Pareja de nicaragüenses encuentra red de apoyo en California para pelear por el asilo

Después de pasar meses en detención migratoria, Kelner Mena y su esposa Imara Barrera Fernández, perseguidos políticos del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, han encontrado refugio en California para buscar desde aquí el asilo político.

El 25 de noviembre vivieron su primer Día de Acción de Gracias.

“Ha sido un día con sabor agridulce. Por un lado, felices por disfrutar de abundante comida, pero al mismo tiempo, tristes porque mi padre Pedro Mena (líder  del Movimiento Campesino de Nicaragua) se encuentra preso junto con otros líderes como Medardo Mairena y Freddy Navas López”, dice Kelner.

Ellos mismos, en los últimos tres años debido a la persecución política que vivieron en Nicaragua; y durante su recorrido de un mes para llegar a la frontera sur de Estados Unidos, muchas veces solo podían tener una comida al día. 

“Veníamos con muy pocos recursos”.

Mena y su esposa se entregaron en la frontera el 30 de abril. Imara fue detenida por migración durante dos meses y Kelner por tres meses. “Debido a que yo caí en un estado de depresión y ansiedad muy fuerte, me dejaron salir antes que a Kelner”. 

Desesperada por ayudar a su esposo a recuperar su libertad, se comunicó con un periodista nicaragüense que vive en Costa Rica, quien la puso en contacto con la pastora Ada Valiente.

La pastora Valiente, líder y codirectora de la organización WeCare, al ver que el caso de Kelner se estaba complicando, buscó a Alfonso Couceiro del Despacho de Abogados Pacheco & Couceiro Law Firm.

“Kelner necesitaba un abogado. Yo tomé su caso en junio. Tras 11 días, después de una solicitud formal y varias conversaciones con el oficial de deportación a cargo y sus supervisores, pude conseguir que saliera libre sin pagar fianza”, explica el abogado Couceiro.

Precisa que calificó para una salida bajo palabra, la cual suele ser la primera opción de un inmigrante para salir de la detención del Servicio de Migración y Aduanas (ICE). 

“Es el mejor escenario; la segunda opción es el pago de una fianza, y para en muchas ocasiones hay que pedir una audiencia en la corte”.

Sin embargo, el abogado Couceiro dice que no hubo necesidad porque Kelner no tenía un récord criminal, no representaba un riesgo de fuga ni era un peligro para la comunidad de Estados Unidos.

“Él tiene el caso de asilo político por excelencia; y con altas probabilidades de ganar, lo que le permitirá obtener la residencia por la situación económica y política de Nicaragua, pero sobre todo porque Kelner es un perseguido por sus opiniones políticas, y la finalidad del asilo es proteger a los perseguidos políticos”, sostiene el abogado Couceiro.

Kelner de 29 años también fue parte del Movimiento Campesino de Nicaragua. En su país era técnico en reparación de  motocicletas; Imara, ingeniera civil. Ambos tienen un hijo de 6 años que dejaron al cuidado de la abuela materna para no exponerlo a los riesgos del camino en busca del asilo.

“Nos habían dicho que existía el peligro de sufrir un secuestro por parte de los carteles en México. También hay mucho riesgo al salir de Nicaragua. A mi padre lo arrestaron cuando pretendía viajar a Washington el 13 de julio de 2018. Le pusieron 7 cargos y lo condenaron a 201 años de prisión. Gracias a una amnistía salió libre”. En julio de este año, lo volvieron a arrestar, cuando Kelner se encontraba en detención migratoria.

Kelner dijo que él y su esposa salieron de Nicaragua porque ya llevaban 3 años a salto de mata dentro de Nicaragua. Era constantemente vigilado.

“Desde las protestas contra la reforma al seguro social, han matado a más de 500 opositores al régimen de Daniel Ortega. Y esas son las cifras documentadas, pero ha habido muchos asesinatos a oscuras”, detalla Kelner.

Imara agrega que las zonas rurales han sido las más castigadas. “La mayoría de los pobladores de Nicaragua son campesinos. Ahí comenzó todo, en 2013, cuando nos opusimos a la construcción del Canal Interoceánico porque eso implicaba hacer expropiaciones de tierras, desalojos y daño al medio ambiente”.

Luego los campesinos como Kelner se involucraron en las protestas de 2018 contra la reforma al seguro social, y vino la represión contra los estudiantes y campesinos que participaron.

“Han salido muchos nicaragüenses. Se calcula que hay unos 100,000 en Costa Rica. Mi mamá se encuentra allá. Pero ya no queremos ir ahí, porque se ha desatado mucha xenofobia contra nosotros; y además muchos fanáticos y gente que apoya a Ortega, han atentado contra nicaragüenses en Costa Rica. Entonces se ha vuelto peligroso”, dice Imara.

Y comparte que la vida ya era imposible para ellos en Nicaragua. “Una vez fui a sacar una partida de nacimiento de Kelner, pero cuando se dieron cuenta de quién era hijo, no me la quisieron dar. Te bloquean por todas partes hasta en la atención a la salud”.

La pareja recuerda a Alvarito Conrado de 15 años, quien murió por falta de atención médica, y que ahora se le conoce como “El Niño Mártir”.

Kelner añade que la desesperación de ver la casa de su padre rodeada de policías, de llevar una vida cuidándose de todo y todos, porque hay muchos paramilitares encapuchados y soplones del gobierno en cada barrios, los hizo abandonar su país para buscar asilo en Estados Unidos.

“Algunos nicaragüenses han escapado a Europa para salvar sus vidas”, dice Kelner.

Imara dice que tampoco hay oportunidades para los profesionistas. “A muchos de los que participaron en las protestas, les desaparecieron sus expedientes académicos, y los dejaron como si nunca hubieran ido a la universidad”.

El sueño de Kelner e Imara es conseguir el asilo y la residencia en EE UU para poder traer a su hijo. “Me gustaría ir a la universidad, aprender inglés y estudiar ingeniería mecánica”.

Imara dice que su sueño es muy básico. “Anhelo tener mi propio hogar donde dormir tranquila. No andar de un lugar para otro”. 

La pareja ha recibido techo en la casa de un pastor en el sur de California. La organización WeCare que trabaja en colaboración con otras organizaciones proinmigrantes como Al Otro Lado, le proporcionó a Kelner, asistencia legal a bajo costo, a través del abogado Coucerio, para que pudiera salir de la detención.

“Hemos ayudado a más de 400 solicitantes de asilo, pero no lo hacemos solos sino con el apoyo de voluntarios, iglesias y organizaciones. Unos aportan una cosa, otros otra. Pagamos por asistencia legal a bajo costo, fianzas, boletos de avión, les damos un techo y los ayudamos a navegar en su proceso de integración a este país”, dice la pastora Valiente.

En esa red de apoyo de WeCare, los profesores universitarios Thomas Crisp, Brad Christerson y su esposa Carin Christerson, maestra de Junior High School han puesto de su parte, proporcionando techo temporal a solicitantes de asilo; y a veces, han sacado de su bolsa para apoyarlos económicamente con la renta; o simplemente los han acompañado a sus audiencias en la corte.

El profesor Christerson dijo que prestan esa ayuda porque son cristianos, pero además porque los solicitantes de asilo son personas en peligro. “Yo esperaría que si mi familia y yo estuviéramos en esa situación, también nos ayudaran. Y es lo que Jesús haría. Uno trata de seguir sus enseñanzas, de amar a tu vecino como a ti mismo”.

Añade que les gustaría hacer mucho más.

Carin, dice que aunque ella no ha estado tan involucrada como su esposo por su trabajo como maestra, le parece maravilloso poder ayudar a los refugiados y solicitantes de asilo.

“Creo que muchos estadounidenses no tienen idea de lo que la gente alrededor del mundo está viviendo. Yo soy una persona que habla español, he viajado y visto que las personas están sufriendo”.

Por esa razón, expone, que los estadounidenses necesitan dar el ejemplo, ayudando y aprendiendo otros idiomas.

Christerson y Crisp enseñan una clase juntos, en la que hablan de lo injusto del sistema de migración. “Tratamos de que nuestros estudiantes participen con nosotros en estos proyectos y algunas veces dan dinero”.