‘No se trata de sobredosis. Son asesinatos’, dijo el fiscal del condado de Orange

Todd Spitzer, fiscal de distrito del condado de Orange, anunció que los traficantes de drogas que sean arrestados podrán enfrentar cargos de asesinato si alguien  muere por envenenamiento con fentanilo.

El informe surge en momentos que las muertes por la ingestión de fentanilo se elevó un 1000% durante los últimos cinco años.

De 37 fallecimientos en 2016, la cifra se incrementó progresivamente a 57 en 2017; 134 en 20-18; 165 en 2019 y a 432 en 2020.

Para efecto de la aplicación de los cargos criminales, la fiscalía cuenta con el respaldo de las agencias de aplicación de la ley en el condado de Orange y la Administración de Control de Drogas (DEA).

Spitzer y el agente especial adjunto a cargo de la DEA, Curt Fallin, una coalición de jefes policiacos y padres de familia que continúan en duelo por la pérdida de sus hijos e hijas, respaldaron la aplicación de las condenas por asesinato, si como resultado de la fabricación o venta de drogas, incluido el fentanilo, alguien muere.

“No se trata de sobredosis. Son asesinatos”, dijo el fiscal Spitzer. “Los traficantes esencialmente están entregando un arma cargada a víctimas desprevenidas, sabiendo que probablemente morirán y no les importa”.

Según los  Institutos Nacionales de la Salud, el fentanilo es un poderoso opioide sintético similar a la morfina, pero de 50 a 100 veces más potente.  

Esta droga es un medicamento recetado que también se fabrica y se usa ilegalmente. Algunos análogos de fentanilo pueden ser hasta 10,000 veces más potentes y solo dos miligramos de estas sustancias pueden ser mortales.

“El fentanilo es  barato, fácil de conseguir y está matando a personas que no sabían que lo estaban tomando”, añadió Spitzer. “Me niego a permitir que estos traficantes de drogas se salgan con la suya”.

Agregó que ningún padre debería tener que elegir el ataúd de su hijo o pensar en lo que debería leer su lápida.

“Muchos de estos adolescentes y personas muy jóvenes están muriendo porque pensaron que estaban comprando medicamentos para aliviar la ansiedad, y en cambio, los traficantes de drogas les vendieron una dosis fatal de fentanilo”.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las personas menores de 50 años tienen más probabilidades de morir a causa de las drogas que por cualquier otra causa, incluidas las enfermedades cardíacas y el cáncer.

Muchas de estas muertes son de jóvenes que creían que estaban tomando medicamentos como Oxycontin, Xanax y Percocet y, en su lugar, se les suministró sin saberlo una dosis fatal de fentanilo.

“Estos traficantes de drogas se aprovechan de individuos desprevenidos y se llenan los bolsillos con dinero en efectivo, mientras que las familias se quedan con las devastadoras consecuencias”, dijo el agente especial adjunto a cargo de la Administración de Control de Drogas (DEA) Curt Fallin.

“Las sobredosis de fentanilo han arrasado comunidades no solo en el condado de Orange, sino en todo el país”, añadió.

“Estamos comprometidos a hacer todo lo posible para salvar vidas y detener la oleada mortal de sobredosis de drogas. Mientras tanto, espero que los californianos hagan correr la voz de que una pastilla puede matar”.

‘Mi hijo no quería morir’

Jorge Rocha dice que nunca podrá superar la muerte de su hijo Sergio, quien murió luego de tomar una pastilla de fentanilo el 14 de mayo de este año.

“Mi hijo no quería morir; fue envenenado por un criminal”, dijo Rocha, un preparador de impuestos que vive en Anaheim.

Sergio falleció a los 28 años. Estaba tomando medicamentos para la depresión.

“Era un caso mental; los medicamentos para el dolor que necesitaba solamente se consiguen con receta y hubo alguien que lo engañó y le llevó a obtener esa droga ilícita”, explicó el afligido padre a La Opinión.

Rocha, quien es originario de Irapuato, Guanajuato, dijo que se ha unido a la lucha contra el flagelo de las drogas “porque todos los padres deben hablar con sus hijos de que el fentanilo es una droga que mata al instante”.

Agregó que nunca en la vida, “ni en sueños, pensé que viviría esta experiencia; es una epidemia lo que vivimos y se tiene que hacer algo para detener las muertes”.

‘Se debe hacer algo’

El mismo día de su cumpleaños 31, el pasado 28 de marzo, Justin se suponía que iría a desayunar con su padre, pero se tomó una pastilla de fentanilo no recetada y murió casi de manera instantánea en su casa de Laguna Hills

“Justin era una persona increíble, de una personalidad magnética, talentoso y un ser humano muy especial”, recuerda su madre, Nedra Jenkins, en charla con La Opinión.

Jenkins, quien es una corredora de bienes raíces, llora la ausencia de su único hijo varón.

“Su padre subió las escaleras para irlo a despertar e irse a desayunar, pero Justin ya había fallecido”, rememoró la afligida mujer, quien clamó por un alto a la venta de estupefacientes que, subrayó, le están arrancando la vida a las personas.

“Me gustaría tener la respuesta para detener esta epidemia del fentanilo”, dijo. “En mi opinión, se debe hacer algo en la frontera [con México] para detener el flujo de esta doga; nadie más tiene que perder a uno de sus hijos por esta epidemia”.

El abuso sexual lo llevó a la depresión

Perla Mendoza asegura que el deceso de su hijo Daniel Elijah Figueroa, le destruyó la vida. El 16 de septiembre de 2020, el joven de 20 años que sufría de depresión conoció al alguien extraño para su familia que le llevó a comprar pastillas ilícitas.

“Mi hijo quería vivir y quería quitarse aquel sentimiento de ansiedad que sufría”, cuenta Perla. “Elijah tenía seis meses que había dejado de tomar unos calmantes”.

Sin embargo, la depresión retornó con mayor intensidad. Y no era para menos.

Un año antes de su muerte, el joven confió a su madre y a sus doctores que, de pequeño había sido víctima de abuso sexual por parte de un familiar cercano.

“Es horrible lo que vivimos; le destruyeron la vida a mi hijo y a mii también”, dijo la madre de Elijah.

“Pero le doy gracias a Dios que me da las fuerzas para hablar en nombre de mi hijo y esperar que ninguna otra familia pase lo que yo he pasado”.

Elijah quería ser un hombre de negocios.

Llegó de trabajar y nunca más se levantó

Héctor González estaba intentando dejar sus adicciones a medicamentos recetados para la depresión, pero un “amigo” que se dedicaba a la venta de fentanilo le ofreció la droga mortal.

Héctor falleció a causa de haber ingerido fentanilo, el 7 de julio de 2020, en Mission Viejo. Se fue a dormir a las 10 de la noche y no se despertó al siguiente día para ir a trabajar a un restaurante de comida rápida.

“Todo el tiempo lo llevamos a rehabilitación y era muy estresante para mi hijo”, recordó Valeria Bradley, la madre de Héctor. “Mi hijo lloraba mucho y tenía miedo de morir”.

Aquel día trágico, Valeria le dio respiración cardiopulmonar a su hijo. Llamo al 911, pero sus esfuerzos fueron inútiles. Héctor no sobrevivió a la dosis letal de fentanilo que ingirió.

La autopsia reveló que había muerto a causa de una intoxicación.

Aunque Valeria desconoce si fue arrestado el sujeto que le vendió la droga a su hijo, opina que los vendedores de droga que causen la muerte de alguien deben de ser acusados por asesinato.