, explica Elenes, porque se combina la pandemia que exige darle espacio a los trabajadores para que puedan laborar sin exponerse a un contagio; pero al mismo tiempo, les deben proporcionar suficiente sombra”.

Menciona que lo primero para evitar muertes por el calor, es que los campesinos conozcan sus derechos y los ejerzan.

Lo que ocurre es que por la necesidad de pagar la renta y proveer para su familia, toman riesgos innecesarios que los ponen en peligro. Y pasa que muchas veces no sienten el calor hasta que ya es muy tarde”. 

Precisa que los síntomas del calor no son algo visual como una cortada. “Es algo silencioso. Los trabajadores de repente nomás se desmayan”.

Entre los cambios que han visto a raíz de las leyes aprobadas para proteger a los campesinos de muertes por el calor en California, impulsadas por UFW, es que muchos rancheros ya proporcionan sombras firmes y un lugar donde puedan comer con una banca.

“Aún así seguimos encontrando irregularidades en cuanto a las protecciones contra el calor, pero hay un gran avance. La mejor medida para evaluar cómo vamos, la he encontrado al hacer un recorrido por los campos. Antes en cinco minutos te salían al paso, ahora las descubrimos hasta 30 minutos después de empezar el trayecto. Toma más tiempo hallarlas, pero existen”.

Los trabajadores del campo exponen sus vidas durante el verano(Photo by Aurelia Ventura/La Opinion)

Maribel Ortiz lleva cerca de 20 años trabajando en el campo en el área de Delano en el Valle Central. “Cuando el calor está muy duro, sudas bastante y te entra mucho agotamiento, como que te desguanzas”.

Por eso le preocupan las altas temperaturas pronosticadas para los próximos días.

“A veces yo falto uno o dos días cuando está muy fuerte el calor, pero luego tenemos que volver porque hay que pagar la renta”.

Dice que en ocasiones cuando la canícula arrecia y supera los 100 grados, se ha sentido mareada. “Una vez empecé a mirar colores. Me salí del surco y me puse a echarme aire, tratando de recuperarme”.

A fin de evitar una insolación y poner en riesgo su vida, Maribel platica que trata de tomar mucha agua, suero y bebidas rehidratantes.

“A veces, no agarramos mucho descanso por la presión de recolectar cierta cantidad de frutas y cumplir con las cuotas, pero tenemos que cuidarnos porque con este calorón, puede que uno no viva para contarla. Casi todos los años mueren campesinos por las altas temperaturas”.

Susana Ortiz quien desde hace 16 años labora como trabajadora agrícola, dice que desde ayer ha estado muy caliente.

Cuando trabajamos con tanto calor, siento el corazón acelerado y muy presionado. Me llevo limonada al campo porque si tomas mucha agua, luego te llenas mucho y sientes ganas de vomitar”.

Muchos trabajadores no paran a beber agua ni a descansar por miedo a que enojen los mayordomos. (AP)

Por suerte, dice que desde junio, la jornada inicia a las 5:30 de la mañana. “Cuando suben muchas las temperaturas, solo trabajamos 6 horas”.

Se estima que al año 2.5 millones de trabajadores del campo en el país se ven sometidos a condiciones extremas de calor.  Los síntomas del calor incluyen mareos, náuseas, desmayos, vómito, fatiga, coordinación pobre y convulsiones. Pero pueden llegar a ocurrir un fallo en los riñones que los lleve a caer en coma y morir si no son atendidos.

Los datos más recientes sobre las muertes por el calor de campesinos en el país son del periodo comprendido entre 1992 y 2006, los cuales indican que 68 trabajadores del campo murieron por las altas temperaturas.

En California, uno de los casos más estremecedores fue el de Isabel Vázquez Jiménez, una trabajadora agrícola de 17 años, embarazada, que murió en 2008 cuando trabajaba a una temperatura de más de 100 grados.

Su trágica muerte llevó a que en California se establecieran leyes más estrictas para que los trabajadores bajo el sol, dispongan de suficiente sombra y agua para beber.

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