El compromiso de Estados Unidos para fortalecer el marco legal global contra la violencia de género
La Estrategia Nacional sobre Equidad e Igualdad de Género supone la primera vez que el gobierno de EE.UU. se marca objetivos específicos con la igualdad en su política nacional e internacional
Estados Unidos publicó su primera estrategia para promover la igualdad de género a nivel nacional y global, que incluye el compromiso de fortalecer el marco legal contra una violencia machista que considera “endémica” tanto en su país como en el mundo.
La Casa Blanca publicó su Estrategia Nacional sobre la Equidad e Igualdad de Género, un documento de 42 páginas que supone la primera vez que el Gobierno estadounidense se marca una serie de objetivos específicos relacionados con la igualdad en su política nacional e internacional.
El plan lo elaboró el Consejo de Políticas de Género de la Casa Blanca, creado en marzo y que es la primera entidad dedicada a la igualdad de género en Estados Unidos, cuyas integrantes asesoran directamente al presidente estadounidense, Joe Biden.
La estrategia identifica diez “prioridades interconectadas”: la seguridad económica, la violencia de género, la salud, la educación, la justicia y la inmigración, los derechos humanos y la igualdad bajo la ley, la seguridad y el alivio humanitario, el cambio climático, la ciencia y la tecnología; y la democracia y el liderazgo.
“La violencia de género es endémica en hogares, escuelas, lugares de trabajo, las Fuerzas Armadas, las comunidades y en internet, y demasiado a menudo forma parte de los conflictos y las crisis humanitarias”, señala el documento.
Leyes y políticas tanto nacionales como globales
Por eso, Estados Unidos “trabajará para eliminar la violencia de género” mediante el “desarrollo y fortalecimiento de leyes y políticas nacionales y globales, la inversión en servicios integrales para las supervivientes, y el aumento de los esfuerzos de prevención“, indica.
En concreto, la Casa Blanca aprovechará sus contactos con otros países para expresar su apoyo a “la aprobación e implementación de leyes nacionales más fuertes” y “marcos internacionales” más sólidos para combatir esa lacra, afirma el documento.
“En Centroamérica, la inseguridad económica de las mujeres y la violencia de género contribuye a las causas de raíz de la migración”, recalca, por ejemplo, el texto.
Dentro de Estados Unidos, la Casa Blanca creará un plan nacional de acción para acabar con la violencia de género, que buscará hacer frente a “las causas de raíz de estos problemas”, así como “aumentar las opciones y oportunidades para las supervivientes”.
Una tercera parte de las estadounidenses
La violencia machista afecta en algún momento de sus vidas a un tercio de las estadounidenses, y tiene un aliado en las armas de fuego: una media de 53 mujeres mueren cada mes asesinadas a tiros por su pareja, de acuerdo con la organización pro control de armas Everytown.
La prioridad inmediata de la Casa Blanca es que el Congreso vuelva a aprobar una ley contra la violencia machista conocida en inglés por sus siglas, VAWA, que data de 1994 y se avalaba periódicamente hasta que los conservadores dejaron que expirara en 2019.
La estrategia también plantea la necesidad de actuar contra la “violencia sexual en los conflictos”, los riesgos para las mujeres que son activistas o políticas, y la “crisis de mujeres indígenas desaparecidas o asesinadas” en EE.UU.; además de promover el tratamiento justo de las personas detenidas en los sistemas de Justicia o inmigración.
Forman asimismo parte del plan la defensa al acceso a un aborto “seguro y legal” en Estados Unidos, donde el Supremo podría derogar el año que viene la decisión que legalizó esa práctica a nivel nacional en 1973, y la promoción de los “derechos de salud sexual y reproductiva” en todo el mundo.
Además, la Casa Blanca promete luchar contra la “crisis de mortalidad materna en Estados Unidos”, que tiene un “impacto desproporcionado en las mujeres negras y nativas americanas”, y reducir esa lacra también a nivel internacional. La promoción de la “paridad y diversidad de género” en papeles de liderazgo, “incluido en los procesos de paz, la seguridad nacional, la defensa y la salud global”, así como en el sector privado, es otra de las prioridades de la estrategia.
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