Estudiantes de Lynwood High School recaudan miles de dólares para familia desamparada

Apoyan con donativos, un día de diversión y techo a madre soltera con cinco niños

Zoila Córdova Islas con tres de sus 5 hijos, recibe  ayuda de los estudiantes de Lynwood High School. (Araceli Martínez/La Opinión)

Zoila Córdova Islas con tres de sus 5 hijos, recibe ayuda de los estudiantes de Lynwood High School. (Araceli Martínez/La Opinión) Crédito: Araceli Martinez | Impremedia

Zoila Córdova Islas, una madre soltera de cinco hijos menores, quien huyó de su hogar por violencia doméstica y se encontraba viviendo en la calle, nunca esperó que los estudiantes de Lynwood High School salieran en su auxilio al recaudar más de $22,000 a través de una campaña de GoFundMe para ayudarlos a dejar el desamparo.

“Estoy feliz por toda la ayuda que me han dado”, dice Zoila.

Ella se quedó sin hogar desde el 30 de mayo cuando ya no la dejaron entrar a la casa en la que le rentaban un cuarto con sus hijos. Su hija mayor Destiny tiene 14 años, Gabriel, 13, Diego, 12, Paola, 9 y Matthew, 6 años.

Zoila nació en Guadalajara, México, pero desde los 12 años vive en este país. “Ya soy residente legal”, dice.

Hace dos años escapó de su hogar debido al maltrato que sufría de parte de su compañero.

“Estuve en un albergue de emergencia para víctimas de violencia doméstica. Después en una casa de transición en la ciudad de South Gate y luego encontré a una señora de una organización no lucrativa que renta cuartos para madres solteras con hijos que han sufrido maltrato”.

Zoila Córdova Islas junto a sus hijos, maestros y estudiantes de la Lynwood High School. (Araceli Martínez/La Opinión)

Ahí estaba viviendo al mismo tiempo que trabajaba en un restaurante de comida rápida en El Segundo.

Pero relata que el 30 de junio cuando regresaba a las 11 de la noche después de su jornada de trabajo, ya no pudo entrar al hogar que habitaba.

“La dueña cambió las chapas de la casa y no me dejó entrar. Le estuve llamando a los números de teléfono que tenía de ella y no me contestó. No le debía renta. Esa noche tuve que dejar a mis hijos con la niñera”.

Zoila nunca pudo recoger sus pertenencias. “Cuando días después conseguí quien me ayudara a sacarlas, me dijo que ya las había tirado. No había pasado ni una semana”.

Después de ser echada a la calle, consiguió asistencia pública para sus hijos y ha estado viviendo de hotel en hotel, sin un lugar fijo. “Por lo menos una noche estuve a punto de dormir en la calle. De no ser por una señora que me prestó para pagar por un cuarto, no sé qué habría pasado”.

Zoila Córdova Islas con sus hijos afuera de la Hellen Keller Elementary de Lynwood. (Cortesía Audrey Casas)

A finales de julio, ella y sus hijos se pusieron con todas sus cosas a la entrada de la escuela Hellen Keller Elementary de Lynwood, en espera de que las autoridades le aprobaran ir a un hotel para personas sin hogar. Nunca imaginó la respuesta de los estudiantes y maestros.

“Antes de que ellos aparecieran para ayudarme, me sentía muy triste, lloraba mucho, aunque me trataba de aguantar para que no me vieran los niños”

Gracias al apoyo de maestros y estudiantes de Lynwood High School desde hace tres semanas vive con sus hijos en un cuarto de un hotel cerca de la ciudad de Lynwood.

“Estoy contentísima”, dice.

Sin embargo, dice que su sueño es tener su propio espacio. “Mi hija la mayor de 14 años, ya no quiere andar de un lugar a otro”.

Dice que en cuanto tenga un lugar fijo, regresará a su trabajo en el restaurante de comida rápida, porque su exjefe le ha dicho que ahí tiene un empleo.

Fue la maestra de inglés de la Lynwood High School en la ciudad de Lynwood, Audrey Casas, la primera en darse cuenta de que había una familia viviendo fuera de su escuela. “Me mandaron un mensaje por Instagram para avisarme”.

Dice que ella conversó del tema con sus estudiantes de verano. 

“Tenía un grupo de 26 alumnos de 15 a 17 años. Les dije, ¿Qué podemos hacer por esta familia?”.

Y comenta que los estudiantes plantearon varias propuestas y decidieron que querían darles un día de diversión.

Zoila Córdova Islas con tres de sus cinco hijos.(Araceli Martínez/La Opinión)

“Empezaron a recolectar fondos. Y cuando juntaron $300, decidieron llevarlos a un conocido lugar de entretenimiento infantil en Lynwood porque tienen juegos donde los niños pueden divertirse”.

Además dice la maestra Casas que Chuck E. Cheese respondió poniendo otros $500 en donativos y les dio pases a los niños para que vayan a jugar todo el verano.

“Conocimos a la familia de Zoila el 26 de julio y como para el 3 de agosto, los llevamos a comer y a divertirse”.

Dice que le impresionó ver el inmenso talento que mostraron los estudiantes que lo hicieron posible. “Se apasionaron. No hallaban cómo ayudar a la familia”.

Además de llevarlos a divertirse, consiguieron donativos en ropa, calzado y artículos de higiene personal.

La ayuda fue más allá de regalarles un día de diversión sino que la maestra Casas se puso en contacto con Mark Flores, director de Parques y Recreación de la Ciudad de Lynwood, quien refirió a la familia a la organización HOPICS, la cual les consiguieron un cuarto de hotel donde se encuentran albergadas 90 familias sin hogar.

HOPICS (Programa de Alcance para Personas sin Hogar Sistema Integrado de Atención), es una organización no lucrativa que ayuda a los desamparados.

“Quiero enfatizar que si bien fueron los estudiantes de Lynwood High School los que iniciaron esta buena obra para ayudar a la familia, debemos agradecer mucho a la comunidad que nos respondió con donativos en dinero, ropa y otros muchos artículos. Sin ellos no lo hubiéramos logrado”, dice la maestra Casas.

Zoila Córdova Islas, una madre de 5 menores, víctima de la violencia doméstica y el desamparo. (Araceli Martínez/La Opinión)

Estudiantes al rescate

Aaliyah Jackson, una estudiante de 16 años de la Lynwood High School, dice que le dolió mucho ver a la familia de Zoila viviendo en las calles. “Yo tengo una familia muy grande como la de ella. Así que cuando los vi, me miré reflejada en ellos. Pensé que si alguna vez estuviera en esa situación, quisiera que me ayudaran”.

Y decidió donar su tiempo para ayudarlos a dejar la calle. “Fui la tesorera de los estudiantes. Yo llevaba el control de quiénes y cuánto se donaba. Y la clase entera estuvimos publicando en las redes sociales la situación de la familia para conseguir más donativos”, dice Aaliyah, satisfecha de haberlos ayudado.

Peter Hernández, estudiante de 15 años, dice que participó en la colecta porque pensó que era correcto y bueno darles un día de diversión para que pudieran disfrutar el ser niños.

“Hicimos un plan para ver cómo los íbamos a ayudar y que necesitaban. Estoy muy feliz de que pudimos hacerlo”.

Zoila Córdova Islas con dos de sus cinco hijos. (Araceli Martínez/La Opinión)

Bruno Casas de 16 años y estudiante del grado 11, dice que quiso ayudar a la familia porque “somos humanos y debemos ayudarnos unos a otros”.

Platica que se sintió mal de verlos sufrir, sin comida ni posibilidad de diversión para los niños. “Por eso trabajamos para regalarles un día de alegría durante el verano, y estoy muy feliz no solo por eso sino porque los maestros como mi mamá (Audrey Casas) les consiguieron un espacio donde vivir para que no tengan que batallar tanto”.

Gudiel Crosthwaite, superintendente del Distrito Escolar Unificado de Lynwood, dice que no es la primera vez que los estudiantes del distrito le tienden la mano a los más necesitados. 

“Tienen una historia de ayudar a quienes son más desafortunados. Por ejemplo, tenemos un club de estudiantes que cada año prepara paquetes para los desamparados en Los Ángeles. Y el Día de Acción Gracias, se los entregan”.

Precisa que el enfoque siempre ha sido que los estudiantes sepan que pueden tomar acción para mejorar sus comunidades.

En el caso de la familia de Zoila, dice que se siente orgulloso de que los estudiantes hayan tomado acción para reunir fondos y proveerles un día de diversión. “Esto contribuyó a que les abriera una cuenta en línea y ya llevan $22,000”.

Gudiel Crosthwaite, superintendente del Distrito Escolar de Lynwood. (Araceli Martínez/La Opinión)

El superintendente lamenta que en los dos últimos dos años, las compañías de tecnología hayan hecho miles de millones de dólares y que California tenga uno de los productos internos brutos más grandes de todo el mundo, mientras que todavía hay niños sin comida y dónde vivir.

“Hemos visto que la necesidad ha crecido, y en el propio distrito escolar tenemos entre un 3 y 5% de familias con niños sin un hogar. Como comunidad tenemos que empujar para que haya cambios a nivel estatal y nacional porque el desamparo va en aumento”. 

Agrega que no es aceptable que tengamos familias como la de Zoila batallando por un techo y comida. “Vivimos en un país muy rico y tenemos que ayudarnos unos a otros”.

María López, presidenta de la Junta Directiva del Distrito Escolar Unificado de Lynwood. (Araceli Martínez/La Opinión)

María López, presidenta de la Junta Directiva del Distrito Escolar Unificado de Lynwood, se sintió muy conmovida por el trabajo hecho por los estudiantes. “A pesar de su juventud, en cuanto oyeron la necesidad de la familia, empezaron a ver cómo asistirlos. Se han dado cuenta que sin importar la edad y la situación económica pueden ayudar de diferentes maneras ”.

Dice que esto tiene mucho que ver con la inspiración que los maestros les dan a los alumnos.

“Sería muy bueno investigar en todo el condado y California, cuántos niños quedaron sin padres después de la pandemia porque sino fue el papá al que perdieron, fue la mamá o el hermano, quienes eran los principales proveedores de la familia”.

Afirma que Lynwood fue muy afectada por covid-19, y la gente no se imagina cómo los estudiantes ayudaron a distribuir comida”.

Si quieres ayudar a la familia de Zoila, visita el sitio Homeless Single Mother of 5, creado por la organización Mastering Hope.

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