Así luce Montecasino, la mansión embrujada donde narcos colombianos torturaban a sus víctimas
La casa que fue visitada por Pablo Escobar y donde se habrían planeado más de 7 mil crímenes, aún alberga algunas de las almas en pena que ahí perdieron la vida
El programa ‘Al Rojo Vivo’ de Telemundo visitó una de las casas donde se cometieron algunos de los crímenes más sangrientos en la historia de Colombia y atestiguó que ahí suceden fenómenos paranormales.
La mansión, conocida como Montecasino y ubicada en la ciudad de Medellín, fue recorrida por el parapsicólogo Dennier Ulises ‘El Cubo’, quien pudo detectar la presencia de almas en pena en varias habitaciones de la propiedad, que perteneció al narco entre las décadas de los 80 y 90.
“Es muy triste la sensación de entrar y sentir que todas las personas quieren hablar contigo y se acercan. Fueron demasiadas mujeres las que pudimos captar, fueron muertes muy violentas, que puedo, hasta decirte, que no saben que están muertas y por eso siguen aquí”, declaró el experto, quien realizó un ritual de fuego para ayudar a trascender a la luz a varios de los espíritus de lugar.
La casa principal, que consta de tres pisos, cuenta con túneles y rutas de escape, con baño enchapado en oro, con un jacuzzi en forma de concha, con cava de vinos, con biblioteca, con un cuarto de espejos, con varias zonas de tortura y con una jaula donde las víctimas de los narcos eran devoradas por hambrientos animales.
Al exterior goza de extensas áreas verdes y de una piscina con agua estancada.
El inmueble, donde se habrían planeado cerca de 7 mil crímenes, está dividido en tres predios y está conformado por cuatro propiedades, dos de las cuales están aptas para ser habitadas, mientras que las dos restantes deben ser adecuadas.
El valor actual de la terrorifica propiedad rondaría los $4.6 millones de dólares.
La residencia es administrada actualmente por el Fondo de Reparación de la Unidad para las Víctimas, el cual buscará venderla, cuando el extinción de dominio lo permita, para otorgar parte de los obtenido a la reaparición del daño de las víctimas.
De acuerdo a historiadores colombianos, el inmueble perteneció a los hermanos Fidel, Carlos y Vicente Castaño, precursores del paramilitarismo en Colombia, quienes recibieron en el lugar la visita de los sicarios y los narcotraficantes más sanguinarios de la época, entre los que estuvo Pablo Escobar.
Se dice, también, que ahí se creó el grupo de los Pepes para hacerle frente a Escobar, que desde esos cuartos se planeó la colocación de la bomba que derribó un avión de Avianca en 1989, así como el exterminio de la Unión Patriótica, entre otros hechos que mancharon de sangre al país sudamericano.
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